Opinión | LA CARTILLA DE LA DIRECTORA

23J: España busca presidente en la quimera o debajo de las piedras

Tanto el líder del PP como el del PSOE quieren ir a la investidura y ser presidentes. Pero el PNV ha dado un portazo a Feijóo por haber pactado con Vox en mayo y a Sánchez le queda un duro camino para recoger variopintos apoyos

España busca presidente en la quimera o debajo de las piedras

España busca presidente en la quimera o debajo de las piedras / Nacho García

Pasadas las primeras horas después de unas elecciones generales con sorpresa, el ganador oficial del 23J, Alberto Núñez Feijóo, y quien puede acabar resultando el vencedor real de los comicios si logra cuadrar círculos por la vía de los pactos, Pedro Sánchez, han movido ficha para imponer relato. Cada cual, el suyo. Y lo han hecho marcando muy distinto ritmo. El ritmo, en esta ocasión, forma parte también de la estrategia de cada cual para imponerse ante la opinión pública.

Feijóo tiene prisa. Mucha. El jefe de los populares explicó a su Junta Directiva Nacional que él se considera el más legitimado para intentar una investidura por haber ganado tanto en votos como en escaños los comicios del domingo, aunque el contexto político haga impensable imaginar que consiga superar la votación en el Congreso. Pero ahora no es prioritario hacer cuentas realistas. Lo que toca, según parece, es imponer un discurso. Y el del dirigente gallego se basa en que en España, como es tradición, debe dejarse gobernar a quien ha recogido más apoyos en las urnas, aunque eso suponga que tire la toalla otro adversario que teniendo menos escaños, reúna más posibilidades.

Esa tradición es la que esgrime Feijóo para justificar su pisada de acelerador. Para argumentar que ya se ha puesto en contacto con el PSOE a fin de intentar fijar una futura cita en la que solicitar su abstención. Conoce de sobra que obtendrá un "no es no" por respuesta. Conviene no olvidar además que el grupo socialista del Congreso lo ha diseñado el propio Sánchez, habiéndole costado algún que otro encontronazo con barones del PSOE que pretendían dibujar otra estructura en sus listas territoriales.

También ha telefoneado ya el presidente del PP a UPN, que como era esperable le garantiza el aval de su único diputado gratis, y ha abierto conversaciones con una reticente Coalición Canaria y con Vox, al que solo se le ofrece la oportunidad de derrotar al sanchismo. O sea, nada de una coalición. ¿Por qué? Por ser un intento a la desesperada de que el PNV, con sus cinco diputados, pueda ablandarse y cambiar de bando -de bloque- en el Parlamento para que Sánchez no repita. Los nacionalistas vascos no parecen estar por la labor de sumarse a ninguna estrategia en la que se cuente con la extrema derecha. Pero ojo, porque la extrema derecha también ha advertido ya de que a los nacionalistas, sean de donde sean, ni agua.

Por tanto, el camino emprendido con velocidad por Feijóo conduce, si todos cumplen su palabra, a la quimera. No tiene oportunidad de ser presidente si ningún grupo se desdice, pese a haber obtenido un gran resultado si se compara con la situación en la que estaba el PP cuando lo cogió de manos de Pablo Casado.

Pedro Sánchez, antes de votar en las elecciones generales del 23J en Madrid.

Pedro Sánchez, antes de votar en las elecciones generales del 23J en Madrid. / JOSÉ LUIS ROCA

Menos bueno si en vez de con la realidad con lo que se mide es con las expectativas creadas… y mientras el gallego frena posibles tentaciones internas de convertir el ‘shock’ del partido en desestabilización (si las hubiera), y explora los rincones del relato deprisa deprisa, el candidato socialista apuesta por la calma. Por dejar que sea el otro el que se cueza en la realidad de la aritmética. "España se tiene que ir de vacaciones", le dijo Sánchez a su Ejecutiva mientras seguía saboreando su inesperado resultado por detrás de Feijóo, sí, pero por delante de los augurios.

El líder del PSOE subrayó ante los suyos que descarta una repetición electoral. Porque se lo cree (le sobra la autoestima y los motivos para tenerla saneada) por enrevesada que sea la negociación a muchas bandas que tiene por delante, y porque uno de sus potenciales socios, ERC, así había pedido que se hiciera púbicamente.

Además su relato es el contrario al que trata de imponer Feijóo: quiere afianzar la idea de que en España gobierna quien tiene apoyos parlamentarios, no más votos y, por ende, lo suyo es esperar a la constitución de las Cortes el 17 de agosto. Despacio, despacio.

Será entonces, según su plan, cuando empiece a buscar apoyos para repetir como presidente "debajo de las piedras", como a él mismo le gusta decir cuando se trata de buscar respaldo complejo, en formaciones como Bildu o Junts, haciendo ruido dentro y fuera de su partido. Esto acaba de empezar. A ver cuándo y cómo termina.