LA VIDA CONTIGO

Más implicación, tiempo libre y bienestar: las exigencias laborales de la generación Z han cambiado

Los menores de 25 años son realistas, especialmente en cuanto a las expectativas y a los objetivos, y buscan principalmente el éxito personal

Taller de 'Book bulding'

Taller de 'Book bulding' / Andrea San Martín

La generación Z corresponde a aquellos jóvenes nacidos entre 1997 y 2012. Aunque su presencia aún es minoritaria en el mercado laboral, en apenas siete años supondrán un tercio de las plantillas.

Su concepción del mundo es completamente diferente al de sus generaciones predecesoras (los millennials o milénicos, la generación X y los baby boomers), algo que se nota en el terreno profesional, lo que ha llegado a imponer a las empresas su cultura laboral, con condiciones más flexibles y una mayor exigencia ética. Tienen otras inquietudes y presentan unas peculiaridades y características diferentes a sus colegas de trabajo que ya operan en la empresa.

Es esa generación que se comunica mejor con imágenes, son expertos en generar contenido y mayoritariamente se centran en el futuro. La generación Z es realista, especialmente en cuanto a las expectativas y a los objetivos en el trabajo. Buscan principalmente el éxito personal.

Jóvenes maduros, autosuficientes y creativos

Prácticamente sus diferencias están marcadas por una educación influenciada por internet y acompañada de redes sociales, por lo que ha variado su método de aprendizaje, son más autodidactas que la generación Y. Esto se ve reflejado en sus tareas y labores online. Tienen otra forma de entender el trabajo y le conceden un valor distinto al de anteriores generaciones. Los valores de las compañías son vitales para ellos.

"El reto en las empresas es ver cómo captar al talento joven y retenerlo. Estamos todavía intentando conectar con sus lenguaje para que funcione, porque no sirven ni las prácticas, ni los mensajes, ni las propuestas de valor del pasado. Quieren otras cosas", asegura Asunción Soriano, CEO de Atrevia España, que cree que el hecho de que sean nativos digitales lo ha cambiado todo.

"No eligen empresas, sino proyectos. Quieren ser parte de ellos. Por lo tanto, la empresa inteligente que quiera captar y retener a Z desde su entrada debe hacerles parte de las decisiones, de las conversaciones y romper muchísimo las jerarquías. Si lo consiguen, es una gente muy comprometida porque tienen pasión por lo que hacen", añade.

Nivel de exigencia

Todo esto hace que la generación Z haya revolucionado la manera en la que entendemos el mercado laboral. Ya impone sus normas de trabajo con otros hábitos, prioridades y formas de concebir el trabajo que destacan entre el resto de la plantilla.

"Su impulso y reivindicaciones no solo hacen a los profesionales más exigentes con sus organizaciones en cuanto a la ética y sostenibilidad, sino que han provocado un cambio en la relación con el empleo al demandar jornadas que permiten conciliar mejor la vida personal", recoge una de las conclusiones del Informe Tendencias Talento de 2023, elaborado por LLYC en colaboración con DCH, la Organización Internacional de Directivos de Capital Humano. Les preocupa su salud mental y bienestar en el trabajo.

Equilibrio entre vida laboral y personal

Además, indican la necesidad de un espacio flexible y un equilibrio entre la vida laboral y la personal, especialmente tras la pandemia originada por la Covid-19. Por ejemplo, la retribución económica puede ser emocional con incentivos como el tiempo libre pagado.

En el estudio, la directora deTalent Engagement de LLYC, María Obispo, indica que "2023 será un año en el que Recursos Humanos seguirá adaptándose a un momento diferente en la relación talento–empresa. El poder sigue en manos de los profesionales que cada vez son más exigentes. Ya no son las empresas las que eligen personas sino las personas las que eligen empresas. Son, por tanto, tiempos de innovación, de reformular lo que hacemos e incorporar nuevas capacidades, similares a las del marketing, a los equipos para poder abordar los desafíos que nos depara el futuro”.

Y para ofrecerles algo atractivo, Soriano resalta que una de las cuestiones que más priorizan es la flexibilidad. "Otro aspecto importante sería la diversión, el concepto de pasárselo bien, y eso es muy inteligente. La gente quiere ser parte de un proyecto donde disfruten. Por lo tanto tenemos que ofrecer proyectos y que sirvan para aprender así. Por último, estos jóvenes eligen las empresas que conecten por sus valores y principios", asegura Soriano.

Ya no se aferran a pasar 20 años de su vida en la empresa, ni tampoco a lidiar con ideales que no les definen. Buscan que los propósitos y los objetivos de la empresa estén ligados a sus creencias y apuestas. Son actores con responsabilidad social y quieren aportar un valor a la sociedad.