Tecnología espacial

Diseñan un nuevo mensaje de la humanidad para las civilizaciones inteligentes en el cosmos

¿Qué debería contener un mensaje lanzado hoy hacia la inmensidad del cosmos para resumir la historia humana y planetaria?

Una de las sondas Voyager: el Disco de Oro de 1977 destaca en el exterior de la nave espacial. ¿Que debería incluir un nuevo Disco de Oro en 2024?

Una de las sondas Voyager: el Disco de Oro de 1977 destaca en el exterior de la nave espacial. ¿Que debería incluir un nuevo Disco de Oro en 2024? / Créditos: NASA/JPL-Caltech.

Pablo Javier Piacente

El nuevo “Mensaje en una botella” (MIAB) que se enviaría hacia el espacio profundo se ha pensado como una actualización de los “Discos de Oro” incluidos en las misiones Voyager 1 y 2 de la NASA en 1977: además de resumir los avances tecnológicos y culturales de la humanidad y de mostrar el desarrollo de la vida en la Tierra, el proyecto también está pensado como una “guía” para el ser humano hacia el futuro, una forma de creer en la continuidad de un destino compartido.

En un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Earth and Space Science, un equipo de investigadores liderado por Jonathan Jiang, científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, analiza cómo debería ser nuestro próximo “Mensaje en una botella” (MIAB), o sea un mensaje de la humanidad dirigido a posibles civilizaciones inteligentes y enviado hacia la profundidad del Universo, similar al incluido en las sondas Voyager 1 y 2 en 1977, pero actualizado a la realidad de 2024.

Los nuevos Discos de Oro

Según explica un artículo publicado en Universe Today, los Voyager Golden Records o Discos de Oro fueron un “mensaje en una botella” enviado para cualquier otra especie inteligente que pudiera encontrarlos. Estos discos contienen sonidos e imágenes que resumen aspectos de la vida en la Tierra: son una “cápsula del tiempo” que contiene sonidos naturales del clima y la vida silvestre de la Tierra, humanos hablando en 55 idiomas diferentes y mensajes impresos de líderes políticos de la época. También contiene una gran variedad de imágenes, desde una mirada ampliada a la estructura del ADN hasta fotografías de espacios naturales de nuestro planeta.

Voyager 1 y 2 han abandonado el Sistema Solar y se encuentran en el espacio interestelar. Los registros se encuentran en las naves y es casi seguro que nunca sabremos qué sucedió con ellos. Pero el esfuerzo no ha sido en vano: ha demostrado que estamos abiertos a comprender otras inteligencias y que deseamos desesperadamente que nos comprendan a nosotros mismos. Ahora, los científicos ya están pensando que debería contener un nuevo mensaje de la humanidad enviado hacia el cosmos.

Un mensaje a otras civilizaciones y a nosotros mismos

Los investigadores consideran un enfoque similar al optado en la selección de contenido de los Voyager Golden Records, pero sugieren modificaciones y actualizaciones para que el material abarque los grandes cambios que han transcurrido desde 1977 hasta hoy. Los autores proponen un mensaje en dos partes: un pergamino que contenga imágenes simples que ilustren información básica sobre la humanidad y la Tierra y un miniordenador que puede contener grandes cantidades de información digital. El pergamino está destinado a posibles civilizaciones menos avanzadas y el miniordenador está pensado para civilizaciones más avanzadas.

Los autores creen que deberíamos mostrar a los destinatarios la larga historia de la vida en la Tierra y cómo la evolución nos construyó a nosotros y a nuestra civilización. Esto incluiría algo de la desolación y lo negativo, como nuestras terribles guerras. Pero también deberíamos mostrarles nuestros triunfos: logros científicos, como la división del átomo y la exploración espacial, junto con ejemplos de una amplia gama de culturas y conocimientos que componen el complejo tejido humano.

Por último, los investigadores sostienen que el mensaje también debería pensar en el futuro de la humanidad. Esa cápsula que viaja en el tiempo y el espacio debería inspirar y unir a las generaciones actuales y futuras para celebrar y salvaguardar nuestra experiencia humana compartida. Reflexionan que nos encontramos en un punto de nuestra evolución en el que podemos imaginar fácilmente nuestra propia extinción, ya sea por culpa de la naturaleza o como consecuencia de nuestras propias acciones. “Este ejercicio de buscar el futuro y otras inteligencias es parte de lo que nos ayuda a afrontar nuestro propio futuro incierto”, concluyen en el estudio.

Referencia

Message in a Bottle—An Update to the Golden Record: 1. Objectives and Key Content of the Message. Jonathan H. Jiang et al. Earth and Space Science (2023). DOI:https://doi.org/10.1029/2023EA003042