Genética

Donan cinco millones de dólares para revivir el extinto tigre de Tasmania

Arranca un ambicioso proyecto genético para recuperar el emblemático animal desaparecido en 1936

El último ejemplar de tigre de Tasmania

El último ejemplar de tigre de Tasmania / getty

J. L. Ferrer/Redacción

La posibilidad de resucitar al extinto tigre de Tasmania podría hacerse realidad y dejar de ser ciencia ficción, gracias al generoso donativo realizado por un filántropo que acaba de donar cinco millones de dólares a la Universidad de Melbourne para que implante un nuevo laboratorio de investigación dedicado íntegramente a devolver a la vida al tilacino (o tilacín), más conocido como tigre de Tasmania, extinto desde 1936.

El nuevo Laboratorio de Investigación de Restauración Genética Integrada del Tilacino (TIGRR) estará dirigido por el profesor de biociencias Andrew Pask. “Nunca podríamos haber hecho algo tan grande como traer de vuelta un tigre de Tasmania, sencillamente porque no hubiéramos tenido los fondos necesarios para lograr objetivo tan difícil”, ha explicado Pask. “Ahora podemos tener una muy buena oportunidad para lograrlo”, añade.

Este animal constituye un trágico ejemplo de los devastadores efectos que tuvo el asentamiento europeo en Australia. Originalmente, fueron unas criaturas abundantes en esta isla, pero fueron cazadas hasta su total extinción porque se creía que mataban ovejas, elemento básico de la economía nacional. Posteriormente se demostró que los tigres de Tasmania no mataban ovejas, pero para entonces ya era demasiado tarde: el último ejemplar, llamado Benjamin, murió en el zoológico de Hobart el 7 de septiembre de 1936.

El tilacino, aparte de en Tasmania, también vivió en el continente australiano hasta hace unos 3.000 años, como demuestra su presencia en las pinturas rupestres, sobre todo de Australia Occidental y el Territorio del Norte.

Receta para revivir un animal extinto

Pero ¿cómo resucitar un tigre de Tasmania desde cero? “Lo primero que necesitas es un genoma realmente bueno de la especie extinta”, explica Pask al portal Cosmos.

Pero este paso ya se ha dado. “Tuvimos la suerte de tropezar con una muestra preservada. Es un bebé de tigre de Tasmania que fue sacado de la bolsa de su madre cuando le dispararon para cazarla”, señala.

Esa cría fue introducida en alcohol, con lo que conservaron su ADN en condiciones muy favorables, que ahora permitirán acometer el ambicioso objetivo de resucitar la especie. Park y sus colegas impulsaron el ensamblaje del genoma del tilacino en 2017.

El siguiente paso consiste en identificar al pariente vivo más cercano de la especie extinta. “no podemos crear vida a partir de tejido extinto o ADN muerto, tenemos que empezar con algo que esté vivo”, señala Pask. “Luego podremos usar eso como la plantilla para crar el tilacino”, añade.

En este caso, el pariente vivo más cercano a un tigre de Tasmania resultó ser el dunnart, un ratón marsupial.

Primeros pasos del proceso

Primeros pasos del proceso / Universidad de Melbourne

Final del proceso

Final del proceso / Universidad de Melbourne

Acto seguido, se comparan sus genomas respectivos genomas y se identifican aquellos puntos en que el tilacino es diferente del ratón marsupial”, señala Pask. “Luego entramos en una célula de ratón marsupial y empezamos a editar todos esos cambios”.

Este tipo de edición de genes solo es posible gracias a la revolucionaria técnica del CRISPR-Cas9, que permite ‘recortar’ ciertos segmentos clave de ADN y sustituirlos por otros. De este modo, el equipo cree que podrá convertir una célula de ratón marsupial en una célula de tigre de Tasmania, si bien aún hay detalles que la ciencia deberá mejorar en los próximos diez años, que es el tiempo que durará la financiación del proyecto.

“Una vez que tienes esa célula viva, es decir, una célula diseñada para un tigre de Tasmania, solo es cuestión de realizar el proceso de clonación estándar que hacemos casi cada día para otros mamíferos, al objeto de convertir esa célula en un organismo completo”, dice Pask.

Ahora bien, también existen desafíos que deberán solventarse. ¿Cómo se puede crear una población robusta y diversa que pueda prosperar a partir de un único ejemplar?

De hecho, lo que quieren hacer los científicos no es recrear solo un ejemplar, sino alcanzar una población que realmente pueda prosperar en su entorno nativo.

Puede repetirse en otros lugares

Por eso, Pask y sus colegas buscan aplicar las técnicas genómicas a una pluralidad de especímenes. “Una vez que tengamos ese modelo genómico para un tilacino, que es lo que pudimos obtener de ese espécimen conservado, podemos secuenciar todo esos otros especímenes en museos de todo el mundo”, explica.

Tigre de Tasmania

Tigre de Tasmania / getty

Es decir, si logran recrear un tilacino y criarlo hasta la madurez, se podrá hacer lo mismo con otros ejemplares con genes diferentes. Eso es importante, por la falta de diversidad genética en una población puede ser peligroso, dando lugar a enfermedades y defectos en la población.

Otro problema que se plantea es si, una vez devuelto a la vida este animal desaparecido, sabrá volver a cazar. Los expertos no saben si es una capacidad innata o bien aprendida, pero en este último caso esperan que, acompañados por lobos u otros animales similares, termine recuperando esa capacidad.

Finalmente, se plantea el interrogante ético de si hay que reintroducir esta especie en el medio ambiente, una vez que su recuperación sea un hecho. Es algo profundamente controvertido, en vista de lo que ha sucedido en otros casos de reintroducción de especies en hábitats de donde habían desaparecido. “No tenemos ni idea de cuáles serían los impactos de introducir a un nuevo depredador dentro del hábitat”, según el ecólogo conservacionista de la Universidad de Tasmania David Hamilton.

Pero, para Pask, fue la eliminación de los tigres de la isla lo que puso en peligro el ecosistema, y no al revés.

Artículo de referencia (en inglés):  https://cosmosmagazine.com/nature/evolution/thylacine-tasmanian-tiger-de-extinction/