ALIMENTACIÓN

Estas son las frutas que es mejor no guardar en la nevera

Las frutas tropicales no se deben meter en la nevera ya que perderían sus propiedades y entrarían en proceso de descomposición

Adiós al mango: estos son los motivos por los que hay que eliminarlo

NEVERA CON ALIMENTOS

NEVERA CON ALIMENTOS / MARTA JORDI

EPE

EPE

Hay alimentos como las frutas que debemos consérvalas bien, ya que son propensas a ponerse en mal estado si las condiciones en las que se guardan no son las más apropiadas. Aunque, a veces, el problema está en que no se sabe qué frutas se pueden guardar en la nevera, quedar fuera o simplemente a qué temperatura tienen que estar.

Aunque parezca que todas las frutas requieran refrigeración para estar en buen estado, la verdad es que este criterio no funciona para todas las frutas. A continuación, te explicamos las frutas que no se tienen que guardar en la nevera.

¿Qué frutas no se deben guardar en la nevera?

Según la Organización de Consumidores y Usuarios, las frutas que deberían dejarse unos días a temperatura ambiente para que maduren y que después pueden conservarse en el frigorífico son: aguacates, kiwis, nectarinas, melocotones, peras y ciruelas. 

Por otro lado, los expertos afirman que las frutas tropicales, como la piña, el mango, la papaya, el melón, la sandía y el plátano, al ser de climas cálidos, no se ven nada beneficiados al si se someten a bajas temperaturas. Por esta razón, es recomendable no guardarlas en la nevera porque el frío podría acelerar su descomposición y hacer que se pongan en mal estado. Además, estas frutas perderían su sabor si se meten en el frigorífico e incluso sus propiedades llegarían a desaparecer.

Otros alimentos que no se deben meter en la nevera

  • Patatas: se decoloran
  • Pan: se estropea más rápido y su sabor queda alterado.
  • Cebolla y ajo: estos alimentos se endurecen y pierden sus propiedades. 
  • Miel: perdería sus propiedades
  • Aceite de oliva: tiende a condensarse
  • Quesos curados: el frío los reseca
  • Chocolate y café: el frío puede cambiar sus sabores