MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS

Desequilibrio de género en la anticoncepción: ¿para cuándo la píldora masculina?

Los expertos consideran que el machismo subyace al escaso desarrollo de métodos anticonceptivos masculinos, frente a la numerosa oferta para las mujeres, que se siguen responsabilizando de la planificación familiar

El Congreso debate este miércoles el impulso de la investigación de métodos hormonales para hombres

La sociedad empieza a cuestionar que el peso de la anticoncepción recaiga mayoritariamente en las mujeres

La sociedad empieza a cuestionar que el peso de la anticoncepción recaiga mayoritariamente en las mujeres / Imagen de archivo / Pixabay

Violeta Molina Gallardo

Violeta Molina Gallardo

Píldora, parche, DIU, diafragma, espermicida, implantes, inyectables, ligadura de trompas... Las mujeres tienen a su disposición muy diversas opciones anticonceptivas, mientras que para los hombres sólo se han desarrollado dos, el preservativo o la vasectomía: la ciencia no ha dado mayor respuesta a la anticoncepción masculina porque, en pleno siglo XXI, la responsabilidad de la planificación reproductiva aún recae casi en exclusiva en las mujeres.

La cuarta ola feminista denuncia este desequilibrio y los ecos de esa reivindicación llegan esta semana al Congreso de los Diputados, donde se debatirá -a instancias de Unidas Podemos- sobre la necesidad de impulsar la investigación relativa al desarrollo y la implantación de anticonceptivos hormonales masculinos en España.

"Hay un despliegue enorme de anticonceptivos pensados para las mujeres y sólo dos para los hombres. ¿No nos hace preguntarnos qué ocurre para que recaiga sobre las mujeres la responsabilidad de la anticoncepción? La respuesta es claramente de género, no son cuestiones científicas, se trata de cuestiones culturales que tienen que ver con el patriarcado, con los roles de género que entienden que somos nosotras las que debemos responsabilizarnos y por tanto los varones están al margen y eso incide en el despliegue de anticonceptivos masculinos", explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA la diputada de UP Sofía Fernández Castañón.

"Una forma más de machismo"

En el mismo sentido, el presidente de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), José Gutiérrez Alés, reconoce que "la anticoncepción es injusta con las mujeres": "Es evidente que el que haya muchísimos más métodos femeninos que masculinos significa que ha habido una concepción de vincular el control del embarazo casi exclusivamente a las mujeres y de que es más fiable si ellas asumen la responsabilidad de evitarlo y esto es una forma más de machismo".

"No hay ninguna otra explicación que sea plausible desde el punto de vista científico", continúa Gutiérrez Alés en conversación con este periódico.

Fernández Castañón destaca un factor clave para ese desequilibrio en el control de la natalidad, una concepción histórica de la sexualidad que entendía -hasta hace no mucho- que la mujer debía satisfacer las necesidades masculinas. Al mismo tiempo, la sociedad penalizaba duramente a aquellas que tenían que hacer frente a embarazos no deseados (por ejemplo fuera del matrimonio y en un contexto en el que el aborto estaba prohibido) y los cuerpos de las mujeres han soportado los efectos secundarios de la píldora y otros métodos similares.

La ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo establece que es una obligación del Estado garantizar el acceso universal a prácticas clínicas efectivas de planificación de la reproducción mediante la incorporación de anticonceptivos de última generación cuya eficacia haya sido avalada por la evidencia científica.

En este sentido, Podemos insiste en su iniciativa -que se debate este miércoles en el seno de la Comisión de Igualdad- en que "una de las estrategias necesarias para reducir la brecha de género en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres es el impulso de la investigación sobre métodos anticonceptivos hormonales masculinos de última generación".

La píldora que nunca llega

Considera el grupo confederal que lar disponibilidad de métodos anticonceptivos hormonales para hombres contribuiría a una mayor implicación de los varones en la planificación familiar, por eso estiman necesario el desarrollo de opciones seguras, efectivas, reversibles, fáciles de usar e independientes del coito. Sin embargo, el horizonte temporal de la píldora hormonal masculina aún es lejano.

El presidente de Sedra-Federación de Planificación Familiar, Guillermo González, sostiene que las investigaciones de anticonceptivos hormonales masculinos comenzaron incluso antes que los estudios para la píldora femenina, alrededor de 1939. Sin embargo, precisa, "el patriarcado y el machismo han impedido que estas investigaciones se desarrollen".

Además, continúa González, "a la industria tampoco le ha interesado la investigación porque sabe que los dividendos que le va a reportar no son grandes" por esa diferenciación en la responsabilidad sexual.

"Quien queda embarazada pone más interés en evitarlo, por tanto era más fácil" para la industria farmacéutica satisfacer la demanda de las mujeres que "dejarlo en manos de los hombres", reconoce el presidente de la Sociedad Española de Contracepción.

Sin embargo, Gutiérrez Alés subraya que en la actualidad la investigación de anticonceptivos hormonales para hombres está en "fases muy avanzadas" y la ciencia ya conoce las dosis ideales y los efectos colaterales de su administración, pues los ensayos se han realizado con un número suficiente de individuos.

Ahora bien, precisa que es necesaria una investigación más amplia para acreditar su fiabilidad en el uso habitual, se trata de los "estudios clínicos aleatorizados". Cree que en esta década una suerte de píldora masculina verá finalmente la luz.

Educación sexual

La SEC apoya el impulso de este método, pues "tiene el mismo fundamento" que el femenino: al igual que la píldora actúa sobre el eje hipotálamo-hipófisis-ovario, en el caso de los varones lo hará sobre el eje hipotálamo-hipófisis-testículos. Se administrarían hormonas artificiales para "engañar" al cerebro, que deja de ordenar al testículo que fabrique testosterona.

Desde Sedra, González resalta que la clave para la implicación de los hombres en la contracepción no reside en la ciencia, sino en la educación sexual, que es la que "debe resolver la injusta diferencia de género" y contribuir a la corresponsabilidad en la planificación familiar.

"Estamos más cerca, pero sigo viendo peligros que tiene que resolver la educación sexual. La corresponsabilidad sexual va a ser difícil, no por imposibilidad química o técnica, sino por la dejadez de los hombres", concluye el presidente de Sedra.