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Lucía Galán, pediatra: "El momento del posparto sigue siendo el gran desconocido en la maternidad"

'Lucía, mi pediatra' derriba en su nuevo libro todos los 'babymitos' sobre la salud física y mental de niños y familias, al mismo tiempo que denuncia el estigma social con respecto a la salud mental, especialmente en los jóvenes

Lucía, mi pediatra

Lucía, mi pediatra / Greg Sebastián

Andrea San Martín

Andrea San Martín

'Haz el favor de ponerte las zapatillas que te vas a resfriar', 'para el culete irritado, lo mejor, los polvos de talco', 'el bibe, cada tres horas', 'no le pongo la vacuna porque está con mocos', 'una cucharadita de miel para subir las defensas'... son mitos que hemos ido heredando durante décadas de generación en generación sencillamente porque a las abuelas, a las cuñadas o a las suegras les funcionaban.

¿Cuántas veces nos habrán dicho que no caminemos descalzos porque nos bajan las defensas? Una de las leyendas que más hemos escuchado, entre otras, y que ahora "tenemos argumentos de sobra con la ciencia en la mano para desmentirlas", explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, Lucía Galán, pediatra, escritora y divulgadora.

Y es que, ¿cuántas veces habremos escuchado que 'si lo coges en brazos se acostumbrará'? Error. "Lo que necesita un bebé es que se le coja, se le bese, se le dé mimos y se le acaricie, necesita un apego seguro que no se establece mandando unas señales de abandono hacia una criatura, sino cogiéndolo en brazos y cubriendo todas sus necesidades: comer, dormir y el amor incondicional de sus padres", añade.

La autora ha ejercido su profesión durante más de 20 años y ha sido testigo de cómo madres llegan a su consulta con un sentimiento atroz de culpa porque siguen escuchando que no deben coger a su bebé en brazos si llora porque se van a habituar; pero si el cuerpo te lo pide, hazlo.

"Las primeras semanas después de dar a luz son muy difíciles"

Una vez que las madres paren, comienzan a estar hechas un mar de dudas. "Todas las madres son perfectas hasta que se convierten en madres". La gente sin mala intención tiende a darte consejos que lejos de hacerte sentir bien, te hacen sentir culpable. "Tú trabajas mucho, ¿y cuándo ves a tus hijos?", es un dardo envenenado porque no construye, no anima, no inspira y no ayuda. Lo único que hace es generar una culpa devastadora que se traduce en una lista infinita de interrogantes. ¿Es bueno para mi bebé?

Los padres intentan desahogarse en la cita con la pediatra con pensamientos intrusivos que retumban en la cabeza como un 'no llego a todo', 'no soy capaz', 'no puedo organizarme', 'estoy agotado/a'. La especialista defiende en su último libro Los virus no entran por los pies (Planeta, 2024), que cada padre o madre debe marcarse su propia hoja de ruta y ser consciente de que la toma de decisiones variará en función de las necesidades de cada uno. "Modificar el rumbo para buscar el equilibrio".

Lucía, mi pediatra publica 'Los virus no entran por los pies'.

Lucía, mi pediatra publica 'Los virus no entran por los pies'. / Greg Sebastián

"Necesitamos que se visibilice que las primeras semanas después de dar a luz son muy difíciles", detalla la autora en su análisis sobre las etapas a las que una madre tiene que hacer frente. "Se produce un tsunami en ese hogar y en las emociones de esa madre que no va a volver a ser la misma mujer que era, tiene que haber una reconciliación con ese nuevo ser y cuesta mucho". Especialmente, para los padres pimerizos, ya que no es sólo un cambio en la rutina, sino también en lo físico y mental porque es la primera vez que "lo sentimos y que nadie nos ha explicado".

De tal modo que uno se siente culpable porque tiene que estar feliz y no tiene derecho a quejarse porque el bebé ha nacido sano. Por tanto, ese sentimiento de culpa aumenta y la mayor parte de las madres se pregunta el motivo de su tristeza, a pesar de tener todo lo que deseaban. "Las hormonas están totalmente disparadas y afectan al estado de ánimo y claro que se tiene derecho a quejarse de esa crisis nada más nacer los bebés, y está bien. Nos convierte en mujeres reales y de verdad". De hecho, la pediatra considera necesario ajustar las expectativas posparto y avisar al entorno de que las primeras semanas van a ser muy difíciles. "Todo necesita un tiempo y es un proceso fisiológico y natural para que las aguas vuelvan a su cauce".

Embarazo.

