COSLADA VS. EL CAÑAVERAL

Atrapados en el PAU: el alcalde que se niega a talar árboles para que entren coches de Madrid

Coslada mantiene un acceso desde el PAU madrileño de El Cañaveral cerrado porque no quiere más tráfico y contaminación

"Bastantes servicios está prestando ya Coslada a ese desarrollo urbanístico", sostiene el alcalde

Ángel Viveros, alcalde de Coslada, y los atascos en El Cañaveral, PAU madrileño que linda con su municipio

Ángel Viveros, alcalde de Coslada, y los atascos en El Cañaveral, PAU madrileño que linda con su municipio / EPE

Analía Plaza

Analía Plaza

Marga Salvador es madre de tres hijos y vive desde 2018 en El Cañaveral, un nuevo desarrollo urbanístico de Madrid. Como allí no hay colegios ni institutos, cada día ejerce de "taxista" para llevarlos en coche a clase y a las extraescolares, en otro distrito de la ciudad. "No hago otra cosa. Antes podía ir andando o en metro, pero he pasado de un piso de 45 metros cuadrados a un chalé de 300", cuenta. Todo iba bien hasta que comenzó el curso y, con él, los grandes atascos matutinos. "Ha habido una entrega masiva de viviendas y han venido a vivir diez mil personas nuevas. Los cuatro carriles de salida se convierten en uno: cómo no se va a colapsar".

Salvador ofrece un tour en su vehículo para mostrar los dos únicos accesos que tiene el barrio. Por uno (en obras) se sale a la autopista; por el otro se atraviesa un polígono industrial hasta Vicálvaro, la zona urbana más cercana. Una tercera salida, aún en construcción, conectará con la autopista por otro lado. Hay una cuarta opción, pero está cerrada. Una carretera de cuatro carriles con un asfaltado impoluto que lleva a ninguna parte. La vía se corta en seco: lo siguiente es una hilera de árboles y una valla. Al lado opuesto está la rotonda de otra ciudad.

— De ahí para allá es Coslada. ¿Qué son? Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Seis árboles. Pero el alcalde lo tiene vetado. No quiere que pasen coches. Dice que es para proteger el Humedal.

Carretera inacabada en El Cañaveral y desconectada de la rotonda de Coslada

Carretera inacabada en El Cañaveral y desconectada de la rotonda de Coslada / Google Maps

Aunque pertenece al término municipal de Madrid, el PAU (Programa de Actuación Urbanística) de El Cañaveral está más cerca de Coslada que del centro de la capital. Coslada es un municipio independiente en el que viven más de 80.000 personas y que cuenta con el desafortunado título de ser la ciudad más contaminada del país. Su alcalde, Ángel Viveros (PSOE), lleva en el cargo desde 2015 y se niega a conectar su rotonda con la carretera inacabada del nuevo desarollo. Por un lado, porque supondría talar varios árboles del llamado Parque del Humedal, un gran bosque perteneciente a su localidad. Por otro, porque no quiere más coches. "No vamos a permitir que haya tala de árboles, que nos metan 3.000 vehículos más, que colapsen más nuestras calles y que contribuyan a que haya peor contaminación", dijo en un vídeo publicado en redes sociales a pocas semanas de las elecciones. "No vamos a permitir ningún chantaje del Ayuntamiento de Madrid ni de la Junta de Compensación".

Los vecinos de El Cañaveral no dan crédito. Llevan tiempo pidiendo más y mejores accesos, porque ante la falta de transporte público —no hay ni metro ni tren y solo un par de autobuses que tardan casi una hora en llegar al centro— el coche es siempre su primera opción. Sostienen que a Coslada van a ir igual aunque no esté abierto ese acceso, porque muchos de ellos son cosladeños y se mudaron al PAU al ser las viviendas más baratas. Mantienen a sus hijos en los colegios de Coslada y acuden allí al centro de salud.

"Yo voy a pasar igual, aunque sea dando toda la vuelta. Si abriera este acceso el tráfico sería más fluido, porque dando la vuelta contaminamos más. Y nosotros no planteamos talar árboles, sino trasplantarlos", dice Salvador, que además de vecina es vicepresidenta de la Asociación de Vecinos El Cañaveral. "Pero el alcalde está empeñado en que no. Nos hemos reunido para buscar soluciones y quiere que se pueda pasar, pero solo andando y en bicicleta. Se han reunido los concejales. Ahora quiere hablarlo con el alcalde de Madrid".

