LA VIDA CONTIGO

¿Nos estamos volviendo locos con la organización de las bodas?

Los españoles se gastaban de media 20.500 euros en esta celebración; ahora, los novios dicen que aún más con la inflación

La preboda, los trajes convertibles o la decoración, todo suma para que las uniones matrimoniales empiecen a parecer festivales

¿Nos estamos volviendo locos con la organización de las bodas?

¿Nos estamos volviendo locos con la organización de las bodas?

Primero viene el anillo o el reloj sorpresa en un lugar romántico; después los preparativos: la búsqueda del traje, el sitio, la música, la lista de invitados, las flores y un largo etcétera que suman, de media en España, unos 20.500 euros. Hablamos de las bodas, ese tipo de fiestas para celebrar uniones matrimoniales que en los últimos años tienden a ser cada vez más largas y caras.

Las organizadoras de bodas con las que ha hablado este medio explican que esta temporada está pegando fuerte el fotomatón 360 (una tarima giratoria que te graba una vuelta entera), la hora loca (donde pueden aparecer animadores de baile, bailarines, zancudos, malabaristas, personajes, juegos y coreografías) o la decoración de brillos en barra libre. Todo con aires que recuerdan más a algunos festivales de verano.

También es común ver a grupos de música hacen versiones indies, cuartetos de cuerda, tablaos flamencos o djs van apareciendo según la hora de la celebración para poner banda sonora a cada momento. Porque, quien lo ha vivido, sabe que ahora no hay dos iguales.

El catering es otro de los puntos fuertes. Se combinan mesas especializadas, foodtrucks y recenas (las influencers suelen tirar de McDonald's para esto) con un menú cerrado. Y bebida, mucha bebida diferente.

Organizar todo esto, sin una wedding planner (planificadora de bodas) no es sencillo. Tatiana se prometió en el verano de 2020. En diciembre de ese año comenzó con los preparativos para casarse en septiembre del 2022. Lo hizo en Almería, el sitio de origen de ella y de su pareja. Durante todo el proceso tuvo dudas: cambió de iglesia, de sitio, catering y hasta de horario. Terminaron por celebrarla en una finca que les 3.500 euros tras conseguir una rebaja de 250. La iluminación les costó 1.300 euros.

Por el coche que alquilaron pagaron 500 euros, lo mismo que la sesión de dj. El vestido costó 2.900 euros, las alianzas unos 600 y el vídeo otros 1.350. Puede parecer mucho, pero hablamos de Andalucía, donde celebrar una boda cuesta de media 108 euros, la mitad que en Navarra (229 euros), País Vasco (224) o Asturias (215) , según 'El libro imprescindible de las bodas', que el profesor de Esade Carles Torrecilla ha elaborado junto a Bodas.net. Aunque eso, apunta Tatiana, era antes de la inflación; ahora está segura de que todo ha subido bastante. A grosso modo, calcula que a ellos les habrá costado 200 euros por invitado.

Los detalles que los novios entregan a los invitados suelen ser uno de los puntos donde más se descuadra el presupuesto.

Pedida de mano

Aunque para llegar hasta aquí, siete de cada diez personas pasan previamente por una pedida de mano. Tatiana fue en Almería, en uno de los primeros sitios que tuvieron en común.

Àlex aún no se ha casado, pero se quedó en Europa, en Lisboa para pedirle matrimonio a su ahora prometida Núria. "Lo elegimos porque nos encanta Portugal. Concretamente lo hizo en la Boca do Inferno, en Cascais. "Ya habíamos ido varias veces. Nos encanta por la gastronomía, sus ciudades, su paisaje…", cuenta. ¿Y por qué lo del anillo? Pues porque su novia es una romántica y le encantan estas cosas, responde.  

La joya que Àlex le regaló la Núria la creó una diseñadora en exclusiva. Lleva un diamante central de 24 kilates rodeado de otros ocho engarzados en un anillo de oro rosado valorado en unos 6.000 euros. Ahora, la pareja ha optado por casarse en Bali antes que en España. Aseguran que les sale bastante más barato que la celebración en España.

