EUROPA EN MADRID

De Matadero a los 15 minutos en metro hasta Barajas: la huella europea

Las infraestructuras de transportes se llevan gran parte de los fondos europeos pero el sello de Bruselas llega también a la vivienda social o proyectos culturales en la Comunidad de Madrid

El aeropuerto de Barajas.

El aeropuerto de Barajas. / EPE

Elena Marín

Elena Marín

Madrid es una de las capitales europeas mejor comunicadas en transporte público con su aeropuerto internacional. Este es un reclamo habitual para atraer tanto turistas como inversores a esta región. Y algo que agradecen los propios madrileños cada vez que se van de viaje. Apenas se tarde entre 15 y 20 minutos en llegar en metro desde el centro de Madrid, en Nuevos Ministerios, hasta el Aeropuerto de Adolfo Suarez Madrid Barajas. Un trayecto muy similar al que se puede hacer en coche o taxi y con un precio mucho más reducido. Ni Londres ni París ni Roma. El mérito está en quienes en su momento idearon este proyecto, pero el dinero vino en gran parte de bolsillo ajeno.

Tras 30 meses de obras, un joven Alberto Ruiz Gallardón inauguró en 1999 como presidente del Gobierno regional el tramo final de la línea 8 de Metro de Madrid, 8 kilómetros de recorrido que llegan hasta las terminales 1 a 3 del aeropuerto madrileño. De los más de 204 millones que costó aquella obra, el 85% estuvo financiado por fondos europeos.

Esta línea recibe hoy a cerca de 16.000 viajeros al día y se estima que ha servido para reducir un 22% los recorridos en taxi y un 14% el uso del coche particular. "Si viviéramos en un mundo alternativo, en el que España no perteneciera a la Unión Europea, Madrid hoy sería absolutamente diferente", explica Manuel Hidalgo, experto en gestión de fondos europeos y economista senior de Esade. "La red de Metro, los trenes, las circunvalaciones de las principales infraestructuras de Madrid están financiadas por Europa", añade. Un proyecto como el de la línea 8, probablemente no hubiese salido adelante "ni en la forma ni en el tiempo" récord en el que se hizo, apunta.

Impulso a las infraestructuras

Hoy se celebra el Día de Europa y lo cierto es que gran parte de la financiación comunitaria en estas últimas décadas ha tenido como destino la mejora de las infraestructuras, tanto para mejorar las comunicaciones como para reducir emisiones. Pero no solo. La Delegación del Gobierno de Madrid lanzó una campaña hace unos días en las redes sociales para informar de que gran parte de los fondos europeos actuales se destinan a vivienda, educación o reindustrialización, entre otros. Por ejemplo, una parte de la vivienda de alquiler social que se verá próximamente en la Comunidad (más de 3.500), o las actuaciones de rehabilitación en casi 6.500 viviendas de distintos barrios de la capital se consiguen gracias a la financiación comunitaria. Algo similar ocurre con miles de plazas de FP o nuevas plazas gratuitas para niños de 0 a 3 años.

Muchos de estos proyectos son posibles gracias a que la Unión Europea, aunque se ejecuten a través de organismos intermediarios nacionales o autonómicos. La de Barajas fue la primera línea de Metro financiada con fondos europeos y hace ya casi 25 años de aquello. Pero después ha habido más. Los ciudadanos del municipio de Leganés, al sur de Madrid, están comunicados desde 2010 con la capital a través de la línea 11 de Metro. Tardan menos de 15 minutos desde el final de la línea en La Fortuna (Leganés) hasta La Peseta. Apenas 3,2 kilómetros que costaron en su momento 20,5 millones de euros y la mitad estuvo financiado por la UE.

Otras infraestructuras ferroviarias de la capital también llevan la marca de Bruselas. Hace ya más de 30 (en 1992) se inauguró la línea de alta velocidad entre Madrid y Sevilla, la primera del país. Para 2030 estará terminada, si se cumplen los plazos, la nueva Estación de Atocha, que será el mayor nudo ferroviario del país y el punto de conexión de los trenes que vayan de norte a sur y de este a oeste del país. La estación pasante, así es como se llama esta infraestructura de conexión, también está cofinanciada por Europa.

Y aunque las Cercanías de Madrid no gozan en estos momentos de su mejor reputación por el alto nivel de incidencias y porque se ha convertido en asunto de choque político entre la administración central y regional, es otra de las infraestructuras que también recibe ayuda europea. En total, la red de cercanías contará con 560 millones de euros procedentes de fondos comunitarios que, una vez finalizadas las distintas obras, mejorarán el servicio que mueve cada día a tantos madrileños. El problema de estas inversiones es que las obras tienden a ser lentas, entre otras cosas, porque se realizan sin suspender el servicio.

Igualmente, la movilidad de la capital será cada vez menos contaminante gracias a los fondos europeos. Un porcentaje muy importante del proyecto estrella del alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, será posible gracias a la financiación de Bruselas. La compra de más de 1.200 autobuses urbanos por parte de la EMT y la electrificación del Centro de Operaciones de Carabanchel reciben dinero europeo.

Desde 1986 y hasta 2006, la Comunidad de Madrid ha recibido alrededor de 5.460 millones de euros entre fondos estructurales y de cohesión territorial, según la información que facilita la Oficina del Parlamento Europeo en Madrid. La página web de la Comunidad de Madrid añade que en el reparto del Marco Financiero Plurianual de la Unión Europea, algo así como el presupuesto a largo plazo establecido para la recuperación de los estados miembros tras la Covid-19 y dirigido a impulsar una transición verde y digital, a Madrid le han correspondido 1.476 millones de euros.

Proyectos sociales, sanitarios y culturales

Junto a las infraestructuras, hay otros proyectos que son también emblemáticos para la evolución socioeconómica de la región. El centro cultural de Matadero se ha convertido en un lugar de encuentro para los madrileños. Teatro, biblioteca, conciertos, conferencias, exposiciones... La nave 15 se ha rehabilitado para que pueda albergar un centro de residencias artísticas, donde las salas de ensayo y de grabación sirvan como espacios de investigación y creación contemporánea, y Europa ha entendido que este es un proyecto para la evolución cultural de la capital por lo que aporta un 50% de la financiación. Cuando se aprobó el proyecto, el alcalde Almeida no había propuesto aún, como hizo en la pasada campaña electoral, que además podría albergar el Congreso de la Tauromaquía. Tras la polémica surgida con la eliminación del Premio Nacional dedicado a los toros, quizás esta idea resurja con más fuerza.

Otros proyectos que en el futuro tendrán su impacto y que están igualmente financiados con ayuda de Bruselas son el Nuevo Centro Nacional de Neurotecnología (Spain Neurotech), el centro Atenpro - de referencia nacional del servicio de protección a víctimas de todas las violencias machistas-, o el proyecto de integración del 5G en los servicios de emergencias en Ayuntamiento de Madrid, entre otros muchos.