PERFIL

Grady Hendrix, terror pulp sureño

Su última novela, 'Cómo vender una casa encantada', va de la extraña correlación entre la mitología de los fantasmas, la credulidad norteamericana ante el fenómeno de las casas encantadas y la evolución del mercado inmobiliario

El escritor Grady Hendrix

El escritor Grady Hendrix / EPE

Ernest Alós

Vistiendo trajes de tres piezas llamativamente claros de caballero del Sur trasplantado a Nueva York (blancos, malva, azul celeste, rosa), Grady Hendrix (Charleston, Carolina del Sur, 1972) ha convertido las presentaciones de sus libros de horror en pequeños monólogos humorísticos.

El de su última novela, Cómo vender una casa encantada (Minotauro), que lo trajo a Madrid y Barcelona, va de la extraña correlación entre la mitología de los fantasmas, la credulidad norteamericana ante el fenómeno de las casas encantadas y la evolución del mercado inmobiliario (a cada crash, más miedo a no poder vender y más casas encantadas).

Pero si el humor está en el centro de su imagen, es solo un componente, no nos confundamos, de sus libros: una noche de horror en un Ikea (Horrorstör), damas sureñas matavampiros (Guía del club de lectura para matar vampiros), adolescentes poseídas que berrean el himno de la Confederación ante la incomodidad de las visitas (El exorcismo de mi mejor amiga)...

"El humor es solo una más de las herramientas con las que cuentas, un buen instrumento para que el lector baje la guardia. Le has de hacer olvidar que se trata de una novela de terror, y de golpe recordárselo. Y, por otra parte, también es así la vida real: no es como un libro de un género. Es como todos los libros juntos, es horror, es humor, es romance, es acción".

Códigos

Hendrix abraza sin problemas los códigos de la novela pulp, y los tópicos nostálgicos (o todo lo contrario) sobre la adolescencia en los 80. Y ha reflexionado bastante sobre ello (en su ensayo Paperbacks from Hell: The Twisted History of ’70s and ’80s Horror Fiction). Para un adolescente inseguro como él, por cierto, el instituto fue un horror continuo. "Y la cultura pop, un alivio", añade.

"La vida real es como todos los libros juntos, es horror, es humor, es romance, es acción"

Aunque el envoltorio de su último libro nos prepare a una versión más del tema de la casa encantada, la historia deriva más bien hacia otro subgénero, el de los muñecos poseídos. ¿Por qué resultan tan inquietantes? (La entrevista se desarrolla en la casa museo de Oleguer Junyent, rodeados de una colección de muñecas de tela, papel y -"Uau", exclama- piel, que es como preferimos traducirle la cartela de alguna pieza, en lugar de cuero, para animarlo, por si el hecho de que las muñecas oscilen en la penumbra a cada movimiento del suelo de madera no ayude bastante).

¿Por qué dan tanto miedo las muñecas? "Es que son inquietantes, realmente. Son un objeto, el único que te devuelve la mirada. Proyectamos vida sobre ellas, en una relación compleja. Y ella nunca cambia, nunca muere, nunca crece".

Ante un autor que sitúa sus historias de horror en su Carolina del Sur natal, sería una tentación obvia situarlo dentro del Southern Gothic. Hendrix es más pulp que gótico, no obstante. Pero sí definitivamente sureño, nos explica. "Lo que hay de sureño en mis libros es que a los del Sur de EE.UU. nos gusta explicar historias. Cada familia tiene un contador de historias. Una abuela que te explica una historia larga y loca sobre lo que le pasó a tu primo. Habiéndome criado en el Sur, tu forma de darle sentido al mundo es convertirlo en una historia. Es que naces en una parte de América con una relación extraña con su historia... Si creces en Oklahoma, Ohio o Nueva York, es fácil ignorar la historia. Si vives en un lugar donde todo lo construyeron los esclavos y cada vez que miras a tu alrededor hay un monumento de la Guerra Civil, eso es difícil de ignorar. Tienes la historia delante de la cara".

'Cómo vender una casa encantada'

Grady Hendrix

Traducción de Pilar de la Peña Minguell 

Minotauro 

440 páginas

19,95 euros