Opinión | 360 GRADOS

Fin del Orgullo 2023. ¿Y ahora qué?

La sociedad española, en mi opinión, podría ayudar a otras sociedades a avanzar en la aceptación, respeto y celebración de sus miembros, con independencia de con quién tengan sexo, hacia quién se sientan atraídos o a quién dediquen sus poemas de amor 

Las mejores imágenes de la Marcha del Orgullo de Madrid 2023

Las mejores imágenes de la Marcha del Orgullo de Madrid 2023 / EFE / MARISCAL

Hemos vivido una semana del Orgullo más. ¿Una cualquiera? No, una más. Cada una de ellas es un logro. Hubo un tiempo en que fui parte de la manifestación (aunque nunca estuve lo que se dice buenorro ni tuve contactos para ir en una carroza); hubo un tiempo en que pensé que debíamos hacer algo más serio, más al uso para que nos tomaran en cuenta, creo que hay algo que se llama "Orgullo crítico", que nació cuando yo terminaba la universidad… más o menos cuando los dinosaurios poblaban la Tierra.

Hubo un tiempo en que, desde fuera, alcé mi voz para decir que cada uno lo celebre o lo reivindique como quiera, bendita libertad. Entiendo que habrá vecinos que hayan sufrido esa semana en Chueca y alrededores por el ruido y las aglomeraciones como entiendo que hay personas a las que no les gusta ver la manifestación por sus características: para gustos, los colores... y la bandera LGTBIQ+ los tiene casi todos.

Así que si pido respeto lo debo tener igualmente y ser empático con aquellos que sufren las consecuencias menos amables de las celebraciones (también yo tengo que vivir las incomodidades de los cortes de tráfico, por ejemplo, por otras manifestaciones a las que tenemos todos derecho conforme a la Constitución). En definitiva, he evolucionado de reivindicativo a crítico y de crítico a tolerante.

Reivindicación del Orgullo LGTBI en el barrio de Chueca de Madrid

Reivindicación del Orgullo LGTBI en el barrio de Chueca de Madrid / Chueca

En España, según algunos estudios recientes, es donde el colectivo LGTBIQ+ se siente más cómodo declarando su identidad/orientaciones. ¡Somos líderes! Eso es un logro tan grande como la ley del matrimonio igualitario. "I am what I am", que decía Gloria Gaynor. La pregunta podría ser: ¿qué nos queda por conseguir? Visibilidad, tenemos (a veces creo que es demasiada, pero podría ser un acto de justicia poética tras muchos años de estar escondidos en las sombras).

Leyes que nos protegen, también. Derechos reconocidos por escrito. La discusión de este año parece haber estado en torno a la bandera en las instituciones sí o no. ¿Vamos a colgar una bandera en los ayuntamientos cada día que se celebre o reivindique a un grupo que sufre discriminación? Creo que lo importante es que la sociedad esté madura para que cada uno pueda poner en su ventana la bandera que quiera (siempre que no sea de odio) y que no se retroceda en derechos reales.

En la empresa en la que trabajo, y a ojo de buen cubero, intuyo que el colectivo LGTBIQ+ somos un 1% o un 2% del total del personal. Y aun así se nos ha facilitado un presupuesto y se nos ha animado a hacer actividades como presentaciones de diversa índole para dar a conocer nuestra realidad y hacer la oficina cómoda y acogedora (que lo es) para nosotros. No todas las empresas tienen este tipo de iniciativas, pero cada día son más.

La sociedad española, lo repito, me ha demostrado muchas veces su tolerancia y su madurez respecto a la consagración de nuestros derechos como los de cualquier otro ciudadano. Sería bueno que sigamos cuidando ese respeto mutuo, que será la garantía de los derechos de todos.

El otro debate parece estar en la modificación de la ley trans que puede producirse si se confirma un cambio de gobierno. Tendremos que ver el alcance de esa modificación, pero si se ciñe al tema de los menores de 16 años, y hablando desde mi antigua licenciatura en Derecho, creo que debemos tratar las cosas con sentido común. Si alguien de 16 años no puede comprar una cerveza con alcohol, ni votar, ni sacarse el carné de conducir, debe de ser porque estamos de acuerdo, como sociedad, en que le faltan aún experiencia y elementos de juicio. Pensando en aquellos que han dado pasos que son irreversibles, y de los que luego se han arrepentido, creo que debemos ser cuidadosos. Es un melón por abrir.

 Las mejores imágenes de la Marcha del Orgullo de Madrid 2023

 Las mejores imágenes de la Marcha del Orgullo de Madrid 2023 / EFE / Mariscal

Ahora bien, más allá de todo esto (que no es poco), ¿qué puede hacer la sociedad española? En mi opinión, ayudar a otras sociedades a avanzar en la aceptación, respeto y celebración de sus miembros, con independencia de con quién tengan sexo, hacia quién se sientan atraídos o a quién dediquen sus poemas de amor. Desde este bendito país ya estamos predicando con el ejemplo. Quizá podamos potenciar otras iniciativas.

Una de mis fantasías, de cuando a uno le da por pensar que puede ganar una lotería y volverse muy (muy muy) rico, es fundar una oenegé para traer a España a personas LGTBIQ+ de países donde están condenados a muerte. Ofrecerles trabajo, gestionarles los visados y darles la oportunidad de tener una vida a plena luz del sol, de nuestro sol maravilloso. Es una entelequia, lo sé, pero es un ejemplo. Seguro que hay mentes pensantes a las que se les ocurren muchas iniciativas para poder ayudar al colectivo fuera de nuestro país e incluso del entorno occidental.

¿Quiero decir que está todo hecho en España? No. Nunca lo estará porque siempre habrá una minoría, en el mejor de los casos, que no comprenda ni respete otras formas de pensar y ser. Pero me siento feliz de pensar que, a día de hoy, los derechos del colectivo LGTBIQ+ están protegidos en nuestro país y en nuestro entorno, apareciendo -a mis ojos- el más complicado, el de la discriminación del colectivo trans en el acceso al empleo.

Según algunos estudios recientes sobre Occidente, se calcula que aproximadamente el cinco por cien mil de la población es transexual (0,005%). Su número no debería incidir en sus derechos, pero es cierto que los hace más susceptibles de sufrir discriminación. Luchemos, desde la calma y con la mente centrada en el bienestar de todos. De todos.