UNIDAS PODEMOS

Nacho Álvarez, el último economista 'morado' que se disputan Podemos y Yolanda Díaz

El dirigente ha mantenido una posición intermedia entre la total sintonía con la candidata y su lealtad al partido

Rueda de prensa de Nacho Álvarez, de Podemos.

Rueda de prensa de Nacho Álvarez, de Podemos. / Juan Manuel Prats

Los recelos existentes entre Podemos y Yolanda Díaz pillan de por medio a uno de los perfiles más veteranos del partido, como ha quedado patente en la última pugna a cuenta del aumento del gasto en Defensa. La vicepresidenta encabezaba el equipo negociador de Unidas Podemos para los Presupuestos, en el que estaba también Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales y miembro de Podemos. Unas horas después de celebrar el acuerdo alcanzado con el PSOE, Pablo Echenique hizo decaer toda celebración asegurando que los morados desconocían el detalle de la subida, mientras el equipo de Díaz contradecían esta versión. La dirigente aseguraba este mismo viernes que Unidas Podemos "al completo" estaba al tanto del incremento.

En los argumentos ofrecidos por ambas partes, todos citaban como testigo privilegiado a la misma figura, Álvarez, que en el fragor de este episodio optó por el silencio evitando así cuestionar ninguna de las versiones. El dirigente está en Podemos desde la fundación del partido pero en los últimos tiempos ha mostrado una fuerte sintonía con la vicepresidenta segunda del Gobierno y candidata del espacio. Una postura intermedia difícil de mantener, dadas las tensiones existentes, y que ha convertido a Álvarez en una rara avis, más aún después de las salidas de otros cuadros que habían defendido esa dualidad. Pero Nacho Álvarez lleva su papel con cierta desenvoltura, y es que no es la primera vez que se encuentra en una situación similar, navegando entre dos aguas. 

De perfil dialogante pero enraizadas convicciones, Nacho Álvarez se ha consolidado como una de las figuras más respetadas dentro de Podemos. Un respeto que también le guardan en las filas de la vicepresidenta. Es el responsable económico de la ejecutiva morada desde la fundación en 2014, y su perfil se cotizó especialmente a partir de 2017, cuando la batalla de Vistalegre 2 rompió la organización en dos mitades y los principales economistas de la formación, como Jorge Uxó o Alberto Montero, se situaron en la facción derrotada y salieron después del partido.

Mientras Podemos vivía sus meses más oscuros y se preparaba para un choque de trenes entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, Álvarez trató de abrir junto a Carolina Bescansa una vía intermedia para evitar la ruptura. Finalmente, ante la imposibilidad de llegar a ningún acuerdo y lo inevitable de los acontecimientos, decidió dar un paso atrás y no presentarse a las primarias, quedando fuera de la organización. Pero Iglesias le amnistió, en un gesto pocas veces visto en su etapa como líder morado.

LEJOS DE LA CONFRONTACIÓN

Y es que Nacho Álvarez, pese a oponerse a la lógica de confrontación, siempre había guardado lealtad al entonces secretario general. Su extrema discreción y su tono habitual, por el que tiende a evitar los exabruptos y las críticas públicas que tanto abundaron en aquella batalla, le valieron la absolución de Iglesias, que le incluyó en la cúpula morada sin haber pasado por las urnas. Su carácter le salvó -Iglesias no hubiera perdonado una afrenta-, y a esto se sumó una cuestión de pura necesidad: ante la fuga de perfiles económicos, Podemos necesitaba mantener a un referente en esta materia.

Nacho Álvarez junto a Pablo Iglesias, Ione Belarra y Yolanda Díaz en 2020.

Nacho Álvarez junto a Pablo Iglesias, Ione Belarra y Yolanda Díaz en 2020. / EFE

“Ha hecho un trabajo fundamental en la Secretaría de Economía, queremos que siga trabajando en esa área y él está de acuerdo”, anunció Iglesias en un críptico tuit. Y así fue como Álvarez comenzó una nueva etapa donde llegó a ser una de las personas de máxima confianza de Iglesias, que le situó en la Secretaría de Estado que aún ostenta, ahora bajo la batuta de la ministra de Derechos Sociales Ione Belarra. También ha ocupado un papel especialmente relevante en la coalición, puesto que ha sido el principal negociador de Unidas Podemos en todos los acuerdos presupuestarios desde su entrada en el Gobierno -2020, 2021 y 2022-. En la última mesa de negociación también se incorporó a la mesa el jefe de Gabinete de Díaz, Josep Vendrell.

