COMUNIDAD DE MADRID

Vecinos de Chamberí (Madrid) detectan nuevos bares aunque esté prohibido desde enero: "La hostelería se sale con la suya"

Pese a la entrada en vigor de una zona antirruidos siguen abriendo locales de hostelería en el barrio

La clave está en las declaraciones responsables: varios locales las presentaron justo antes de arrancar la nueva norma

Un nuevo bar-restaurante en la calle Santa Engracia, zona de alta contaminación acústica

Un nuevo bar-restaurante en la calle Santa Engracia, zona de alta contaminación acústica / Alba Vigaray / Alba Vigaray

Analía Plaza

Analía Plaza

Raquel (nombre ficticio), vecina del distrito de Chamberí en Madrid, lleva unos meses con la mosca detrás de la oreja. "Si no estoy confundida, con la entrada en vigor de la Zona de Protección Acústica (ZPAE) no se pueden abrir nuevos bares en locales que no tuvieran licencia previa", dice. "Pero el otro día me acerqué a unos obreros, les pregunté qué iban a hacer en el local en el que trabajaban y me dijeron con total normalidad que una discoteca. Ahí antes había un banco que llevaba cerrado muchos años: es imposible que tuviese licencia. He escrito al ayuntamiento y no tengo respuesta, pero creo que hay gato encerrado. Estamos acostumbrados a que los hosteleros se salgan con la suya".

Raquel, que no quiere dar su nombre real para evitar enfrentamientos con sus vecinos hosteleros —"en su día me quejé de que se saltaban a la torera los horarios y me dijeron que no sabía con quién estaba hablando", cuenta—, contactó entonces con la asociación vecinal El Organillo, una de las más combativas contra el ruido en el distrito de Chamberí (tanto, que ha conseguido que la Comisión Europea lo investigue). Allí le dijeron que tenían fichado al local en cuestión y que habían presentado cinco denuncias sin éxito.

"Solo contestaron a una, diciendo que el local presentó una declaración responsable para hacer una obra y que no pueden pararla, porque ellos no saben que vaya a ser un bar", explicó la asociación. "Sería una barbaridad que abriera un bar, mucho más que fuese una discoteca. Si en la Junta de Distrito te dan alguna información, haz el favor de hacérnosla llegar".

Cartel de Stop Ruidos Chamberí en un balcón

Cartel de Stop Ruidos Chamberí en un balcón / Alba Vigaray

El local, número 72 de la calle Santa Engracia, está a punto de ser inaugurado. Los obreros ultiman las obras de lo que en apariencia será un bar-restaurante. En la zona hay varios establecimientos similares que a partir de cierta hora se convierten en discoteca, lo que dispara las sospechas de Raquel. Dentro, dos hombres que dicen ser amigos de los dueños y estar ayudando con la obra, explican que será un restaurante, que verá la luz en pocos días y que cumpliendo ciertos requisitos —como no poner música alta— pueden abrir.

"No queremos problemas con los vecinos. Cerraremos a las doce", aseguran.

Está prohibido

La realidad es que desde el pasado 9 de enero no se pueden abrir nuevos locales de hostelería en varias calles de la zona, Santa Engracia incluida. Aquel día entró en vigor la ZPAE de Trafalgar-Ríos Rosas [PDF], que busca proteger a los vecinos del ruido que generan bares y terrazas. Es la cuarta zona así aprobada en Madrid: antes vinieron la de Centro, la de Azca y la de Gaztambide, también en Chamberí. Se anunció en julio de 2022 y se aprobó en el pleno en noviembre, hace ahora casi un año.

Las ZPAE establecen tres tipos de calle (roja, amarilla y verde, según su nivel de contaminación acústica) e imponen ciertas normas. En las zonas rojas, como el número 72 Santa Engracia, se prohíbe tajantemente abrir cualquier actividad hostelera. Ni bares ni restaurantes, ni siquiera cafeterías, croissanteries o salones de té.

¿Cómo es posible que nueve meses después de entrar en vigor la norma vaya a abrir un restaurante nuevo? A tenor de lo consultado por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA a fuentes municipales y del sector, la clave está en la declaración responsable, tal como le explicó la asociación vecinal a Raquel.

Nuevo bar en una antigua tienda de zapatos, cuya licencia se concedió después de la nueva norma

Nuevo bar en una antigua tienda de zapatos, cuya licencia se concedió después de la nueva norma / Alba Vigaray

El 5 de enero, solo cuatro días antes de empezar la ZPAE, se presentó dicho documento en la Agencia de Actividades, según se puede comprobar en la base de datos de licencias del Ayuntamiento de Madrid. Mediante la declaración responsable, el propietario que va a abrir una actividad declara que cumple con toda la normativa. Y ya pasarán los técnicos municipales a comprobarlo. En este caso, la declaración responsable habla de un bar-restaurante con horario hasta las dos de la mañana.

"El 5 de enero, una de las empresas que gestionan las licencias para el Ayuntamiento [una Entidad Colaboradora Urbanística, ECU] metió declaraciones responsables de este y varios locales más que hasta ese momento no eran sitios de restauración: eran bancos, fruterías o papelerías", cuenta Pilar Rodríguez, portavoz de la asociación vecinal. "Eso no son licencias de obra. Para solicitar la licencia de obra tienen que presentar un proyecto, planos... Y nada de eso aparece en la base de datos. Si abre será una vergüenza".

El área municipal de Urbanismo asegura, tras varias respuestas contradictorias, que "si están funcionando con declaración responsable es porque pueden hacerlo".

Más bares

El de Santa Engracia no es el único establecimiento en situación similar. Hay otro en Ponzano que metió la declaración responsable el mismo día (así aparece en la base de datos) y que, según explica el responsable, será una cafetería. Antes era una frutería y están terminando la obra. En la plaza de Olavide cerró en 2020 una histórica zapatería que el pasado mes de junio reabrió convertida en bar. Mantiene el nombre y el rótulo por estar protegido. Presentó la declaración responsable en agosto de 2022 y le concedieron la licencia en marzo de 2023, cuando ya estaba en vigor la nueva norma.

Fuentes del sector de la hostelería reconocen que se han dado casos similares en todas las ZPAEs porque la declaración responsable permite abrir locales. También ha pasado al revés: una empresa presentó su declaración responsable para abrir una cafetería en Alonso Cano el 13 de enero, cuando la norma llevaba cuatro días en vigor. Menos de tres semanas después, el Ayuntamiento se la denegó por estar en zona protegida.

"Es lo que tendrían que aplicar a todos los nuevos locales de la zona. Una declaración responsable no es una licencia", continúa Rodríguez. "No te exagero si te digo que la mitad de los locales de Madrid no tienen licencia. Lo que tienen es mano ancha para funcionar, porque el Ayuntamiento no tiene suficientes inspectores. Tampoco hay policía. ¿A qué dedicamos el dinero público entonces? No lo puedo entender".

Datos recientes recopilados por elDiario.es mostraron que el 45% de las declaraciones responsables en 2023 fueron declaradas ineficaces por el Ayuntamiento; es decir, que tenían deficiencias. Y aun así los negocios pudieron abrir.

Para la portavoz de la asociación vecinal El Organillo, la situación "es desesperante. No te puedes imaginar lo que supone que, una vez consigues algo, aunque sea una norma dulcísima para los hosteleros porque ni siquiera les cruje, no se cumpla", concluye. "Igual que la ordenanza de terrazas: vas por la calle con la norma en la mano y nadie la cumple".