LA VIDA CONTIGO

España recicla mejor, pero no llega a la matrícula: "Todavía surgen dudas con el contenedor amarillo"

El país recicló más de 1,6 millones de toneladas de envases domésticos de plástico, metal, briks y papel y cartón en 2022, un 3,6% más que en el año anterior

España recicló más de 1,6 millones de toneladas de envases domésticos de plástico, metal, briks y papel y cartón en 2022.

España recicló más de 1,6 millones de toneladas de envases domésticos de plástico, metal, briks y papel y cartón en 2022. / Unsplash / EPE

María G. San Narciso

María G. San Narciso

Al abrir un cajón de la cocina, Silvia Morales se encuentra con tres cubos. Separa los envases de plástico, el papel y cartón y el vidrio del resto de desechos. Lo hace desde que vivía con sus padres, en Campos de Criptana, pero ahora que tiene un bebé de 11 meses asegura que recicla todavía con más ganas. "Hay que pensar en las siguientes generaciones. Igual que cuando vamos a un sitio de camping recogemos todo, en casa deberíamos separar. De lo contrario, es peor para todos", argumenta.

Lleva siembre dos bolsas grandes en el coche por si tiene que ir a comprar. Utiliza botellas de plástico que llena con lentejas para que su hija juegue 'a las maracas' y mira en redes sociales cómo reutilizar algunos de los residuos que genera en el día a día. Dice que no hay excusa: siempre se puede encontrar alguna fórmula para reciclar, por muy poco espacio que tengas en casa. A ella, por el momento, lo único se le resiste es la basura orgánica.

El caso de esta ingeniera informática no es tan raro. Ecoembes ha dado a conocer que en 2022 se enviaron a instalaciones recicladoras 1.627.313 toneladas de envases domésticos de plástico, metal, briks y papel y cartón para ser reciclados, lo que significa un 3,6% más con respecto al año anterior. "Son datos excelentes, pero eso no significa que no se pueda mejorar. Estamos en sobresaliente, pero tenemos que optar a la matricula de honor", afirma Silvia López, especialista en comunicación corporativa de Ecoembes. Fallamos, sobre todo, en el reciclaje de la materia orgánica y textil, en gran parte porque su gestión no será obligatoria hasta diciembre de este año, en el caso de la primera, y hasta enero de 2025, para la segunda.

El 'amarillo' se recicla peor

También seguimos con dudas en el contenedor amarillo, donde aparecen a veces sillas de plástico, sartenes o juguetes. Y claro, no es su sitio. "Aquí tenemos desde la lata de sardinillas hasta el spray de desodorante, que no siempre se identifica con este color, hasta la bandeja de poliestireno o el bote de yogur. Hay unos ocho tipos diferentes de materiales que van al amarillo, pero al ser multimaterial se complica", señala López.

Para eso están las plantas de selección. Albert Mateu trabaja en el Grupo Griñó, que cuenta con dos de ellas: una que gestiona los envases de la provincia de Tarragona y otra los de Lleida. Asegura que este año han llegado "sustancialmente más envases" y que, sobre todo en poblaciones rurales, se reciclan mejor. Desde que comenzó a trabajar en la dirección de tratamiento del Grupo, en 2013, se ha duplicado el número de toneladas que llegan a sus plantas, llevadas en masa por camiones que depositan los residuos en la playa de descarga. Después se separan por volumen y tipología. Para ello utilizan todo tipo de maquinaria y tecnología, incluyendo rayos infrarrojos.

"Una vez el material ha pasado por la cabina de control de calidad separamos ocho fracciones distintas, que caen al silo y se embalan para llevar cada una a su reciclador correspondiente", explica Mateu. Por ejemplo, separan el PET (tereftalato de polietileno), como las botellas de agua o muchas bandejas de plástico; el HDPE (polietileno de alta densidad), que vienen a ser los plásticos de detergentes; el plástico mixto; el film o el aluminio, que es plietileno de baja densidad. Algunos de estos materiales terminan convirtiéndose en chaquetas de la marca sostenible Ecoalf; otros en futuras botellas.

Una nueva oportunidad

Del total de toneladas de envases reciclados, 1.205.378 proceden de los envases que los ciudadanos separaron en los contenedores amarillos y azules de la calle y en las papeleras de colores instaladas en espacios de gran afluencia de público, como parques temáticos, aeropuertos, estadios de fútbol, oficinas y bares y restaurantes. La cantidad restante se consiguió recuperar de las plantas de la fracción resto, adonde llegan todo tipo de residuos sin separar.

"Está muy bien reciclar, pero tenemos que ser conscientes de que podemos hacer otras acciones, como no generar residuos o utilizarlos al máximo. Es complicado materializarlo todo en el día a día", reconoce Silvia López. Sobre cuándo estima que se llegue a la esperada economía circular, responde que "se vienen dando pasos desde hace año", aunque todavía falta.

"Prefiero pensar que llegar a una sociedad cien por cien circular es posible y no una utopía, pero está claro que falta empuje por muchas partes, empezando por las propias empresas, para que produzcan de la forma más sostenible. Desde hace años muchas incorporan más material reciclado. Se crean muchos productos a partir de envases reciclados, lo que antes era una locura. También necesitamos una legislación que empuje y que responda a la demanda de la sociedad. Para poder exigir a los ciudadanos hay que escucharlos. Tanto en el reciclaje como en la economía circular, todos tenemos un papel", concluye.