Elecciones andaluzas

Al calor de la cocina: los candidatos andaluces pasan de gurús y eligen fontaneros

En Andalucía, los candidatos a las elecciones del 19 de junio han confiado sus estrategias a sus equipos políticos convencionales. Salvo Vox

El candidato a la Junta de Andalucía del PP, Juanma Moreno, durante una visita a La Línea.

El candidato a la Junta de Andalucía del PP, Juanma Moreno, durante una visita a La Línea. / PP

Isabel Morillo

Isabel Morillo

Lo dijo el presidente de Estados Unidos Harry Truman y se lo espetó Hillary Clinton a Barack Obama en un debate donde el que llegó a presidente se quejaba de la dureza de las preguntas de su adversaria: “Si no puedes aguantar el calor, sal de la cocina”. Desde luego que ‘en la cocina’ de una

campaña electoral

hay que estar concienciado para asumir sacrificios y desgaste. Si el candidato gana, será por su encanto y carisma. Si pierde, será culpa de su equipo.

En Andalucía, los candidatos a las elecciones del 19 de junio han confiado sus estrategias a sus equipos políticos convencionales. Salvo Vox, que ha puesto la dirección de la campaña de Macarena Olona en manos de Álvaro Zancajo, “periodista y presentador de televisión”, dice su currículum, el resto tira de ‘aparato’. Los aspirantes han confiado su futuro a los fontaneros de cada partido.

Juan Manuel Moreno

(PP) se confía al coordinador general del PP, Elías Bendodo, hombre fuerte de su gobierno y su mano derecha en los últimos años en la Junta.

Juan Espadas

(PSOE) se ha formado un equipo coral, defienden en su candidatura, con dirección colegiada pero donde manda el secretario de Organización del PSOE-A, Noel López. A

Juan Marín

(Cs) le dirige la campaña el diputado nacional y miembro del Comité Ejecutivo Miguel Gutiérrez. La candidata de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, tiene como jefe de campaña al secretario general del Partido Comunista de Andalucía, Ernesto Alba. Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, está acompañada por Néstor Salvador Galindo y Esperanza Fernández, su jefa de prensa.

Nada de gurús ni consultores políticos al frente. “La moda de Iván Redondo pasó”, dice con sorna uno de los candidatos. Ha existido asesoramiento externo de consultores de comunicación y se refuerzan con apoyo externo las redes sociales, que han pasado a ser uno de los aspectos más mimados de los partidos. Pero el grueso de la batalla la libran los habituales, los fontaneros de cada casa política.

En el caso de Moreno, completan el equipo Antonio Sanz, viceconsejero de Presidencia, exsecretario general del PP andaluz (2006-2012), el eterno escudero de Javier Arenas; Toni Martín, vicesecretario general del partido; su director de comunicación, el periodista Sebastián Torres. Se suman a ese núcleo duro dos miembros habituales de su gabinete, Nacho Díez y Pamela Hoyos, la secretaria general, Loles López, y la coordinadora del programa electoral, consejera de Cultura y número uno por Sevilla, Patricia del Pozo.

Espadas cuenta con todos los trabajadores de San Vicente, sede del PSOE andaluz, que han visto incrementada de forma importante sus horas de jornada. Entre quienes deciden su estrategia están Ángeles Férriz y María Marquez, Gaspar Llanes, que ha estado al frente del programa, veteranos como Mario Jiménez, en el área de comunicación Miguel Ángel Vázquez. El candidato socialista es muy de decidir y participar en todas las discusiones, admiten los suyos. “Su campaña la dirige él”, advierten.

La candidata de Por Andalucía se acompaña de su director de comunicación, Miguel Santos, y de uno de sus asesores de confianza y excargo de Izquierda Unida, Rafa Ibañez, que siempre está aunque habitualmente busca el segundo plano.

A Marín le acompañan también la dirección de Cs en Andalucía, Elena Sumariva (secretaria autonómica de programas), Javier Loscertales (secretario autonómico de Acción Institucional) y Andrés Reche (secretario autonómico de Organización). A Macarena Olona (Vox), junto a Zancajo la acompaña también habitualmente el senador por Andalucía Jacobo González Robatto, coordinador de su campaña, que ya saltó a la primera línea informativa por ser cabecilla de la estética ‘Peaky Blinder’, tirante, boina, camisa desabrochada…, en Castilla y León. Él ya la acompañó en las generales de 2019, cuando Olona sacó escaño por Granada.

Es la campaña más audiovisual. “La ventaja de Vox es que tienen un colegio entero al frente de las redes”, dice alguien al frente de este asunto en el PSOE. Mucha gente joven y mucho desparpajo en Instagram, Facebook e incluso Tik Tok. Mucha foto de ‘Vogue’ para Olona y poco contenido. Si el resto de programas electorales suman centenares de páginas y propuestas, el de Vox es un ‘flyer’ con diez propuestas. Los vídeos de los candidatos desvelan también muy a las claras la estrategia de cada partido.

Un conocido empresario andaluz expresó una vez su incomprensión sobre el funcionamiento interno de las campañas electorales. “Pero ¿cómo puede que ser que mande el portero?”, vino a decir atónito porque los responsables de la logística llevaran y trajeran, pusieran y quitaran al señor candidato como si fuera una marioneta. Es como si, efectivamente, en su empresa durante quince días al año se rompiera toda la jerarquía y mandara ‘el hombre de los recados’.

Así es. La campaña electoral es ese momento en el que todo el mundo da órdenes al candidato, que se mueve constreñido por un cronómetro y decenas de citas que cumplir en un tiempo récord. No es un proceso democrático, avisan quienes tienen varias a cuesta, es más bien una operación militar donde los expertos opinan y la última palabra la tendrá el responsable de campaña.

La politóloga Ana Salazar, responsable de Idus3, lo explica claro: “Una campaña electoral es como cuando en una obra de teatro se abre el telón. La mayoría del trabajo ya está hecho y lo que viene es solo la puesta en escena”. Hay un calendario perfectamente fijado, donde se sabe cada día de qué se va a hablar, dónde, con qué colectivos para la foto. A primera hora es la reunión de ‘maitines’, todo debe estar en marcha antes de las 9 porque después “ya es misión imposible hablar con el candidato”, asegura Salazar.

Ahí se añaden temas o se quitan de la conversación de los candidatos. Las prioridades están fijadas, pero se ajustan a la actualidad. Se preparan los ‘canutazos’ o comparecencias breves ante la prensa, se prevén las preguntas o temas que pueden caer. Cada día todo está milimetrado, pero con margen para hacer ajustes. Como norma, todos los candidatos están desvelando su agenda a cuentagotas y ningún partido ha querido dar el presupuesto con el que afrontan las dos próximas semanas.

En su punto 86, el consultor Joseph Napolitan, conocido como uno de los padres de la consultoría moderna y autor de “100 cosas que he aprendido en 30 años de trabajo como asesor de campañas electorales”, apunta algo importante: “Las campañas debieran ser divertidas”. Es “un negocio absorbente y lleno de presiones y tensión” pero si no hay momentos de risa y alegría, advierte el consultor político estadounidense, se transmite el desánimo.

Por eso quizás, pese a la cantidad de kilómetros por delante y a que estamos a una semana, más o menos, de que los aspirantes comiencen a no saber exactamente desde que pueblo hablan, todos aseguran tener ganas y muestran entusiasmo. Este listado comienza así: “Una estrategia correcta puede sobrevivir a una campaña mediocre, pero incluso una campaña brillante puede fallar si la estrategia es errónea”. Hay un 40% de andaluces que no han decidido el voto. De estos estrategas depende.