PARTIDO POPULAR

Ayuso mantiene perfil propio pero evitará "líos" con Génova

En las bases y cuadros intermedios del PP de Madrid se muestra incomodidad por las repercusiones que pueda tener un encuentro de la dirección del partido con Junts pero se muestran alineados con Génova

Acto del PP en Collado Villalba

Acto del PP en Collado Villalba / EFE / Juan Carlos Hidalgo

Aunque dentro y fuera del Partido Popular se hacen resonar los tambores de guerra cada vez que Isabel Díaz Ayuso abre la boca para dar su opinión sobre los asuntos de política nacional que afectan a su partido, en su entorno todo son muestras de quietud. No es que todo el PP de Madrid esté alineado con la estrategia de Génova sobre cómo abordar la investidura y lo que rodea a la gobernabilidad de España, pero la presidenta madrileña evita dar pie a que el PP de Madrid sea en estos momentos instigadora de rebeliones internas.

Toda su "retórica está muy bien enfocada para no tener líos", comentan en su entorno, conscientes de que cada discurso o mensaje en redes sociales es susceptible de ser leído con varias interpretaciones. Pero evitar la confrontación, la crítica o el debate público con la dirección de su partido no implica que Ayuso deje de ser Ayuso. La presidenta se ha mantenido prácticamente en silencio todo el mes de agosto, dejando que la gestión hacia la investidura sea defendida y explicada por Génova, pero cuando está en el ruedo se manifiesta, y lo seguirá haciendo, con perfil propio. De esto ya advirtieron en su equipo hace tiempo, pero son los mismos que insisten en que "no hay intencionalidad" hacia Génova en sus palabras cuando habla de política nacional.

Posición sobre los independentistas

Sin embargo, sí la hubo cuando quiso marcar los límites de las negociaciones con Junts el pasado 15 de agosto, único día de las vacaciones en el que reapareció en un acto público, y lanzó preguntas a Pedro Sánchez sobre sus conversaciones con la formación de Puigdemont cuando en su partido intentaban aclarar si se abrían o no a tener un diálogo con ellos. Aquel día reapareció con el fin de atacar a Sánchez e intentar dejar en evidencia los acuerdos que en su opinión ya estaban cerrándose en bastidores. Pero de sus declaraciones, y las aclaraciones de su equipo, se dedujo que quería dejar claro, ante el vaivén del PP de aquellos días, que su partido no debía acercarse demasiado a los independentistas.

Este lunes fue la primera en el PP en juzgar como algo "indigno" el encuentro entre la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y Carles Puigdemont. Y lo hizo en un momento en el que el partido está pendiente de ver si algún otro barón o baronesa distintos del catalán Alejandro Fernández alzan la voz para cuestionar la intención de Génova de mantener un diálogo con Junts en el Congreso. Lo hizo sin esperar a que la dirección nacional abordara el asunto en público o sentara posición sobre el tema. Poco después la secretaria general, Cuca Gamarra, criticaba a la vicepresidenta desde su cuenta de Twitter y el propio Feijóo censuraba el encuentro algo más tarde. Entre medias, el portavoz Borja Semper intentaba aclarar que una cosa era reunirse con Puigdemont y otra distinta hacerlo con Junts en el contexto de las reuniones que Feijóo quiere tener con los grupos parlamentarios antes de su debate de investidura.

Dos años de la guerra interna

Ayuso no tiene ahora una estrategia independiente a la de Génova en esta aventura hacia la investidura y en el PP de Madrid se repiten los argumentos que se escuchan en la sede nacional. La propia dirigente madrileña fue una de las primeras en decir después del 23J que Feijóo no podía "hacerse un Arrimadas" y que tenía que hacer lo posible por presentarse al debate de investidura. Pero en los cuadros intermedios del PP de Madrid sí reconocen en privado su "preocupación" por cómo puede afectar a la imagen del PP que su partido termine encontrándose con los de Puigdemont en un despacho. La situación, dicen, es "endiablada" y aunque evitan criticar abiertamente a Génova sí dejan que se desprenda cierta incomodidad.

El pasado viernes en el arranque del curso político madrileño, todo fueron flores y apoyo púlbico a Feijóo por parte de Ayuso, aunque tuvo tiempo para calificar de "bisoño" el intento del PP de apelar a un PSOE que ya ha desaparecido justo un día después de que su jefe de filas propusiera a Sánchez un gobierno de dos años con acuerdos sobre seis asuntos concretos. También de decir que "Madrid está en contra de los nacionalismos", para que no quedaran dudas. "Todo es a favor" de Génova, insisten en el PP de Madrid. Pero hace ahora justo dos años que la dirigente madrileña empezó a poner patas arriba su partido por su enfrentamiento con el entonces líder Pablo Casado y ese movimiento persigue ahora su actos, sobre todo, una vez que Feijóo no logró una mayoría clara que le permita llegar a la Moncloa.