NEGOCIACIONES POLÍTICAS

Vértigo en el Congreso: muchas leyes, poco tiempo y mal rollo

La posibilidad de que antes de fin de año el Congreso reciba una propuesta para reformar la tipificación del delito de sedición ha generado inquietud, pero no tanto por motivos políticos, que también, sino por algo fundamental para los legisladores: el tiempo

Los diputados del PNV Mikel Legarda y Aitor Esteban

Los diputados del PNV Mikel Legarda y Aitor Esteban / EFE/JJ Guillén

Ángel Alonso Giménez

Ángel Alonso Giménez

Atasco en el Congreso. Atasco de leyes. Cómo si no se explica que el pleno de la semana que viene se cierre con una sesión que dará salida a seis proyectos legislativos, ninguno de los cuáles es el de los presupuestos. Ése sigue su curso. Ya está inmerso en la etapa más dura, la de las enmiendas parciales, más de 5.400 este año. No van a incluirse todas en el proyecto, claro; de hecho, la negociación se centrará en unas decenas. Ahora bien, el trabajo que les espera a los diputados encargados de cuadrar las cuentas del Gobierno con los cambios que piden los aliados, especialmente estos, no será sencillo ni relajado.

En conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, un parlamentario de frecuente interlocución con el Gobierno y con el PSOE recalcaba que el gran problema que se le avecina al Ejecutivo, si no le ha caído ya encima, es el tiempo. La legislatura se está acabando, señorías.

Un repaso rápido a las fechas que quedan hasta final de año: habrá pleno, sí, la semana que viene; luego habrá dos semanas sin ellos; la del 21 de noviembre se espera que la cope entera la concreción de los presupuestos, lo que lleva varios días, un sinfín de debates, numerosas negociaciones en los pasillos y una votación eterna. Y decir "eterna" aquí significa que, fácil, puede durar horas.

A bote pronto, por tanto, la salida de leyes hacia el Senado se paralizará hasta la última semana de noviembre, que el diputado consultado prevé intensa y muy ajetreada. Y no sólo esa, sino las que vendrán después. Entonces aparecen remarcadas seis fechas: 13, 14, 15, 20, 21 y 22 de diciembre. El alud de leyes que puede precipitarse durante estas dos semanas de pleno asusta.

Y qué leyes. Ley trans, ley del aborto, ley de bienestar animal, la de los impuestos temporales a banca y energéticas, y quién sabe, una reforma del Código Penal para tipificar de otra manera el delito de sedición.

Sin parar. Sin tregua. Con poco descanso

Así está el calendario. No son días fáciles para los funcionarios de la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes. Uno se imagina sus caras cuando sobrevuela por sus mesas de trabajo la modificación del delito de sedición y siente algo parecido a la solidaridad. Lo que nos faltaba, pensará alguno.

Pero, ya sin elucubraciones y fantasías, casi peor lo llevan los diputados de los grupos pequeños y sus asistentes. Por ejemplo, una diputada de un grupo, digamos, mediano, reconocía hace pocos días que ni siquiera había podido estudiarse uno de los últimos decretos leyes emitidos por el Gobierno. 48 horas antes de su aterrizaje en el pleno para decidir si se convalidaba o se derogaba, la diputada apenas había podido escudriñar el texto en busca de "trampas" o "sorpresas", que en modalidades legislativas como un decreto consisten en novedades que nada tienen que ver con el contenido principal.

¿Se acuerdan de la entrada de Pablo Iglesias, entonces vicepresidente, en la comisión del CNI, dentro de un decreto sobre la contención de las primeras olas de covid? ¿Recuerdan el ardid a favor de los pensionistas en el famoso decreto de las mascarillas? A esto nos referimos cuando hablamos de sorpresas o "trampas".

Pero está el ritmo parlamentario tan aturullado (por cantidad) que los decretos han pasado a segundo plano. El jueves pasado atravesó el pleno como una exhalación el que baja el IVA del gas al 5%. 284 votos a favor congregó. También es verdad que abordan una normativa difícil de contradecir o de rechazar, tal y como están las cosas. El jueves que viene toca convalidar o derogar otro, también sobre consumo energético y, ojo, las subidas salariales de los empleados públicos. Menos mal. Esto no hay quien lo discuta. Habrá que escrutarlo, sí, es obligación de la oposición, pero no dará guerra. Cruzará el hemiciclo otro rayo.

María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública, durante la entrevista.

