Energías renovables

Los retos que ha de superar España en su carrera por el hidrógeno verde

El país lucha por partir con ventaja en el mercado europeo, pero los desafíos pendientes son importantes

Presentación de la planta de hidrógeno verde de Puertollano, el año pasado

Presentación de la planta de hidrógeno verde de Puertollano, el año pasado / Iberdrola

Jennifer O'Mahony/AP

España quiere convertirse en el líder europeo en hidrógeno producido exclusivamente a partir de energías renovables, decir, hidrógeno verde. Con mucho sol y viento y grandes campos abiertos para albergar esas fuentes de energía, la ambición del país es exportar el gas al resto del continente.

A medida que el precio de la energía solar continúa cayendo, España apuesta por construir rápidamente una cadena de suministro para los sectores de la economía que requieren hidrógeno para los procesos industriales, y que han tenido más difícil dejar de usar combustibles fósiles.

Los críticos con este objetivo advierten de que no hay suficiente capacidad de energía renovable para producir hidrógeno verde que pueda reemplazar al gas natural y al carbón para la fabricación de productos petroquímicos, siderúrgicos y agrícolas.

Pero los partidarios de esta estrategia confían en los planes que tiene fijado el país para partir con ventaja inicial a la hora implantarse en la naciente economía del hidrógeno verde. La Agencia Internacional de la Energía estimó en diciembre que España representaría la mitad del crecimiento de Europa en capacidad renovable dedicada a la producción de hidrógeno

“El sentido de que haya tanta prisa es que todos parecen estar compitiendo por ser los primeros en exportar hidrógeno verde”, afirma Alejandro Núñez-Jiménez, experto en políticas de hidrógeno verde en el Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich. “Una vez que construyas la infraestructura energética, permanecerá allí durante décadas. Así que realmente consiste en un juego en el que el primero que llegue controlará la situación durante muchos años”, añade.

La planta de hidrógeno verde Puertollano

Un ejemplo del potencial del hidrógeno verde puede verse en Puertollano (Castilla-La Mancha), una antigua ciudad minera que ahora alberga un gran parque industrial donde la empresa Iberdrola y el fabricante de fertilizantes Fertiberia se han asociado para crear los primeros nutrientes vegetales sin emisiones de carbono del mundo. El fertilizante se aplicará algún día sobre la cebada de malta, que luego se utilizará para hacer la primera bebida de "malta verde" de la compañía Heineken.

Imagen de la planta de Puertollano

Imagen de la planta de Puertollano / Iberdrola

Etienne Strijp, presidente de Heineken España, enfatizó la dificultad de eliminar el carbono en el proceso agrícola. “Ser neutrales en carbono en toda nuestra cadena de valor representa un desafío enorme”, afirma el plan de la compañía para producir malta verde.

La planta de hidrógeno verde de Puertollano, la instalación en funcionamiento más grande de Europa, se encuentra actualmente en fase piloto. Iberdrola es propietaria de los paneles solares de 100 megavatios que alimentan los electrolizadores encargados de separar el oxígeno del hidrógeno en el agua. Luego, enormes tanques de almacenamiento de hidrógeno llevan el gas a través de tuberías a Fertiberia, donde este elemento se usa para producir amoníaco, el químico fundamental en los fertilizantes nitrogenados.

Los fertilizantes sintéticos son actualmente un producto altamente contaminante. Un estudio reciente demostró que los fertilizantes emiten el equivalente a 2,6 gigatoneladas de carbono por año, es decir, más que la aviación y el transporte marítimo globales combinados. Un tercio de esas emisiones provienen de la producción de fertilizantes en plantas como la de Fertiberia.

Esquema de funcionamiento de la planta de Puertollano

Esquema de funcionamiento de la planta de Puertollano / Iberdrola

“Tenemos hidrógeno verde para estos sectores difíciles de transformar, para que podamos alcanzar el objetivo de una economía totalmente descarbonizada”, señaló Javier Plaza de Agustín, que dirige la sección de hidrógeno verde de Iberdrola.

La planta tiene capacidad para reducir sólo un 10% las emisiones de Fertiberia, por lo que la mayor parte del hidrógeno de la firma de fertilizantes sigue extrayéndose del gas natural, a través del llamado hidrógeno “gris” (obtenido con hidrocarburos, al contrario que el hidrógeno verde, obtenido con energías renovables). Sin embargo, la compañía planea ser 100% neutral en carbono para 2035.

