ELECCIONES CATALANAS

No es solo la amnistía: el PP asume que Vox “aguantará” en Cataluña por el debate de la inmigración

Feijóo pone toda la carne en el asador mimetizando a los independentistas y el PSC para movilizar a la derecha, pero en Génova reconocen que Abascal tiene un “suelo” sólido por debates más allá de la amnistía como es la inmigración

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, el candidato del PPC a la presidencia de la Generalitat, Alejandro Fernández, y el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, el candidato del PPC a la presidencia de la Generalitat, Alejandro Fernández, y el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol. / MAITE CRUZ

Paloma Esteban

Paloma Esteban

La reflexión de Pedro Sánchez restó foco a la primera parte de la campaña catalana, que siempre estuvo llamada a eclipsar la política nacional. Pero la carta a la ciudadanía del presidente y la decisión cinco días después -al final, quedarse- dio un vuelco total al tablero. Este fin de semana, ya sí, todos los partidos se han empleado a fondo en la movilización de los suyos para una cita, la del 12 de mayo, que sigue siendo esencial para todos. En la derecha, aunque no aspiran a condicionar la gobernabilidad, se libra una batalla propia. El PP necesita recuperar una posición de fuerza en esta comunidad y, en todo caso, sacarle una distancia suficiente a Vox como para que no esté en duda el liderazgo de ese espacio.

Alberto Núñez Feijóo está poniendo toda la carne en el asador para apoyar a su candidato, Alejandro Fernández, mimetizando la campaña catalana con la europea -que arrancará justo después- ya con la cabeza de lista, Dolors Montserrat, a pleno rendimiento: ejerciendo como candidata comunitaria y, al mismo tiempo, como jefa de la campaña catalana. Una especie de ‘pack’ que el PP juega con ese doble objetivo: seguir al alza en todas las elecciones y dejar a Vox como un partido más residual. La activación de Isabel Díaz Ayuso en las cuatro provincias de estos días va por el mismo camino, y evidencia que existen dificultades para conseguirlo.

En Génova, según reconocen a este diario dirigentes de primer nivel, son conscientes de que el partido ultra tiene “un suelo más consolidado” en Cataluña por dos asuntos fundamentales: el debate de la inmigración, que cada vez tiene más peso, y el de oposición a la amnistía y a todas las alianzas de Pedro Sánchez. Esto último se lo disputa con el PP, a pesar de que no está teniendo gran protagonismo en la campaña de los conservadores. Las propias encuestas internas de la dirección nacional confirman que los asuntos relacionados con la gestión tienen bastante más importancia para los catalanes, y la amnistía, desde luego, se percibe como algo muy distinto que en el resto de España. De ahí el éxito del PSC.

Aunque los electores de la derecha esperan un discurso duro contra los pactos de Sánchez, el candidato del PP, Alejandro Fernández, tiene un perfil muy consolidado al respecto. Vox, en todo caso, sigue atrayendo a un porcentaje de electores decepcionado con los populares, que en 2017 votó a Ciudadanos y que ahora seguirá fiel a los de Santiago Abascal. Pero, sobre todo, según reconocen dentro del propio PP, hay otras cuestiones que hacen a los ultra haberse consolidado. Una muy clara es la que tiene que ver con el debate migratorio, que ha ido ganando fuerza en esta comunidad.

Vox, de hecho, ha decidido hacer de la seguridad su principal bandera de la campaña. En todos los mítines está muy presente y en las Cortes Generales han impulsado recientemente debates para combatir la inmigración irregular y agitar el debate por todos los flancos. Se trata de una cuestión, reflexionan dirigentes del PP, en la que los conservadores “no piensan entrar a competir”. Primero, dicen, porque mantienen una posición de Estado, “responsable” y en línea con lo que marca la Unión Europea. De hecho, los populares consideran que Vox actúa de manera “populista” y que emplea la “demagogia” para prometer soluciones inviables.

Este fin de semana Feijóo aprovechó un mitin en Badalona, uno de los pocos feudos populares, en presencia del alcalde, Xavier García Albiol, para fijar una posición. Pero difirió mucho, por ejemplo, de lo que pocas horas más tarde defendía Vox en Cornellà. “Hay una Cataluña que no es ambigua con el problema que la inmigración irregular supone para los catalanes y los inmigrantes legales que cumplen con su trabajo y viven en concordia con el resto de la gente”, declaraba el dirigente gallego. El lema de Vox esta campaña no deja lugar a dudas: “En defensa propia”, proclaman.

A este respeto también hay que recordar que el PP gobierna en coalición con los nacionalistas canarios en esas islas y también en Ceuta y Melilla, los tres territorios más golpeados por la inmigración irregular, y consideran que el discurso de Vox empeora las cosas. Pero, en Cataluña, se trata de un debate que también ha entrado de lleno. Lo demuestra la formación ultraderechista e independentista que lidera Silvia Orriols, Aliança Catalana, a la que las encuestas dan entrada en el Parlament. 

El último CEO catalán de hace unos días prueba que la percepción de los catalanes amplifica el porcentaje de extranjeros que realmente hay en Cataluña. En todo caso, se trata de una preocupación evidente para un sector de la población. Y Vox, que tiene por lema atacar la inseguridad (que la relaciona directamente con el fenómeno migratorio), pretende exprimirlo al máximo.

Todo lo que se puede torcer para Génova

De ahí que en Génova, que dan por hecho que superarán ampliamente en votos y diputados a los de Abascal, asuman que “aguantarán” con un número de escaños aceptable. Ya en Euskadi hubo un fuerte malestar al ver que Vox logró mantener su escaño por Álava. Lo hizo sin gran esfuerzo, ya que con un número bajo de votos era posible. Pero simbólicamente para el PP supuso mucho. En el equipo de Feijóo tenían diseñada una hora de ruta para este ciclo electoral: Vox se quedaría fuera en Galicia, después perdería su escaño en el País Vasco, lo que repercutiría en un peor resultado en Cataluña y, después, en las europeas de junio seguirían a la baja.

La piedra en el camino del País Vasco se hará más grande en Cataluña si Vox consigue resistir. Las encuestas les siguen situando en una horquilla de 7 u 8 diputados (ahora tienen 11). Su éxito o fracaso dependerá también de lo que logre el PP: el CEO catalán les da hasta 14 escaños, lo que sería un gran resultado de confirmarse. En el PP, sin embargo, bajan las expectativas aunque nadie duda de que llegarán a la decena de diputados.

Para los populares se añade otra dificultad en esta cita electoral: no se apreciará ningún castigo para Pedro Sánchez si se confirma el guion de todos los sondeos, que apuntan a que el PSC ganará ampliamente las elecciones. Feijóo necesita, por tanto, un buen resultado en Cataluña y después rematar en las elecciones europeas, o todo se pondrá difícil para el PP.