MAPA ELECTORAL DEL PSOE

Los barones preparan una campaña personalista donde pesará la situación económica pero no ERC

Los presidentes socialistas intentarán que el debate de las elecciones autonómicas se ciña a su propia gestión

Reconocen que ha dejado de pesar en el voto los tratos con ERC y EH Bildu y el 'ruido' del Gobierno de coalición porque el gran debate nacional es el económico

Presidentes

Presidentes / Chema Moya / EFE

El cambio de tercio en la legislatura que ha generado la crisis económica derivada de la guerra de Ucrania ha aligerado el peso en el debate interno del PSOE de la dependencia de ERC y EH Bildu en el Congreso y de los constantes roces del Gobierno de coalición. Salvando la pandemia, estos dos asuntos han sido hegemónicos desde el comienzo de 2020, enturbiando la convivencia interna. En Aragón y Castilla-La Mancha los tratos con los independentistas han sido un motivo de fricción con Pedro Sánchez. En otros territorios, sobre todo del sur, también molestaba aunque no se decía. Pero en el resto de España ha sido un tema menor. En muchas comunidades del norte los reproches al Ejecutivo se limitan el constante ruido que provoca la difícil convivencia con Unidas Podemos y no penalizan los votos de EH Bildu o de ERC.

Pero, a siete meses de las elecciones autonómicas y municipales, todo esto es pasado. La realidad económica del país es lo único que en los territorios socialistas se considera determinante. La discusión política sobre la reforma de la sedición, que el PP ha puesto como excusa para romper la negociación sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Constitucional, no ha tenido ningún recorrido en el PSOE. Ningún barón ha querido pronunciarse sin una propuesta de por medio e incluso Felipe González ha salido al ataque contra Alberto Núñez Feijóo. La razón, reconocen, fuentes del partido, es que "estamos en otra cosa".

"APOSTAR POR LA MARCA PERSONAL"

Y en lo que están, según reconocen dirigentes de distintos territorios, es en plantear campañas muy vinculadas a su gestión, que podrían calificarse de personalistas, donde los ecos del runrún nacional, salvo para defender las medidas del Ejecutivo contra la crisis, sean muy periféricos. Nada distinto, señalan, a lo que hizo Juanma Moreno en Andalucía, Alfonso Pérez Mañueco en Castilla y León o el propio Feijóo en Andalucía. "Es el vademécum en todas las comunidades", subrayan fuentes socialistas.

Los barones están decididos a "apostar por la marca personal" y defender con uñas y dientes su balance de legislatura. Se trata, además, de una estrategia absolutamente transversal, que asumen en la Comunidad Valenciana, en Aragón, en Castilla-La Mancha o en Navarra, donde gobiernan presidentes con distinto grado de sintonía con Pedro Sánchez.

"Nuestro reto", aseguran, en una de las comunidades que en mayo de 2023 se enfrenta a unas elecciones, es "que la gente tenga claro que el marco es autonómico". Pero, pese a ello, no dejan de reconocer el "impacto de la evolución de la economía". "De momento parece la inflación va a seguir bajando y no se está destruyendo empleo", destacan en Castilla-La Mancha. "Los próximos tres meses son importantes para definir qué escenario enfrentamos en precampaña y en campaña".

ECONOMÍA Y EMPLEO

"Las preocupaciones pasan por la economía y por el empleo, tanto como por atraer inversiones y proyectos", corroboran en Extremadura. "En eso nos la jugamos en esta cita". Las encuestas no dirán nada interesante hasta marzo y lo que pase económicamente hasta entonces es lo que atenaza las estrategias políticas en los territorios socialistas.

Por eso, aunque todos los barones reconocen el esfuerzo del Gobierno a la hora de encarar la crisis e incluso haber acertado con las propuestas, se han lanzado también a adoptar medidas para transmitir que ofrecen sus propias respuestas. En el socialismo navarro destacan que "lo que más influye son las medidas para ayudar a las personas y a las empresas". Desde el PSOE de Aragón aseguran que la gente lo que quiere es "tener recursos para ir chutando", "mantener el trabajo y llegar a fin de mes". Por eso, resumen desde ambos lugares, es fundamental dar "estabilidad" en momentos complicados".

En las baronías socialistas se está probablemente más cerca del Gobierno que nunca pero a la vez ocupadas y preocupadas por lo suyo. O exhibiendo ya datos económicos o esperando testar el resultado de sus últimas decisiones. Ahora desde los territorios la sensación es que el Ejecutivo está "más estabilizado" y empeñado en demostrar que se pueden "resolver las crisis de otra manera". "Ayudar a los bancos o ayudar a las personas".

La consigna, apuntan en el socialismo andaluz, es hablar de economía, de los problemas reales de los ciudadanos. La lectura interna extendida en el PSOE, incluso en aquellos territorios donde el tema catalán y la alianza con ERC y EH Bildu han pasado factura electoral en otros momentos, es que el PP vuelve a esos asuntos como estrategia para desviar la atención por la “insolvencia” demostrada por Feijóo. Consideran que el PP había calculado un hundimiento de la economía española y un panorama terrible que iba a llevarse por delante al Gobierno de Sánchez pero creen que “España está aguantando” y que esa estrategia se ha desmoronado, por lo que los populares tienen que “volver a sus clásicos”, en referencia a ERC y la reforma de la sedición.

En Extremadura exhiben el mismo convencimiento de que el discurso político no debe desviarse del tema económico, de exprimir al máximo los fondos europeos, de atraer inversiones, de hacer la vida diaria a la gente menos cuesta arriba. “En eso estamos todos”, zanjan fuentes de la dirección extremeña.

CATALUÑA, UN TEMA "AMORTIZADO"

Los barones confían en que sea su trabajo en estos cuatro años el que realmente se juzgue. Y no sólo en los datos puros y duros sino también en cómo se ha comportado cada líder en la pandemia, "si se ha escondido o ha tomado decisiones y si ha sido cercano a la gente". Una proximidad que resulta clave en las elecciones locales. En Galicia, donde no tienen autonómicas, sostiene que aunque las municipales también están influidas por el ambiente político nacional, tienen una dinámica propia: "la cercanía, el liderazgo del alcalde o la alcaldesa de turno o como estén las obras y servicios de cada municipio". Pero, destacan también, la relevancia de la economía en el voto en las grandes ciudades.

Una constancia que también tiene el PSOE andaluz, que se juegan mucho en estas municipales tras la debacle ante el PP de Juan Manuel Moreno el pasado junio. El partido sabe que un terremoto interno de consecuencias imprevisibles puede recorrerlo si los resultados vuelven a ser tan malos y sobre todo si los principales alcaldes se quedan en la cuneta el próximo mayo. “Lo último que nos debería preocupar es Cataluña”, admite un dirigente provincial.

En el socialismo andaluz se muestran convencidos de que es “una maniobra de distracción” del PP que puede causar cierto desgaste pero mucho menos que en otras etapas porque es ahora mismo “un asunto amortizado desde el punto de vista electoral”. Algo que corroboran en Extremadura donde creen que ahora mismo hace más daño los problemas del tren o el “ninguneo” a esta tierra que cualquier debate sobre qué va a ocurrir con los líderes del ‘procés’. En las filas socialistas admiten que causó mucho más malestar interno la batalla fiscal abierta entre el Gobierno y los territorios que el tema de la reforma del delito de sedición. “Si Feijóo busca la complicidad de los barones del PSOE no la va a encontrar. Con ese tema no”, advierten.