Esta es la explicación a las piedras blancas incrustadas en las calzadas

El legado romano se sigue manteniendo en muchos de los aspectos de nuestra vida cotidiana. La influencia sigue vigente y uno de los aspectos que más lo demuestra es la arquitectura romana y es que las carreteras son unas de las ideas más longevas en nuestras ciudades. Unas calzadas que se siguen utilizando por su simplicidad y eficacia en las ciudades. La cultura del Imperio Romano nos legó leyes, costumbres, y hasta un idioma y una de las que más se siguen usando hoy en día: las calzadas romanas.

En España hay cientos de calzadas romanas, por lo que seguro que alguna vez has caminado por ellas. Dentro de estas calzadas, encontramos un aspecto en el que seguro que te has fijado. Lo podemos encontrar en las calzadas romanas que mejor conservadas estén y son pequeñas rocas blancas insertadas en medio de las piedras que forman la calzada.

La explicación de las piedras blancas en las calzadas romanas

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Hace nada más y nada menos que más de 2.300 años, Roma comenzó con la construcción de calzadas de piedra por todo el imperio. El objetivo de estas calzadas de piedra era poder facilitar el movimiento de las tropas, ya que la mayoría de los desplazamientos se realizaban a pie. Las calzadas de piedra eran una estrategia para que los caballos se cansasen menos que si caminaban por tierra.

Solo es en las calzadas mejor conservadas donde se puede apreciar unas pequeñas rocas blancas insertadas en las esquinas de las piedras que forman la calzada. La utilidad de verdad no es otra que ejercer como "luces de posición". Cuando cae la noche, estas piedras blancas reflejan la luz de la Luna, por lo que permite ver la calzada en la oscuridad. Esto, servía para que los ciudadanos pudieran ver las calzadas por la noche. En la actualidad el sustitutivo son las señales de tráfico que se iluminan con una pequeña cantidad de luz. Descubren por qué el hormigón romano es tan duradero.