ENFERMEDAD PERROS

Esto es lo que debes saber sobre el síndrome del ojo seco en perros: es más común de lo que crees

El síndrome del ojo seco, también conocido como la queratoconjuntivitis es mucho más común en los perros de lo que nos creemos

perro ojo

perro ojo / Pexels

D. M.

Los perros al igual que los humanos sufren enfermedades que al igual que nosotros les afecta física y emocionalmente. El síndrome del ojo seco, también conocido como la queratoconjuntivitis es mucho más común en los perros de lo que nos creemos. Por ello, es muy importante llevar al veterinario a nuestro animal ante la más mínima señal de alerta para que reciba el tratamiento oportuno y no se complique a la larga.

Este síndorme, es un problema que se desarrolla en el área del lagrimal del ojo y hace que se le generen una serie de alteraciones en la córnea. Esto, hace que el ojo pueda lubricarse de forma natural. Aunque son varios los síntomas de este síndrome, son varios los problemas como la edad y el padecimiento de algunas infecciones, el que los puede complicar.

Síntomas más frecuentes de la enfermedad

  • Ardor: uno de los más habituales es la necesidad constante de rascarse. Esto les produce ardor e incluso que puedan llegar a hacerse daño por aliviar el ardor.
  • Enrojecimiento: como el ojo no tiene la lubricación natural adecuada, se pone rojo con mucha facilidad.
  • Parpadeo continuo: otro síntoma infalible es cuando el perro comienza a parpadear con mucha más frecuencia de lo normal. El resultado es más irritación y enrojecimiento.
  • Mucosidad: uno o ambos ojos pueden generar una secreción mucosa con o sin pus.

Tratamientos síndrome del ojo seco

El tratamiento para este síndorme puede variar en función del origen del mismo. Si el ojo seco aparece en consecuencia de otra enfermedad, es necesario tratar la enfermedad primaria para eliminar la otra enfermedad. Esto es lo que se utiliza para el combatir el síndrome del ojo seco:

  • Colirios especiales.
  • Lágrimas artificiales.
  • Antiinflamatorios.
  • En los casos más avanzados, la solución pasará por una intervención quirúrjica.

No hay una fórmula concreta para evitar esta enfermedad, sin embargo, los buenos hábitos son claves:

  • La alimentación.
  • El ejercicio.
  • Visitas regulares al veterinario.