Doctor en 'Economía Internacional' por la Universidad Complutense de Madrid y profesor en el Departamento de Estructura Económica de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Álvarez se ocupa de una tarea especialmente sensible para el socio minoritario de coalición. En las últimas negociaciones, el dirigente celebró y explicó extensamente en redes sociales todos los logros arrancados por Podemos en las cuentas del próximo año. Poco después, Echenique rebajaba el entusiasmo. "Nosotros no vamos a romper el gobierno por una deslealtad del PSOE, porque sería muy irresponsable cuando tenemos a Feijóo y Abascal afilando los cuchillos. Pero quiero decir claramente que nos han ocultado el aumento unilateral en el gasto de Defensa y que es una vergüenza", sostuvo el portavoz parlamentario.

Álvarez, principal responsable de la negociación, guardó silencio sobre este punto y sólo un día después ratificó su satisfacción por el acuerdo alcanzado: "Hay muchos motivos para estar satisfechos con estos Presupuestos Generales del Estado", destacó en un mensaje de Twitter, contraviniendo el malestar expresado por Podemos. La ofensiva iniciada por los morados no ha gustado al responsable económico del partido, según apuntan fuentes conocedoras; el secretario de Estado ya se vio inmerso en otra de las batallas abiertas entre la formación y Yolanda Díaz como fue la candidatura andaluza, que abrió una batalla en el espacio de la izquierda.

Álvarez intentó mediar para lograr un candidato de consenso pero sus pretensiones se vieron frustradas: Podemos aceptó el acuerdo sobre la bocina y el acuerdo no llegó a tiempo para registrarse ante la Junta Electoral, quedando oficialmente fuera de la coalición. Un episodio que también pesó al economista morado, que observa con frustración el creciente distanciamiento, que aboca a un futuro choque de trenes.

LAS SALIDAS

Podemos, en su batalla soterrada contra Yolanda Díaz, ha ido expulsando a los perfiles que simpatizaban con la vicepresidenta. Un cierre de filas que busca reforzar a los cuadros más leales dentro del partido para hacer fuerza en la futura negociación con Díaz para la configuración del espacio. Unas negociaciones en las que el partido, según ha manifestado Irene Montero, aspira a ser un "aliado electoral" de Sumar, situando a ambas organizaciones en un plano de igualdad y restando capacidad de decisión a su eventual candidata.

Uno de los últimos damnificados ha sido Enrique Santiago, el que fuera secretario de Estado de Agenda 2030, dependiente del ministerio de Belarra. El dirigente, líder del PCE y miembro de IU, había sido uno de los principales valedores de Podemos en el Congreso, pero la relación se agrietó después de la pugna andaluza. Santiago era también uno de los principales negociadores del grupo parlamentario y llevaba algunos de los asuntos más sensibles, como la ley de memoria democrática o la ley mordaza. Un papel que no le eximió de la depuración de responsabilidades iniciada por los morados para el nuevo curso. En julio fue cesado del puesto, ante la sorpresa de gran parte del propio espacio. Su lugar lo ocupó la secretaria de Organizacilón del partido, Lilith Verstrynge.

Antes de él había sido cesada Amanda Meyer como jefa de Gabinete de Irene Montero. La dirigente, de IU, daba muestra de la buena integración de los dos partidos del espacio, pero el enfrentamiento en Andalucía precipitó su despido, que tuvo lugar en plena campaña electoral, unos pocos días antes de la cita con las urnas, pese a la petición de parte del espacio de posponer el anuncio para no perjudicar electoralmente a la coalición.

Meses antes, en otoño, otro cuadro de la ejecutiva de Podemos abandonó su puesto de responsabilidad. Por entonces el partido comenzaba a perfilar su ofensiva contra Yolanda Díaz para hacerse valer frente a ella en una eventual candidatura. El secretario general del grupo parlamentario, Txema Guijarro, un perfil leal al partido que abogaba por facilitar el camino a la vicepresidenta gallega en su carrera hacia las urnas, optó finalmente por apartarse de la organización. Dimitió de su puesto en la ejecutiva morada por discrepancias con la dirección y se suma a la lista de los 'mediadores' entre ambas facciones del espacio que se han visto damnificados.

A esta lista podría sumarse antes o después el propio Álvarez, que de momento ha logrado con éxito guardar los equilibrios para no verse señalado, pero cuya apuesta por el futuro del espacio, encarnada en Sumar, amenaza con ponerle en entredicho. Los próximos meses serán una importante prueba, conforme se tense la cuerda y se aproximen las negociaciones entre Podemos y la vicepresidenta. Una situación que, de llegar al límite, podría acabar con la salida de uno de los 'mediadores' apreciados en las filas de Podemos y a la vez querido por la futura candidata.