Opinión | Parece una tontería
El subterfugio
Estaba leyendo cuando de pronto levanté la cabeza y anuncié: "Voy a hacer un bizcocho"
No es agradable del todo recurrir a una triquiñuela. Todos preferiríamos no hacerlo. Nos consolamos diciéndonos que no tuvimos más remedio, lo que nunca es absolutamente cierto. Pero ves a los demás amparándose de vez en cuando en una, incluso a tu perro o tu gato, y te recitas con cierta resignación: "Es la vida". Dependiendo –supongo– de la clase de persona que seas, recurres más a menos al subterfugio, o quizás no recurres en absoluto. La persona que realmente eres lo dejamos para otra columna. El caso es que el subterfugio sirve para atajar problemas enquistados, o imprevistos, o aquellos cuya solución se presenta especialmente enrevesada.
Hace unos días estaba leyendo un libro cuando de pronto levanté la cabeza y anuncié: "Voy a hacer un bizcocho". Estaba solo y me sorprendí, porque no adiviné a qué venía aquello. La frase se deshizo en el aire, como muchas de las perífrasis que empiezan con un "voy a…", y continué leyendo. Pero a los 20 minutos, mientras me lavaba las manos y me miraba en el espejo, me dije: "Voy a hacer un bizcocho, me cago en la puta". Eso ya era otra cosa. A lo mejor iba en serio.
Lamentablemente, consulté el reloj y ya llegaba tarde a recoger a mi hija al colegio. A la vuelta, como si no pudiese quitarme el dulce de la cabeza, me encerré en la cocina y llamé a mi hija. "Helena, dime la verdad, ¿tú qué sabes de bizcochos?". No solo no se encogió de hombros, que es lo que habría hecho yo, sino que me vio venir. "¿Por qué, vas a hacer uno?" Puse cara de "lógicamente" y ella me devolvió un gesto casi de pena, y comentó: "Papá, no te compliques".
Busqué una receta antes de desinflarme, y seguí los pasos más o menos a rajatabla. El fracaso fue total. Pero antes de que mi hija lo advirtiese, bajé a la pastelería y compré un bizcocho de limón, que le presenté sin comentarios. Después, me quedé pensando en que la argucia es casi un examen moral. Me animé diciéndome que, en última instancia, es una solución para un minuto concreto, y que la vida está llena de minutos y que uno solo no significa nada.
- García Castellón señala en un auto 'vínculos personales' del suegro de Sánchez con comisarios de la trama de Villarejo
- Jordi Vila, el inventor de la fregona Vileda, vuelve a innovar con el cubo de fregar con agua siempre limpia
- La Audiencia Nacional usa la información de Francia para comprobar si Marruecos espió a Sánchez
- Barones del PP respaldan el portazo a Salvador Illa en Cataluña: “No hay que repetir lo de Collboni”
- La Audiencia Nacional confirma la decisión de García Castellón de no investigar a Villarejo por un robo de documentos: 'No existe base alguna
- El auge de la sanidad privada puede dejar a la pública 'al servicio de la población con ingresos más bajos
- Robert Sapolsky, neurocientífico: "Si todo el mundo entendiera que no somos dueños de nuestras decisiones, el mundo se derrumbaría
- La FIFA endurece su lucha contra el racismo tras el 'caso Vinicius' y propone derrotas automáticas en casos de xenofobia