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La lección de vida de Alana S. Portero

'La mala costumbre' es una novela sanadora y de apertura para aquellos a los que les resulte difícil entender que cada uno debería ser como le dé la gana

La escritora Alana S. Portero, autora de 'La mala costumbre'

La escritora Alana S. Portero, autora de 'La mala costumbre' / Alba Vigaray

Decía mi padre que el mundo sería mejor si todos hiciéramos lo que debemos hacer. Es una idea sencilla de complicadísima puesta en práctica. Funciona en el hacer. También se podría utilizar con el sentir. Seríamos un mundo mejor si cada uno pudiera explicar cómo se siente, lo que es, y nadie inquiriera nada en contra. Tendría una utilidad importante. El ser es casi más importante que el hacer.

Es la reflexión que puede extraerse de la interesante y pedagógica entrevista a Alana S. Portero que publicamos en el suplemento literario ABRIL. Su libro La mala costumbre (Seix Barral), que llegará a las librerías el próximo 3 de mayo, está repleto de excelentes reflexiones sobre la necesidad de sentirse y de explicarse.

Todos los que han leído la obra hablan de una enorme ternura frente a la angustia que significa situarte ante una sociedad que, en parte, o no acepta o no entiende que el otro, o la otra, se sienta como le dé la gana. Ser trans, por ejemplo.

Una vida llena de dificultades

La charla que tuvo con Inés Martín Rodrigo es un ejemplo, porque es sencilla. No hay que complicarse la vida para entender a Alana S. Portero y sólo hay que dejarse llevar por sus palabras, aunque el camino hasta sentirse absolutamente liberada y poder contar con naturalidad una vida llena de dificultades no debió ser sencillo. Lo explica ella misma: "Me apetecía esparcir flores sobre estas situaciones".

Se trata de una novela. De una ficción. Como se comenta en la conversación, un refugio donde explicarse, donde sentirse. Sin embargo, alguien que declara que durante toda su existencia pensaba que tenía "que corregirse" (sólo escribirlo me angustia) demuestra hasta qué profundidades desciende la ficción.

Tanto que todo estará impregnado de su propia vida. Así que es una novela sanadora y de apertura para los que les resulte difícil entender que cada uno debería ser como le dé la gana. Es fácil.