Dos grandes retos pendientes

En estas primeras fases de desarrollo, los retos que tiene planteados el hidrógeno verde en España son varios.

El primero es el coste. Javier Goñi, director general de Fertiberia, señala que la tecnología del hidrógeno verde aún no ofrece un producto final rentable.

Las empresas españolas están presionando para que haya subsidios de la UE similares al reciente anuncio de 750 millones de dólares para proyectos de investigación y desarrollo de hidrógeno en los Estados Unidos. Argumentan que las ayudas son esenciales para hacer crecer el mercado, de modo que las economías de escala hagan que los productos sin carbono sean competitivos en costes.

“Ahora mismo, estamos en una etapa tan temprana que necesitamos esa ayuda de las autoridades públicas para cubrir la brecha de financiación”, indica Plaza de Agustín. “Sin eso, es difícil invertir en una planta durante 20 o 25 años sin saber qué va a pasar”.

La comisión ejecutiva de la Unión Europea ha propuesto que los estados miembros produzcan 10 millones de toneladas métricas de hidrógeno renovable para 2030 e importe 10 millones de toneladas métricas más. El mes pasado, la Comisión Europea anunció medidas para crear un mercado de hidrógeno dentro de la UE y evaluar las necesidades de infraestructura.

El hidrógeno verde será la fuente de energía del futuro

El hidrógeno verde será la fuente de energía del futuro / Iberdrola

Pero el segundo problema es que la promesa de la UE de aumentar el suministro se produce sin saber dónde se encuentra realmente la demanda, argumenta Núñez-Jiménez, experto en hidrógeno.

 “España y Portugal podrían producir mucho hidrógeno verde, y la demanda en Europa Central puede materializarse, pero la conexión entre oferta y demanda aún no existe”, dijo. “Desarrollar la infraestructura para transportar ese gas desde la Península Ibérica hasta el centro de Europa debe ser una prioridad”.

El hidrógeno, el elemento más ligero de la tabla periódica, es difícil de almacenar y transportar y es altamente inflamable. Por ello, Iberdrola construyó su planta de hidrógeno justo al lado de la fábrica de Fertiberia, para minimizar las fugas. Una vez que Iberdrola y sus competidores hayan satisfecho las necesidades limitadas de hidrógeno de España para cosas como la fabricación de cerveza, deberán mirar más allá de sus fronteras para seguir creciendo.

Pocas empresas y poca demanda

“Todo el mundo quiere estar en la producción de hidrógeno”, dijo Goñi de Fertiberia. “Pero hoy en día, básicamente hay pocas empresas y pocos sectores de actividad que puedan absorber grandes cantidades de hidrógeno”.

Las alianzas son clave. El amoníaco creado en la planta de Fertiberia con el hidrógeno verde de Iberdrola podría utilizarse para transportar hidrógeno en forma líquida antes de que se reconvierta en gas.

La descarbonización del hidrógeno para la industria ha adquirido una mayor importancia en Europa desde la invasión rusa de Ucrania. Rusia es el segundo mayor productor mundial de gas natural, que actualmente impulsa la mayor parte de la producción mundial de hidrógeno.

España, Francia, Alemania y Portugal acordaron construir un gasoducto de hidrógeno para 2030 para transportar unos 2 millones de toneladas métricas de hidrógeno a Francia anualmente, el 10% de las necesidades estimadas de hidrógeno de la UE.

Reparos ambientales

Pero no todo el mundo en España quiere una planta de hidrógeno a la vuelta de la esquina. El uso de la tierra para instalaciones de energía renovable y la proporción de 9:1 de agua por kilo de hidrógeno verde producido pueden ser difíciles de vender para regiones que sufren severas y prolongadas sequías.

Pere Virgili, alcalde de la localidad costera nororiental de Roda de Bera, rechazó una propuesta inicial de un desarrollador de hidrógeno verde el año pasado que habría cubierto 42 hectáreas de territorio con una combinación de paneles solares y turbinas eólicas para alimentar sus electrolizadores.

“No es que estemos en contra de la energía renovable, pero hay que ver si usar tanta agua y tierra para crearla es realmente respetuoso con el medio ambiente o no”, dijo, y agregó que el proyecto crearía sólo 100 empleos.

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