Preboda y postboda

Otra de las tendencias en esto de las bodas es hacer una preboda o una postboda. No hablamos de una sesión de fotos de los novios, sino de un encuentro previo que incluye comida y más fiesta. Paula fue algo pionera en esto. Celebró su boda durante un fin de semana entero hace unos cinco años. “Lo decidimos porque nos daba la sensación que hacer una boda de un solo día era poco y queríamos que la gente conviviera en un mismo espacio a modo de casa rural”, explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Fue dos meses después de dar el ‘si quiero’ en otra ceremonia más privada con sus padres y hermanos en el lugar de origen de su pareja. “Hicimos lo mismo. Estuvimos disfrutando en familia de un fin de semana para que se conocieran nuestros padres y hermanos”, relata. Reconoce que supuso algo más de presupuesto, pero tenían claro que la boda corría a su cargo. La harían hasta donde llegaran, y su prioridad era convivir durante un par de días antes que pagar regalos. 

Ahora, señala, cada vez tiene más amigos que alargan la celebración. “Las bodas que duran todo un fin de semana o durante algún puente para disponer de más tiempo, también conocidas como Weekend Weddings, son una tendencia que cada vez más parejas escogen como su plan de boda ideal. Hemos observado que cada vez más profesionales lo ofrecen”, explica Bodas.net. 

En uno de los debates lanzados en su comunidad, ante la pregunta de si te gustaría celebrar una boda en una casa rural durante todo el fin de semana, un 35% de los participantes respondió que sería sería un sueño, el 41% no dirían que no a una boda de este tipo y tan solo el 24% lo descartaría. 

Ocurre, sobre todo, en estos tiempos en los que, casi por norma general, tenemos familiares y amigos desperdigados por todo lo largo y ancho del país (o de países). Manuel y su mujer, ambos de Asturias, cuenta a este diario que vivían en Bilbao cuando decidieron casarse: "Fijamos la boda un día y luego surgió la idea de hacer una preboda, en parte porque mis padres, cuando se casaron, al tener familia en Galicia, organizaron una espicha y les hacía ilusión repetirlo. Nos sirvió para que se conociera la gente que venía de Bilbao con nuestros familiares y amigos de Asturias. Así se conocieron el día previo".

Vestidos de boda que van cambiando

Otra de las tendencias que han ido cambiando en estos últimos años tiene que ver con la vestimenta. Si antes lo habitual era ver un solo vestido de novia tanto en la ceremonia como en la celebración, ahora vemos cómo -especialmente en las iglesias- el traje empieza más recatado para volverse más festivo.

Esto, muchas veces, tiene truco. Por ejemplo, Paula explica que usó un solo vestido, "pero se quitaba una pieza para la fiesta, por lo que era un dos en uno". Yahaira Idiarte, diseñadora de la firma Victoria Imad, asegura que esta es la tónica: "La proporción de gente que opta por dos vestidos se ha mantenido más o menos estable en el tiempo. Lo que ha cambiado mucho es que la gente quiere un vestido convertible".

"Recuerdo a una novia este verano que llevaba una capa que se quitaba, un cuello que se desmontaba, una camisa por encima... La tendencia que estamos viendo cada vez más es que las novias optan por un vestido que van evolucionando a lo largo del día, consiguiendo dos y hasta tres looks", asegura. Todo esto sale más caro, pero no tanto como adquirir varios trajes.

Pocos se quedan en España para la luna de miel

Si tienes Instagram, es posible que en los últimos meses hayas visto unas cuantas fotografías de recién casados en Nueva York. "Es el destino rey de las lunas de miel, solo o en su mayoría combinado, el lugar de paso obligado para el 15% de las parejas", asegura el libro blanco de las bodas.

Es prácticamente el mismo porcentaje (15%) que el de parejas que se quedan en España, ya sea por la península o por las Islas Canarias o Baleares. La mayoría de las veces, como se apunta en el libro pero también vamos, este viaje se combina con otros destinos como México.

Muchos de estos costes se sufragan gracias a los regalos de familiares y amigos que acuden a la ceremonia y que ingresan religiosamente uno 200 o 150 euros (de mínimo) en una cuenta que, hasta la llegada de Bizum, podía venir anotada en la misma invitación de la boda. Ni a ellos les sale barata la ceremonia.