María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública, durante la entrevista. / efe

Será así, también, por la dedicación en exclusiva que concita el proyecto presupuestario. Los tiempos de trabajo no dan para mucho más. Hace un par de semanas, en su estreno en la sala de prensa, la secretaria general del grupo socialista, Isaura Leal, dijo que el 90% de la bancada de su grupo estaba entregada a la tramitación de las cuentas. Si está así una bancada de 120 representantes, ¿cómo estará la del PNV, que tiene seis?

No solamente los parlamentarios están ahora dándole todo el día a la calculadora de los presupuestos, sino también sus asistentes. La ratio de ayudantes que tiene el Congreso es poco menos que uno por diputado/as. Esto significa que a los miembros del Partido Nacionalista Vasco les acompañan unos 5 colaboradores. Luego, el grupo, con las subvenciones que reciben, pueden contratar a otros. Pero ni mucho menos sus plantillas alcanzan los niveles de los grandes grupos. Les tienen que ayudar los compañeros de Euskadi.

Figúrense entonces cómo les puede sentar que irrumpa María Jesús Montero un buen jueves de octubre y dé a entender, aunque con ambigüedad, que la reforma del delito de sedición está al caer. A ver, a ver... Que hay leyes importantes ya en trámite (recuerden lo que sucedió hace poco con la ley del deporte, con el poderoso mundo del fútbol implicado), que están los presupuestos en ciernes... No tanta prisa. Rebajen la urgencia.

Mal rollo

Si por lo menos los partidos que forman el Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, fueran al compás. Si fueran al unísono con las leyes... Pero no es el caso. La Mesa del Congreso decidió esta semana desbloquear la ley del bienestar animal y la otra norma que es como su apéndice, ya que pretende modificar el Código Penal, y resulta que se prevé batalla. El origen de la beligerancia se encuentra en una enmienda de los socialistas destinada a apartar de la regulación a los perros de caza y a los que usan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. La anunciaron hace unas semanas y los "morados" pidieron que no la registrara. En balde.

No es la única. El PSOE quiere aligerar los procesos judiciales por "okupación" de inmuebles en contra del criterio de su socio en la coalición. Nada hace presagiar un cambio de opinión. Un frente más, el enésimo.

Igual que la ley trans. El PSOE ha estado retrasando el desbloqueo de la norma en el Congreso porque se le ha levantado una crisis interna bastante ruidosa. Aunque no ha remitido la tormenta, este pasado viernes avanzaron el contenido de las enmiendas, entre ellas la exigencia de la autorización judicial para la mención del sexo en el registro civil. Esto, para la formación de Irene Montero, es una línea roja, una frontera infranqueable. Frente enésimo+1.

Pronto aún para vaticinar un desenlace para la ley de vivienda, posiblemente el reto más complejo y laberíntico que tienen los socialistas por delante. Unidas Podemos, ERC y EH Bildu quieren velocidad; el PSOE, no. Frente enésimo+2.

Hay más porque es probable que Unidas Podemos, a pesar de ser el socio "pequeño" de la coalición, contraatacará. Que haya presentado enmiendas conjuntas sobre vivienda con ERC y EH Bildu es un atisbo de lo que puede estar planeando. Le quedan recursos si su deseo es redoblar la presión. Están pendientes la reforma del aborto y la proposición de ley contra el proxenetismo, un tema bandera del PSOE que Unidas Podemos no enarbola no tanta efusividad. Uno es abolicionista de la prostitución; otro pone matices.

Los aliados asisten entre contrariados y anonadados a la sucesión infinita de peleas internas y suspicacias. Pero han decidido, por regla general, abstraerse; han decidido seguir sus propios caminos. El PNV, lograda la renovación de la ley del cupo, se ha propuesto completar la agenda de transferencias. EH Bildu se ha fijado en medidas sociales en favor de los pensionistas y grupos vulnerables. ERC ha trazado una hoja de ruta marcada por la consecución de más inversiones en Cataluña y por la reforma del delito de sedición, sobre todo.

Y aquí puede haber problemas. No es un tema sencillo, como demuestra la voladura descontrolada del (casi) pacto sobre un nuevo Consejo General del Poder Judicial. Es cierto que el PP no estará en la ecuación. El partido lo van a disputar PSOE, ERC, PNV y EH Bildu... Y Unidas Podemos si entonces ha menguado su malestar con el socio "grande" de la coalición.

No se sabe aún cuándo llegará la propuesta, pero fuentes socialistas creen que será en breve. "Es un compromiso del presidente", puntualizan. Sí va despejándose el formato: una proposición de ley. La proposición, a diferencia del proyecto, emitido por el Gobierno, puede tener una tramitación más rápida.

Otra más.