QUIEBRA

Mario Conde, el Madrid Arena y las balas de Pablo Iglesias: el cierre de Norvik deja en la calle a 500 familias

La empresa de seguridad ha entrado este mes en concurso de acreedores, tras un año de conflictos e impagos

Tras varios cambios de nombre y propiedad, fue adquirida por un fondo de inversión que le dio el tiro de gracia

La empresa Norvik ha acabado por cerrar, tras varios años de bandazos económicos.

La empresa Norvik ha acabado por cerrar, tras varios años de bandazos económicos. / Nacho García

David López Frías

David López Frías

Es la crónica de una muerte anunciada, pero no por ello es menos dolorosa. Sobre todo para las 500 familias afectadas. Medio millar de trabajadores que se han quedado sin trabajo. Muchos de ellos llevan varios meses sin cobrar. Otros, como es el caso del veterano sindicalista José Luis Rúa, se ven en la calle y ni siquiera tienen derecho a paro, "aunque llevo 33 años de antigüedad en la empresa", le cuenta este veterano a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Pero, por partes: todo esto es la consecuencia del cierre de Norvik Security Services. Una empresa de seguridad privada con sede en Madrid que lleva dando tumbos cerca de un año. En marzo de 2023 fue adquirida por un grupo inversor, procedente del sector inmobiliario, que la iba a salvar y reflotar. El pasado 17 de enero de 2024 fue declarada en quiebra y presentó concurso de acreedores.

En realidad, las cuentas de la empresa eran delicadas desde antes de llamarse Norvik. Las cosas iban mal en tesorería desde que se llamaba INV y pertenecían a un grupo del mismo nombre. INV se ha mantenido como propietaria desde 2018, pero cada vez con menos solvencia y más deudas. "Pero, por lo menos, cobrábamos a fin de mes", explican varios de sus ya extrabajadores a este periódico.

Y cuando todo el mundo pensaba que había llegado la solución, lo que llegó en realidad fue el problema. El pasado 30 de marzo de 2023, la empresa fue adquirida por un fondo inversor hispano-noruego llamado RH Spania. Inmediatamente, fue renombrada a Norvik Security Services y recibió una inyección millonaria de sus nuevos propietarios para reflotarla.

Esa información aparece incluso en la página web, que actualmente sigue activa: "RH Spania ha desembolsado 10 millones de euros el día 30 de marzo de 2023 para ampliación de capital y regularización de estados con Hacienda y Seguridad Social", se asegura en el portal. Aunque este periódico se ha puesto en contacto con ellos, no ha habido respuesta.

Trabajadores de Norvik protestando por los impagos en las nóminas de la empresa

Trabajadores de Norvik protestando por los impagos en las nóminas de la empresa / Ángel García - UGT

Conde y Oliver

Nadie entendió muy bien esta compra. De hecho, RH Spania es una empresa inmobiliaria de Alicante, desconocida en el sector de la seguridad privada. Pero, al ver quién hay detrás de este fondo, todo parece cobrar más sentido. Y es que, aunque no aparecen en los papeles, numerosas fuentes del sector y varias publicaciones especializadas (como 'Escudo Digital' o 'El Cierre Digital'), aseguran que en las entretelas de este grupo inversor hispano-noruego llamado RH Hispania se encuentran dos personas muy conocidas en el mundo de las finanzas de nuestro país: el exbanquero Mario Conde y el empresario Luis Oliver.

El primero no necesita presentación: Mario Conde fue un abogado que se convirtió en el enfant terrible de la banca española a finales de los 80. Que con 24 años ya había aprobado las oposiciones a abogado del Estado. Que presidió Banesto entre 1987 y 1993, y que acabó condenado a 20 años de prisión por estafa y apropiación indebida. Es, según la Agencia Tributaria, una de las personas más morosas del país con la Hacienda Pública.

El segundo, Luis Oliver, es un empresario navarro famoso por ser un 'liquidador'. Está especializado en la compra de entidades con una situación financiera crítica. En el mundo del fútbol es conocido como "El enterrador de clubes", por la cantidad de equipos de fútbol que ha llevado al borde de la liquidación. Un tipo que fue presidente entre otros del Xerez CD, del Cartagonova (actualmente no existe con ese nombre) y consejero del Real Betis Balompié; famoso por ser la persona que le quitó al estadio el nombre de Manuel Ruiz de Lopera y por haber sido condenado en 2021 por diversas irregularidades acontecidas en el club verdiblanco. Aunque tampoco figura entre los cargos de la empresa, sí lo hace su hija Alejandra.

Mario Conde y Luis Oliver tienen relación desde principios de los 90, cuando el segundo trabajó para el primero, en aquellos momentos banquero incipiente y envidia del sector por haberse convertido en director de una entidad bancaria con tan solo 38 años. Oliver ostentó el cargo de jefe de seguridad de Conde. Desde entonces, ambos han tenido vinculación en numerosos negocios. El último, según estas fuentes, el mencionado fondo RH Spania.

Madrid Arena

Norvik ha sido el último nombre de una empresa de seguridad con cierta solera en el sector. En sus inicios se llamó Seguriber y estuvo presidida por la empresaria Mónica de Oriol, expresidenta del Círculo de Empresarios y exconsejera de Indra. Una mujer famosa por sus polémicas declaraciones. La que dijo públicamente que las personas sin formación deberían cobrar menos del sueldo mínimo. O que prefería contratar a una mujer de menos de 25 o de más de 45 para evitarse el problema de que se quede embarazada.

