LA VIDA CONTIGO

Qué fue de… Nuria González, la exmodelo palentina que acaba de enviudar del millonario empresario Fernández Tapias

González fue amiga de Mar Flores, quien también mantuvo en su día un romance con el gallego. Hoy tiene que dirimir el reparto de la herencia del naviero

Fernando Fernández Tapias y Nuria González.

Fernando Fernández Tapias y Nuria González. / ARCHIVO

El pasado 25 de octubre moría a los 84 años Fernando Fernández Tapias. El empresario y vicepresidente primero del Real Madrid llevaba tiempo retirado de la vida pública y tenía nada menos que ocho hijos de tres matrimonios diferentes. Su primera mujer, Victoria Riva de Luna, fue la persona que lo metió en el mundo de las navieras, y la segunda, Juana García-Courel, se llevó más de dos mil millones de pesetas y un importante paquete patrimonial durante el proceso de divorcio. Su nombre empezó a figurar en la prensa del colorín en 1996, cuando inició un romance con la reina del couché Mar Flores. Aunque esta historia se fue al garete después de que la revista Diez Minutos publicase unas fotos que demostraban una supuesta infidelidad por parte de la modelo madrileña con el aristócrata italiano Alessandro Lequio.

El magnate, conocido coloquialmente como Fefé, encontraría consuelo en los brazos de Nuria González, una atractiva modelo palentina con quien se empezó viendo a escondidas. De origen humilde, González era hija de la política Celinda Sánchez, que fue alcaldesa de la localidad de Venta de Baños (Palencia) y diputada del PP por Palencia, y empezó ganándose la vida como compradora de telas, colaborando con una fábrica textil de Alcorcón que se dedicaba a la confección de trajes de venta masiva. También llegó a desfilar en la pasarela Cibeles, trabajó como estilista junto al diseñador Nacho Ruiz, y durante un tiempo se ocupó de las colecciones para mujer del modisto Pedro Morago. 

Fernando Fernández Tapias y Nuria González en la entrega del premio 'Razón de oro' a Emilio Butragueño.

Fernando Fernández Tapias y Nuria González en la entrega del premio 'Razón de oro' a Emilio Butragueño. / ARCHIVO

Cuentan que antes de salir con Fefé, que le sacaba 30 años, la modelo mantuvo un affaire con el futbolista Raúl González, lo que le abrió las puertas de la alta sociedad en Madrid. “Por entonces ya, según ella, había ascendido en su escalafón social y se dedicaba al mundo de la alta costura”, escribió el periodista Juan Luis Galiacho. “Su entrada en el club de las chicas de oro le llevó a conocer al maduro millonario Fernández Tapias. Y muy pronto, eso sí, con el apoyo logístico de su madre, lo conquistó. Así se hacía realidad la máxima que rodea a casi todos estos potentados separados y divorciados: que sus nuevas mujeres son mucho más jóvenes y guapas que ellos”.

Dos hijos juntos

Tras ennoviarse, González tomó la decisión de abandonar su antigua profesión y pasó a trabajar como comentarista de moda en programas como Con T de Tarde, presentado por su buena amiga Terelu Campos. También comenzó a pulular en algunos reportajes dedicados a señoritas que dan un braguetazo. “En los círculos realmente jet se la margina”, aseguró Jesús Mariñas en una de sus crónicas. “No la invitan a cruceros con los Abelló o Cortina, no figura en el ranking que ya supone el almuerzo preinaugural de Arco y tampoco forma trío o cuarteto con Myriam Lapique, Elena Cué o la caritativa Ana Gamazo Hohenlohe. Juntas pero no revueltas, un matiz”.

Fue en octubre de 2002 cuando la pareja se casó en una íntima ceremonia civil —el novio no consiguió la nulidad eclesiástica de su matrimonio, para disgusto de González— celebrada en la finca La Peñuela, propiedad del afamado ganadero y rejoneador Fermín Bohórquez y de su esposa Mercedes Domecq. Entre los 300 invitados se encontraban personalidades como Miguel Boyer e Isabel Preysler, Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo o Francisco Álvarez Cascos y Gema Ruiz. Al año siguiente nacería el primer hijo de la pareja, Iván, y en 2007 vendría al mundo el segundo de sus retoños, Alma, cuyo padrino fue el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. 

Isabel Preysler y Nuria González en la Feria de San Isidro.

Isabel Preysler y Nuria González en la Feria de San Isidro. / EFE (ARCHIVO)

Durante los siguientes años, González y su marido llevaron una relación de bajo perfil en la mansión de tres plantas que tenían en la urbanización Puerta de Hierro, y trataron de evitar los actos públicos, aunque de vez en cuando se dejaban ver juntos en alguna de las corridas celebradas en la plaza de toros de Las Ventas o en alguno de los partidos del Real Madrid. Pero su tranquilidad se vio interrumpida cuando el gallego nombró administradora de varias de sus sociedades a su esposa y en 2019 apartó a sus hijos mayores del control del negocio y de los puestos de responsabilidad. 

Cisma en la familia

Aquello provocó un auténtico cisma en la familia y llevó a que en 2021 Fefé tuviera que defenderse en un juzgado de Madrid de la demanda presentada por sus hijos mayores, quienes le querían incapacitar al considerar que presentaba un “deterioro de su capacidad cognitiva” y que debían proteger sus intereses y su patrimonio, evitando “cualquier menoscabo de sus derechos y/o aprovechamiento por cualquier tercero debido a su delicada situación". 

Después se supo que Fernández Tapias aceptó ser inhabilitado por sus hijos de forma parcial. La sentencia, a la que tuvo acceso el equipo del programa Así es la vida, rezaba que se constituyó "al demandado en estado civil de incapacitación parcial, que se limitará al área de la salud y a las habilidades económico-jurídico-administrativas necesarias para administrar su patrimonio y sus bienes materiales". En ese momento se designó como tutora en el área de la salud a su esposa, Nuria González, y en el ámbito empresarial a Florentino Pérez, íntimo amigo del empresario.

Para más inri, los hermanos Fernández-Tapias van comentando por ahí que la palentina ejercía una influencia negativa en su marido y recientemente emitieron un comunicado donde se afirma que, durante los últimos cuatro años, “se ha prohibido e impedido de manera reiterada el contacto presencial” de Fernández Tapias con ellos y con sus hijos, “a quienes se les ha negado el acceso a su lugar de residencia a pesar de los reiterados intentos de su familia por ver a su padre y abuelo”. Hace apenas unos días, tras la apertura oficial del testamento, se ha sabido que el empresario desheredó a sus cinco hijos mayores por "maltrato psicológico", y que su viuda ha sido la gran beneficiada de la historia. Sea como fuere, está claro que la guerra por la herencia de Fefé, estimada en unos 3.000 millones de euros, está servida.