Embarazo. / Pexels - Yan Krukau

El posparto: una de las épocas más complicadas en la vida de una mujer

Entrenar la respiración, tonificar el suelo pélvico o preparar la mente son algunos de los puntos esenciales que una mujer embarazada debería cumplir en los meses previos al parto. Pero, ¿qué sucede con el posparto? "Tenemos mucha preparación para el parto y muy poca para el posparto y realmente para lo que hay que prepararse de una forma más intensiva es para el posparto, ya que en el parto hay un grupo de profesionales que vela por tu seguridad, pero después estás sola con tus emociones, tu bebé y tu pareja si la tienes. Y ahí, no estamos a la altura", advierte. La preparación emocional tras el parto es vital, ya que es una de las etapas más complicadas en la vida de una mujer. "Los profesionales sanitarios tenemos que seguir invirtiendo tiempo y energía en preparar a las futuras mamás y a los futuros papás en esa preparación emocional. No en los kilos, ni en la vestimenta del primer paseo, ni volver a ponerme los vaqueros de hace un año".

Los kilos: los más temidos en la maternidad

El momento del posparto sigue siendo el gran desconocido en la maternidad y durante esta etapa corren el riesgo de dañar su salud mental. Esto se debe a la presión y a la autoexigencia por volver a ser las mismas, por recuperar su figura, su alegría y vitalidad. "Lo que más me preocupa no son sus kilos, sino su salud mental". Galán explica que es banal la llorera de las dos o tres primeras semanas, pero que, a partir de la cuarta ya se tienen que encontrar mejor porque "si no, ya estamos hablando de una depresión posparto".

La búsqueda de ese bienestar emocional de las recién mamás es muy diversa. Las habrá que necesiten recuperar su actividad física, que lo único que quieran es pasar tiempo en casa con su pareja y su bebé tranquilos y sin visitas o que, por lo contrario, prefieran estar rodeadas de su tribu, de su comunidad y hacer piña. "No centremos la recuperación posparto en la báscula, porque es la recuperación emocional de esa mujer que acaba de atravesar una de las experiencias más transformadoras de su vida. Y no tiene nada que ver con los kilos".

Lucía Galán, mi pediatra

Lucía Galán, mi pediatra / Pecas y lunares

La autora de más de una decena de libros acerca de salud infantil ha recibido diversos premios gracias a su labor divulgativa como el Reconocimiento a la Infancia por la Comunidad de Madrid 2021 o el de Mejor Divulgadora por la Organización Médica Colegial 2018, e incluso, ha sido incluida en la lista Forbes de los 100 mejores médicos de España. Y en esta ocasión, no sólo hace especial hincapié en derribar los mitos de hoy y siempre, sino también en aquellos que más duelen, los que afectan a nuestra salud mental.

'El bullying no es cosa de niños'

La famosa frase 'son conflictos de toda la vida entre niños' no es un juego, sino un comportamiento aterrador entre una persona que abusa de una forma continuada sobre otro que es vulnerable y que no se puede defender. "En nuestro país se quitan la vida once personas al día y uno de ellos es un joven: ¿qué estamos haciendo mal en nuestra sociedad, para que todos los días un joven se tenga que tirar por la ventana?", se ha cuestionado ante el capítulo en el que la autora desmitifica lo más visto y oído en su consulta. "El 'bullying' nos concierne a todos porque podemos ser víctimas, testigos o verdugos".

Incluso, más de la mitad de los casos denunciados de acoso escolar llevaban más de seis meses produciéndose y los padres y los profesores no lo sabían. Los pediatras detectan casos a raíz de los comportamientos inusuales de los pequeños. "Es frecuente un dolor abdominal". Así pues, el origen en el 85% de los casos es un dolor emocional, "una causa orgánica, ya que son niños que están sufriendo y el dolor va a la barriga".

Presta atención, porque si tienes un hijo que lleva más de cuatro semanas quejándose de la barriga, especialmente al atardecer o al anochecer cuando están en la cama, o el domingo preparando la mochila, cuidado porque puede haber una situación de acoso detrás y ese dolor abdominal es la punta del iceberg. Pesadillas, insomnio, pérdida de peso, aislamiento o problemas en el rendimiento escolar, son algunos de los síntomas que pueden saltar las alarmas.

En vista de ello, hay otros casos que pueden producirse. No sólo un posible fracaso escolar durante un trimestre puntual, sino que también hay veces que los alumnos especialmente brillantes se aíslan dentro de su estudio como si fuera un refugio y no salen a la calle o quedan con sus amigos. "Es difícil sospecharlo porque piensan que todo va bien".

Desde que el bebé llega a casa comienza la educación. Acciones como fomentar el respeto de la diversidad, invertir recursos en inteligencia emocional para evitar que los hijos se conviertan en futuros acosadores e inculcar a los testigos valores asertivos para que lo pongan en conocimiento de los adultos y sepan poner límites, son esenciales. "Debemos ser conscientes de que la educación y los valores empiece desde que el bebé llega a casa". Nadie merece un ataque desmedido y todos necesitamos sentirnos arropados, respetados y amados por lo que Lucía, 'mi pediatra' recomienda a todos trabajar el amor propio, porque "un niño es poderoso si esa autoestima está forjada".