PERFIL

Carlos Catena, entre la ocurrencia y el método

Con su primera novela, la inquietante 'Tan tonta', en la que cuestiona la generosidad de los vínculos y el lugar que le damos a las víctimas, ha logrado el Premio Valencia de Narrativa

El escritor Carlos Catena

El escritor Carlos Catena / EPE

Dídac Peyret

"Estoy como un perrillo nervioso borracho de atención". Hace solo media hora, estaba presentando su primera novela, Tan tonta, en la librería Nollegiu de Barcelona; ahora, da pequeños sorbos a su cerveza. La escena tiene algo medio cómico: el lugar, una cafetería familiar, no encaja con su bebida ni con sus intentos de explicaciones adultas, que son saboteadas por la llorera irritante de un bebé. "Mi estado anímico más habitual es embajonao, pero me va mejor desde que voy al gimnasio".

Carlos Catena (1995, Torres de Albanchez) es de esas personas capaces de hacer reír a una mesa entera contando una tragedia. Cuando interviene, nunca deja que el asunto vuele demasiado alto o suene demasiado grave; te gana con una ocurrencia retorcida. "Me encantan los personajes medio raros. La típica compañera de trabajo que es maja pero es un poco rara y luego te enteras de que es la cuarta niña de Alcàsser que sobrevivió porque ese día le dolía la barriga. Este tipo de cosas".

De pequeño ya se fijaba en cómo narraba su abuela las historias, pero su carrera empezó al revés: "No fui un niño lector: mi interés por la lectura vino a partir de la escritura. No tuve la adolescencia más estimulante, pero con la literatura me di cuenta de que no necesitaba el permiso de nadie para expresarme y encima estaba bien visto".

Catena era un niño obsesionado con la moda ("si me hubieran reconocido ese impulso como digno, no hubiera escrito") que imitaba a Lady Gaga y se refugiaba en Girls. "Los personajes de la serie sufrían las consecuencias de dedicarse al arte, pero no se arrepentían".

Escepticismo

En su caso, los premios le ayudaban a combatir el escepticismo que encontraba en casa: "Para mí era muy importante ganar concursos escolares que me dijeran: tu madre está equivocada". Pero no fue hasta la universidad cuando, estudiando traducción e interpretación, se volcó en la poesía. "Escribí Los días hábiles como un impulso contra la soledad. En el caso de la novela tuvo más que ver con sus mecanismos. No podría hacer una columna de opinión explicando cómo funciona la sospecha".

El resultado ha sido la inquietante Tan tonta (Premio Valencia de Narrativa), una novela que retrata el universo de una au pair española en Dublín que cuida a un niño poco normativo. Catena explora las posibilidades de una narradora poco fiable en un entorno de omisiones y secretos. "Me parecía un reto narrar algo desde la voz de un personaje que no se atreve a llamar a las cosas por su nombre". También cuestiona la generosidad de los vínculos y el lugar que le damos a las víctimas: "Me interesa que una víctima no tenga que ser inmaculada porque sí y que también pueda generar víctimas a su paso".

Quizás porque lo ha vivido de cerca, a Carlos siempre le interesó la dificultad de presentarnos al mundo como somos. "Está muy valorado ser correcto y hacer lo que se espera de ti. Pero a veces la gente más interesante es la que siempre está fuera de lugar, como la protagonista de la novela".

'Tan tonta'

Carlos Catena

La Caja Books

168 páginas. 18,90 euros