"El asunto es ridículo", añade José Luis, otro vecino del barrio. "Coslada dice que no quieren abrir la salida para no talar árboles y para que la gente de El Cañaveral no tenga que cruzar su municipio hacia otros destinos. Entiendo que ambos argumentos son válidos, pero no tienen sentido porque la infraestructura ya está construida".

El punto donde termina El Cañaveral y empieza Coslada, separado por varios árboles

El punto donde termina El Cañaveral y empieza Coslada, separado por varios árboles / A.P

Un problema político

La conexión entre El Cañaveral y Coslada a través de la rotonda en cuestión aparece en los primeros planos aprobados del desarrollo, si bien desde el Ayuntamiento de Coslada defienden que no sabían nada. "Yo cogí la responsabilidad de Urbanismo en 2019 y me encontré con que estaban terminando esa carretera. Nuestro plan general no contempla ninguna conexión y los vecinos de la zona, que son a los que rendimos cuentas, no ven con buenos ojos que partamos el Humedal ni que metamos más tráfico en el municipio", explica José Sousa, concejal de Política Territorial de Coslada. "Bastante tráfico y contaminación tenemos ya con el aeropuerto y el polígono industrial como para meter más".

En 2021, Sousa y el entonces concejal de Urbanismo de Madrid, Mariano Fuentes (Cs), llegaron a un acuerdo: crearían la conexión para peatones y bicicletas y arreglarían el otro acceso, que sale tanto a la autopista M-45 como a Coslada. Aún está en obras. Aunque las decisiones se tomen a nivel político, entre concejales, la ejecución corresponde a la Junta de Compensación, la asociación de propietarios de suelo responsable de planificar y urbanizar, con el visto bueno del Ayuntamiento de Madrid, el PAU.

José Antonio Díaz Rosa, director de la Junta de El Cañaveral, carga contra el Ayuntamiento de Coslada por entorpecer su trabajo. "El problema de esta conexión y la negativa de Coslada a que trabajemos en su municipio es exclusivamente político", dice a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. "Desde 2007 las excusas han sido muy diversas, aunque la última se refiere a que impidiendo la conexión defienden los intereses de los ciudadanos de Coslada. La única solución pasa por un acuerdo entre municipios".

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se reunirá pronto con Viveros, de Coslada. Son de signos políticos distintos: PP y PSOE. Desde el área de Urbanismo de Madrid apuntan que "si no permite la conexión, no se puede aliviar". La cuestión está politizada en el Ayuntamiento de Coslada y ha enfrentado a los concejales populares, que defienden la conexión para que los vecinos no tengan que dar la vuelta en coche, con los socialistas, a los que apoya Más Madrid.

La punta del iceberg

El problema de los accesos solo es la punta del iceberg. Bajo ella subyace la falta de dotaciones públicas de El Cañaveral, donde ya hay más de 13.000 personas empadronadas y donde se siguen construyendo y entregando viviendas. "Bastantes servicios está prestando ya Coslada a ese desarrollo urbanístico que no tiene ninguno. No entendemos cómo el Ayuntamiento de Madrid pudo permitir que se abriera en estas condiciones", decía Viveros en su vídeo. "Ese barrio colapsa nuestros servicios", coincide Sousa. "Cuando se desarrolla algo de tal magnitud no se puede dejar al libre albedrío".

Antonio Giraldo, urbanista y concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid, considera a la rotonda desconectada "un mal síntoma de cómo se ha planteado el territorio en la Comunidad de Madrid. Demuestra la ausencia de planeamiento regional: cada ayuntamiento hace lo que le parece. El Cañaveral nació muy encapsulado. Yo entiendo al alcalde: hacen un barrio sin accesos y pretenden verterle los coches a él, que ya tiene sus problemas".

¿Solucionaría un tercer acceso los atascos de El Cañaveral? La doctora en transporte y planificación urbanística Floridea Di Ciommo lo tiene claro: la ciencia dice todo lo contrario. "Cuantas más facilidades pongas a los coches, peor. Cuanto más amplíes la capacidad, más se va a congestionar. Es un efecto llamada, porque no van a acudir solo los coches que ya están sino que van a ir otros", dice. "Creo que, por parte de Coslada, es coherente decir: estoy intentando bajar las emisiones y reducir el tráfico, así que no puedo abrir una nueva entrada que meta más coches. Y ofrecer otras soluciones. Te ofrezco dejar el coche a unos metros del colegio y una acera para acercar a los niños andando, un carril bici... Quizá la solución no es hacer otra entrada, sino tener un medio de transporte diferente. Está el mantra del coche pero los vecinos del PAU podrían pensar en otra reivindicación: accesos seguros al cole, parkings de bicicletas, una parada de autobús cercana o una pista ciclable".

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