EDUCACIÓN Y CONCILIACIÓN

Por qué la jornada intensiva se dispara en los colegios públicos del sur de Madrid

La Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado de la Comunidad de Madrid ha solicitado una reunión con el consejero de Educación para abordar el debate sobre las distintas jornadas en los centros educativos

Tres alumnos de primaria consultan libros en una biblioteca escolar.

Tres alumnos de primaria consultan libros en una biblioteca escolar. / NOE PARGA

Elena Marín

Elena Marín

En mucha familias el nivel de conciliación que permite un colegio suele pesar en la elección del centro casi tanto como la calidad de la enseñanza. La compatibilidad entre el horario laboral y el escolar. Aquel que ofrezca una horquilla horaria más flexible será probablemente más solicitado, y en esta decisión influye si el colegio tiene jornada intensiva o jornada partida. En los municipios del este y sur de la Comunidad de Madrid, las posibilidades de elegir entre ambas son limitadas, ya que la mayor parte de los colegios públicos solo ofertan una jornada intensiva, es decir, de 9h a 14h, para niños desde los 3 a los 12 años.

El 84,9% de los centros públicos del área sur y el 87% de la zona este tiene este horario continuado. En las mismas áreas, la situación de los centros concertados o privados es el opuesto, la mayoría de ellos facilitan una jornada partida, con dos horas de descanso para la comida y una salida que varía entre las 16h y las 17h en función del colegio. Sin embargo, en la capital o en los municipios del noroeste de la región, la jornada intensiva no se ha generalizado en los centros públicos, donde solo entre el 40% y el 53% cuentan con este régimen, mientras que en las privadas la jornada partida roza el 100%. Así lo detalla un informe de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado de la Comunidad de Madrid (FAPA).

Tanto esta como otras asociaciones de padres y madres de alumnos y sindicatos reconocen en que en este debate se enfrentan dos intereses, el del personal docente que reivindica mejoras en sus condiciones laborales y el del menor. Pero todas coinciden en que hay un "componente socioeconómico" en el hecho de que las jornadas partidas se mantengan en los centros concertados y privados y en los municipios con mejores rentas. Lo resumen de forma similar tanto en la FAPA como en CEAPA (confederación nacional de estas asociaciones) y CCOO. Los servicios asociados a las horas lectivas tienen un coste, como el comedor o las clases extraescolares que no son obligatorias. Si los menores no tienen que volver a clase por la tarde, a las familias con menores ingresos les puede salir más rentable evitar esos gastos, y a las que no se quedaban en el comedor, por ejemplo, incluso les puede parecer mejor "ahorrarse el coste de los múltiples traslados" que supone el tener que ir y volver al colegio.

En el lado contrario, "los colegios concertados y privados saben que muchas familias necesitan conciliar y organizan los horarios con ese criterio", explica María Sánchez, portavoz de CEAPA, y explica que en los centros públicos, que son gratuitos, incluso en aquellos centros donde tras la jornada intensiva sí tienen actividades extraescolares, estas tienen un coste. Isabel Galvín, de CCOO, señala que el foco se pone a veces sobre el horario de la jornada laboral pero que en realidad esto solo "tapa los problemas estructurales del sistema educativo, la falta de personal, de servicios, de becas comedor, de copagos para las extraescolares, etc."

Puerta abierta de la Consejería

Esta semana, el consejero de Educación, Ciencia y Universidades de la Comunidad de Madrid, Emilio Viciana, dejaba una puerta abierta a intensificar la interlocución con los distintos agentes de la comunidad educativa para abordar el horario de la jornada escolar. La FAPA ha solicitado una reunión para incidir en este asunto, entre otros, y apuntalar "el interés superior del menor", a quien entienden que favorece la jornada partida, especialmente en las edades más tempranas. "Es un tema complejo, hay que alcanzar un equilibrio entre las partes", señalaba el consejero al tiempo en que recordaba que hay que preservar la "autonomía de los centros" a decididir sobre esta cuestión, respaldada por la regulación autonómica.

Esa es precisamente una cuestión que la comunidad educativa quiere impulsar, la actualización de una normativa que consideran obsoleta. El gobierno de Esperanza Aguirre publicó en 2013 una Orden por la que se regula el procedimiento para solicitar el cambio de jornada escolar en los centros públicos que deja la decisión en manos del consejo escolar. Desde CCOO, Galvín estima que es necesario modificarlo para, entre otras cosas, armonizar el procedimiento de los centros públicos, concertados y privados que cuentan ahora "con criterios diferentes" para establecer un horario u otro. Sánchez explica que hasta ahora la Consejería de Educación no ha querido entrar en la reforma de esta norma y que "lo máximo que han concedido es que las familias puedan votar de forma telemática cuando este asunto se debate en sus centros para que así su participación en el proceso de decisión sea mayor".

Según un informe de la FAPA, solo País Vasco y Cataluña mantienen la jornada partida en Infantil y Primaria en la práctica totalidad de sus centros. Extremadura, Castilla-La Mancha y Canarias, aplican la intensiva en todos los colegios públicos desde hace años. "Hay familias que eligen el centro no por calidad educativa sino por horario", explica Mari Carmen Morillas, portavoz de la FAPA, que añade que los estudios ponen de manifiesto que para la salud y la rendición académica de los menores el horario partido es mejor.

Informe de la OCDE

El último que se ha publicado ha sido el de la OCDE el pasado mes de junio. En el documento "Propuestas para un plan de acción para reducir el abandono escolar temprano en España" este organismo afirma que "se ha demostrado que pasar más tiempo en el centro educativo permite elevar las tasas de graduación y mejorar el aprendizaje" y que "las investigaciones tienden a corroborar que estas ventajas son más notables en el caso de los alumnos desfavorecidos". El estudio se hace eco de cómo en España "muchos centros funcionan con un horario intensivo y centrado en las mañanas, lo que obliga a los padres a pagar por las clases extraescolares". En concreto, apunta que casi el 47% de los hogares pagan por estas clases, siendo más de la mitad de ellas "de apoyo sobre materias curriculares" que afectan más "a los hogares de ingresos bajos".

La OCDE invita a España a seguir el ejemplo de países como Dinamarca y Portugal "que han pasado a sistemas flexibles de jornada completa" acompañados de "un aumento de la prestación de comedores escolares y actividades extraescolares" y sugiere que este sistema tiene ventajas "en particular para los alumnos desfavorecidos".

En FAPA y CEAPA evitan poner el foco en el profesorado. Entienden que el personal docente tiene sus propias reivindicaciones laborales pero consideran que la administración debe interceder para que estas reclamaciones no confronten con en el interés del menor. Explican que junto al rendimiento académico y el desarrollo de los niños, otra de las cuestiones que se debe tener en cuenta es que las tutorías, que son la forma en que los familiares pueden hacer un seguimiento y acompañamiento de los menores, se limitan cuando los centros tienen jornadas intensivas. "La atención a las familias suele ser más flexible con el horario partido", dice Morillas.