Su empresa Seguriber era la responsable de la seguridad del pabellón Madrid Arena el fatídico 1 de noviembre de 2012, cuando fallecieron cinco personas debido al exceso de aforo. Sus responsables declararon posteriormente en el juicio que nunca habían recibido formación específica en planes de evacuación o simulacros de situaciones similares. El Madrid Arena fue, nos cuentan fuentes del sector, "lo que acabó sentenciando a aquella Seguriber". Empezó su caída. Fue perdiendo contratos, acumuló denuncias por impagos a sus empleados y reclamaciones de Hacienda y la Seguridad Social.

Uno de los pasillos del Madrid Arena durante la tragedia de 2012.

Uno de los pasillos del Madrid Arena durante la tragedia de 2012. / Archivo

En enero de 2018, y tras varios intentos fracasados (por sus malos datos económicos) de colocar Seguriber, Mónica de Oriol consiguió venderla. Lo hizo a un grupo por aquel entonces desconocido en el sector de la seguridad privada. Se llamaba INV, su administrador se llamaba Jesús Martínez y todo lo que se sabía de él era que le unía una larga amistad a Mónica de Oriol.

Las balas de Iglesias

INV se quedó con Seguriber y con su filial de alarmas, llamada Alartec. Y aunque parecía que iba a suponer la resurrección de la empresa (en 2019 consiguió captar 45 millones de euros de financiación), siguió encadenando malos resultados con la nueva propiedad. De los 6.000 trabajadores que llegaron a formar parte de la plantilla, bajaron a 3.000 y luego a poco más de un millar. Y estuvo marcada por dos escándalos.

El primero, la condena de la Audiencia Nacional a la empresa, que la obligaba a abonar a toda su plantilla, la diferencia que han dejado de percibir entre lo cobrado y el importe total del Salario Mínimo Interprofesional, con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2019. El segundo, el más sonado, el relativo al envío de un sobre con balas a varias personas vinculadas en 2021 con el gobierno.

Sobre con balas que Pablo Iglesias denunció haber recibido. La seguridad iba a cargo de INV

Sobre con balas que Pablo Iglesias denunció haber recibido. La seguridad iba a cargo de INV / Twitter

INV era la empresa contratada por Correos para controlar los escáneres que debían identificar sobres con materiales peligrosos. Pero, en abril de 2021, al menos tres envíos consiguieron pasar los escáneres y llegaron cartas al entonces vicepresidente Pablo Iglesias, al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, con varios cartuchos y balas de 7,62 mm. El caso fue archivado tres meses después por el Juzgado de Instrucción número 3 de Madrid.

500 en la calle

La empresa siguió su deriva hasta el pasado mes de marzo de 2023, cuando fue adquirida por el fondo de inversión RH Spania. Parecía que iba a reflotar, porque sus propietarios presumían de que habían inyectado 10 millones de euros. Pero fue cuando en realidad llegaron los problemas. "Hasta entonces cobrábamos con regularidad. Fue ahí, a partir de marzo, cuando empezamos a tener problemas de cobro de las nóminas", explica José Luis Rúa, trabajador y delegado de Alternativa Sindical en la empresa Norvik.

"Solicitamos varias reuniones con la empresa, pero no nos las concedieron. De hecho, no hubo reuniones con los trabajadores. Todo nos lo comunicaban por teléfono o por carta. Y cuando transmitimos a Recursos Humanos nuestros miedos porque habíamos escuchado rumores de que la empresa iba mal, que estaba en quiebra técnica, me mandaron una carta haciéndome ver todo lo contrario", le cuenta Rúa a este diario.

"Ese comunicado es falso, en modo alguno estamos en quiebra técnica ni lo vamos a estar, porque los nuevos propietarios han inyectado más de 10 millones de euros", empezaba esa misiva a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, que prosigue enumerando varios contratos que supuestamente le habían adjudicado a Norvik en Galicia tras la llegada del nuevo grupo inversor.

Esa carta data de verano. En octubre, los sindicatos Alternativa Sindical y UGT ya advertían en sus respectivas redes sociales de que la empresa estaba en quiebra técnica y de que era cuestión de tiempo que acabase echando el cierre. Una muerte anunciada que ha llegado ahora. "Se han quedado 500 familias en la calle", cuentan desde la sectorial de seguridad privada de UGT.

"Ya desde UGT íbamos avisando de que estaban acumulando impago de las nóminas desde hace 3 meses e impagos desde hacía 6. Desde FESMC-UGT advirtiendo de su escasa viabilidad. Hemos denunciado reiteradamente los continuos retrasos y hemos llevado a cabo varias concentraciones para, o rescindir el contrato, o se hicieran cargo de las nóminas, aunque siempre se nos prometía que la estabilidad de la empresa quedaba garantizada".

Este diario, igual que ha hablado con ambos sindicatos, se ha puesto en contacto con la empresa Norvik, desde donde no se ha facilitado respuesta. También se ha contactado con el Grupo INV, que sigue teniendo un teléfono activo en su página web. Un operador contesta y da una dirección de correo donde se puede solicitar información, pero tampoco ha contestado nadie.

"Muchos de los trabajadores han sido subrogados por las empresas que se han ido quedando los servicios. Pero hay un centenar de personas que, como yo, no hemos sido contratados. Yo estoy en la calle y además no tengo derecho a paro. No consta como que la empresa me haya despedido. Estoy en la calle, sin derecho a desempleo, pero hay compañeros que están en situaciones más dramáticas que la mía", nos cuenta José Luis Rúa por teléfono. Como él, a centenares de compañeros les ha tocado pagar la gestión ruinosa de una empresa.