PALABRA DE MADRID

María Morenés: "Madrid nevado no es Madrid"

"Elegiría el Madrid sin nieve. Pero si pudiese volver a ese día sin los destrozos que causó Filomena intentaría volver"

La fotógrafa madrileña María Morenés.

La fotógrafa madrileña María Morenés.

Víctor Rodríguez

Víctor Rodríguez

Cambió un puesto en una multinacional por la fotografía. Hace tres años sus imágenes de la capital bajo Filomena se hicieron virales. Aún se venden.

¿Cómo llegó a la fotografía?

Mi padre siempre ha sido muy aficionado a la fotografía y heredé esa afición.

¿Y en qué momento se da cuenta de que puede vivir de ello?

Tomé la decisión con 33 años, empecé con 34 y ahora tengo 39. Dejé mi trabajo en Showroomprive, una empresa de ecommerce para hacer un curso de fotografía de un año. Durante un tiempo seguí haciendo consultoría de ecommerce como freelance, y estalló la pandemia. Y con el confinamiento pasaron dos cosas. Por un lado, empecé a hacer series más artísticas o con una intención, fotos que más allá de intentar ser bonitas, pretendían contar algo. Y por otro, que todo el mundo empezó con la digitalización y me empezaron a llamar de muchos sitios para hacer fotos: interioristas, anticuarios, paisajistas…

Y entonces vino Filomena.

Entonces vino Filomena, que entiendo que fue una desgracia para mucha gente, pero que para mí fue un altavoz brutal.

¿Cómo salió a hacer fotos aquel día? ¿Lo tenía previsto, fue espontáneo?

Vi el pronóstico, como lo vimos todos, y me puse el despertador a las siete con la intención de hacer unas fotos y ver. De hecho, solo tenía una batería y media cargadas. Me levanté, abrí las cortinas y me entró la misma ilusión que a los niños el día de Reyes. Me vestí a la velocidad del rayo, protegí la cámara como pude con papel film y salí a la calle.

Aún sería de noche.

Cuando salí, sí, y con una ventisca tremenda; estuve a punto de volverme. Pero seguí y, una vez empecé a andar, no pude parar hasta que me quedé sin batería. Volví a casa a media mañana, cargué las baterías, comí algo y volví a salir por la tarde.

¿Tenía claros los sitios a fotografiar?

No, iba dejándome llevar. Me hubiese gustado hacer algunos más: la Gran Vía, el Barrio de las Letras… A veces no entiendo cómo anduve tanto en la nieve ese día. 

¿Cuántas fotos hizo?

Seiscientas fácil. El Ayuntamiento de Madrid publicó luego un libro y lo dejamos en 100. 

¿Y cuántas ha vendido?

Muchas. La número 100 la celebré y fue hace un año más o menos. Y he seguido vendiendo todos los meses, incluso fuera de Madrid y fuera de España. Me ha pasado que un amigo se ha ido a Italia y me ha dicho: "He estado en una casa que había una foto tuya de Filomena". 

¿Cómo de fotogénico es Madrid?

Muy fotogénico, incluso en sus lugares menos evidentes.

¿Le gusta esta ciudad?

Me encanta, es mi ciudad. Y salvo por el tráfico, me parece que está en un punto buenísimo: cuidada, limpia, acogedora, con muchísima oferta cultural, gastronómica, de ocio… No entiendo que pueda no gustar.  

¿Y lo prefiere nevado o sin nieve?

Nevado es una ciudad que no es Madrid. Mi sensación, sobre todo las dos primeras horas, que aún no había salido nadie, era como de fin del mundo pero sin que diera miedo. Había una magia que no tiene el Madrid habitual, que tiene otro encanto: lo castizo, la raza… Elegiría el Madrid sin nieve. Pero si pudiese volver a ese día sin los destrozos que causó Filomena intentaría volver.

Pero en su última exposición, ‘Tradere’, no incluyó ninguna imagen de Filomena.

Cuando hace unos meses hubo inundaciones en Madrid mucha gente me escribió para preguntarme si iba a salir a hacer fotos, pero Filomena fue una casualidad en mi vida, es un trabajo del que estoy muy orgullosa, pero no soy fotógrafa de fenómenos meteorológicos. En esa exposición quería mostrar otros trabajos relacionados con las tradiciones en España que también forman parte de mí y de lo que quiero contar.

¿Cuánto de azar hay en una buena foto?

Hay fotos que surgen de un golpe de suerte, de estar en el momento y el sitio adecuados y tener la cámara encima. Pero hay que saber mirar y saber qué quieres enseñar.