Ciencia y sociedad

Los científicos no se conforman con ser los notarios de un mundo que agoniza

La rebelión científica se extiende por 40 países, reclamando a los gobiernos que reaccionen ante el fracaso de la gestión climática

Científicos alemanes en una protesta anterior ante el El Ministerio Federal de Economía y Protección del Clima.

Científicos alemanes en una protesta anterior ante el El Ministerio Federal de Economía y Protección del Clima. / Stefan Müller

Alejandro Sacristán

Más de 100 científicos y académicos de 12 países inician este domingo en Alemania un movimiento global de desobediencia civil para pedir a los Gobiernos que asuman el fracaso de la gestión climática y tomen medidas urgentes para impedir que la Tierra pierda la habitabilidad que permite la vida.

Durante décadas los avisos de los científicos expertos en clima no han sido escuchados. Ya lo hemos contado en estas páginas, los científicos se revuelven ante la inacción de los gobiernos. Hay una rebelión científica en más de 40 países, considerando que no queda ningún camino posible hacia 1,5°C de calentamiento global por encima de los niveles previos a la revolución industrial.

El movimiento más destacado de todos es Scientist Rebellion, que reúne este fin de semana en Alemania a científicos de toda Europa, para una serie de acciones de resistencia civil pacífica.

De acuerdo con Scientist Rebellion: “más de 100 científicos y académicos de 12 países se arriesgarán a ser detenidos y encarcelados en Alemania para exigir al gobierno alemán que admita que ya no es posible mantenerse por debajo del límite de calentamiento global de 1,5ºC fijado por los acuerdos de París”.

También españoles

Este movimiento pide que este llamado se transmita a todos los gobiernos de la Unión Europea. Científicos españoles también integrarán este grupo de expertos bajo el lema "Unidos frente al fracaso climático".

Según el último Informe del Grupo II del IPCC (Panel de Expertos de Cambio Climático de la ONU) las consecuencias del cambio climático serán devastadoras si no actuamos ya y de forma contundente, pero ese tiempo se nos está acabando.

"La ciencia es clara, cualquier retraso en la acción global hará que se pierda la ventana de oportunidad para asegurar un futuro habitable", dicen los expertos.

De hecho, los científicos climáticos, en su gran mayoría piensan que quedarnos por debajo de una subida media de un grado y medio centígrado en la Tierra ya no es posible, y que esta zona climática segura se superará en menos de diez años.

Protesta científica el pasado abril en Berlín.

Protesta científica el pasado abril en Berlín. / Scientists Rebellion.

Afrontar lo que viene

Nos tenemos que preparar para afrontarlo

A pesar de la gravedad del problema, nos explica Scientist Rebellion, nuestros gobernantes no han hecho nada. Desde 1990, fecha en que se publicó el primer informe del IPCC, las emisiones de CO2 a nivel global han aumentado casi un 60% y lo seguirán haciendo en las próximas décadas según las proyecciones. En palabras de Antonio Guterres, secretario general de la ONU, la falta de acción de nuestros gobernantes es "criminal".

Un científico español del CSIC me compartía hace poco estas reflexiones: “Los científicos hemos pasado décadas escribiendo artículos, asesorando a los gobiernos, informando a la prensa: todos han fracasado. ¿De qué sirve documentar cada vez con mayor detalle la catástrofe a la que nos enfrentamos? Nos hemos convertido en notarios de un mundo que agoniza”.

Sin embargo, los y las científicas de Scientist Rebellion y otros movimientos que agrupan a expertos en cambio climático y su impacto económico y social van a hacer algo al respecto. No se van a quedar encerrados en sus laboratorios. Van a salir de nuevo a la calle como lo hicieron en la escalinata del Congreso de los Diputados

dirigiéndose a los medios españoles y agencias extranjeras allí convocadas.

Justificación ética

La desobediencia civil de los científicos está justificada ética y pragmáticamente. En 2019, un artículo de la revista Lancet discutió los criterios éticos según los cuales los actos de desobediencia civil por parte de científicos serían legítimos.

Con base en la teoría de la justicia de John Rawls (1921-2002), sus autores consideran justificada la táctica de resistencia pacífica, siempre que se denunciara una situación injusta, se recurriera a ella como último recurso, cumpliera efectivamente sus fines y representara la forma menos dañina de acción, dada la amenaza en cuestión. La amenaza de la crisis climática es, en este caso, existencial. No hay mayor amenaza posible.

Desobediencia civil prolongada

En Alemania, Scientist Rebellion actúa en coalición con los grupos de acción climática Last Generation, Debt for Climate y End Fossil Occupy.

La coalición llevará a cabo acciones de desobediencia civil no violenta hasta finales de octubre, anuncia. Los participantes exigen que el gobierno alemán admita públicamente la realidad del fracaso climático por no haber alcanzado el límite de calentamiento global de 1,5ºC, y que pase al modo de emergencia.

A nivel global, Unite-Against-Climate-Failure (Unidos frente al fracaso climático) exigirá al gobierno alemán que se dirija inmediatamente al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional, solicitando la cancelación de toda la deuda financiera del Sur Global a medida que se acerca un mundo de más de 1,5°C de media que en algunos países como España, y en particular la zona de Levante será superior el aumento de temperatura. Este

intercambio de deuda por clima

facilitaría enormemente la transición hacia un mundo más sostenible, ayudando a evitar un mayor colapso climático.

Scientist Rebellion es un grupo de acción climática con más de mil miembros en 32 países. Sus miembros son desde estudiantes de ciencias hasta profesores de alto nivel con una gran variedad de formación científica. Todos creen que los científicos deben emprender acciones directas no violentas para ganar credibilidad. Durante los actos de resistencia civil se identifican con batas de laboratorio.