PERFIL

Marta del Riego Anta: versos agarrados al cuerpo y la tierra

Periodista y comunicadora veterana, la autora leonesa lleva años embarcada en una carrera literaria que atraviesa diversos géneros, con parada reciente en la poesía.

La escritora Marta del Riego Anta.

La escritora Marta del Riego Anta. / Vincenzo Penteriani

Jacobo de Arce

Jacobo de Arce

Cuando era niña, a Marta del Riego Anta se le dormía el cuello de tanto leer. Sus amigas iban a buscarla para que bajase a jugar a la calle en La Bañeza, el pueblo leonés donde nació y se crió, pero ella casi siempre prefería quedarse en casa con las novelas de Enid Blyton, de Verne o de Salgari. Todavía muy joven, ya se había leído tres veces La regenta. "Mi hermana me sigue reprochando que nunca jugaba con ella a las muñecas", cuenta divertida en un bar de Lavapiés, el barrio madrileño en el que vive y a dos pasos del de los Austrias, donde tiene su sede la agencia de comunicación en la que trabaja con temas de arte y de vino, dos de las mejores cosas que puede ofrecer la vida.  

A la escritura se lleva entregando con fruición desde que, en el colegio, vio cómo sus compañeros se partían de risa con una de sus redacciones. "Yo no sabía contar chistes ni era graciosa, aluciné con que escribiendo se pudieran provocar reacciones así". Durante años dio salida a esa vocación como periodista, en ciudades como Londres o Berlín y después en Madrid. Trabajando en redacciones como las de Marie Claire yVanity Fair descubrió el poder de una literatura, la femenina, que entonces no tenía la visibilidad que tiene hoy. Y en sus ratos libres sacaba tiempo para aventurarse por sí misma en diferentes géneros literarios: poesía, novela, libros de viajes o sobre periodismo y hasta ensayos futbolísticos. Sus últimos títulos son buena prueba de esa diversidad: hace unos meses publicaba el poemario Flores de sangre sobre la hierba, y ya en el verano llegaba Historia íntima del Bernabéu, el segundo de sus títulos dedicados al Real Madrid que ha escrito con su hermano Ángel.  

En plena explosión del fenómeno ‘España vacía’ como eje literario de una generación, la escritora se rebela contra el prefijo ‘neo’ y deja claro desde su bio de Twitter que ella es, a secas, “rural”. No es tanto una declaración de intenciones como una descripción bastante ajustada de su forma de estar en el mundo. Si del Riego se sigue escapando casi cada fin de semana a recorrer los campos de su tierra o parajes vecinos, cuando después regresa a casa y se sienta a escribir, todo ese vínculo con las raíces, con el territorio y con los seres que lo habitan se agarra a sus textos. 

Pasó con su última novela, Pájaro del Noroeste (AdN, 2020), y ha vuelto a suceder con los poemas de Flores de sangre sobre la hierba. Versos que rebosan carne, sexo, pero en los que también asoman los temas que obsesionan a la autora: la maternidad, la muerte de los padres, la herencia de la tierra. ‘Telúrico’ y ‘visceral’ son dos términos que se ajustan bien a este libro y a su escritura en general, y que tejen un hilo que la conecta con Anne Carson, con Sylvia Plath o con Louise Gluck, tres poetas que cita como referentes. "Para mí escribir poesía es algo volcánico, de sentarte por la noche con un vino. La novela es más cerebral y trabajosa, más de ponerte por la mañana", explica. Aunque reconoce que, en su caso, la utilidad última de la literatura es siempre la misma. "Nunca he ido al psicólogo, así que la única forma de entenderme a mí misma es escribiendo".

'Flores de sangre sobre la hierba'

Marta del Riego Anta

Eolas

114 páginas

14 euros