EDUCACIÓN

El descenso de la natalidad brinda a las escuelas una oportunidad para reconvertirse

La bajada del número de alumnos puede ser una ocasión para avanzar en la mejora de la calidad educativa

Reducir ratios, atender mejor al alumnado vulnerable y avanzar hacia la codocencia, algunas de las ventajas

Alumnos de primaria juegan en el patio, en la escuela Diputació de Barcelona.

Alumnos de primaria juegan en el patio, en la escuela Diputació de Barcelona. / MANU MITRU

Montse Baraza

La crisis económica de 2008 y sus correspondientes efectos en forma de recortes en la inversión pública o de precariedad laboral, la dificultad de los jóvenes para emanciparse ligado a las dificultades para acceder a una vivienda y la tendencia de las parejas a optar por no tener hijos o, a lo sumo, tener uno han favorecido el fenómeno de la caída inexorable de la natalidad en España.

Entre los años 2008 y 2020 el descenso de la natalidad ha sido del 34,8%, cifra que sitúa a España como el segundo país de la Unión Europea donde este retroceso ha sido más pronunciado. Si nos fijamos en un periodo más reciente, entre 2015 y 2020, los nacimientos se han reducido en un 19,2% de media. Eso se empieza a notar en el número de población en edad escolar. Así, un 19,2% será también la cifra del descenso de alumnos en educación primaria ya este curso 2021-22 y hasta el curso 2026-27. En la ESO, el descenso de alumnado se notará a partir de 2027 y hasta 2032.

"Es un drama y nada indica que eso vaya a cambiar. Y no solo a nivel educativo, también desde el punto de vista sociodemográfico. Es una mala inversión para el país", subraya Oriol Blancher, presidente de la Agrupació Escolar Catalana (AEC), una de las patronales de la escuela concertada, y director del colegio Ipsi de Barcelona. Lamenta que aquí "no ha habido ninguna política real de fomento dela natalidad como sí ha habido en Francia".

Al margen de lo que significa socieconómicamente para un país el descenso demográfico y el envejecimiento de su población, en positivo la caída de la natalidad supone una "oportunidad enorme" para mejorar la calidad del sistema educativo. Lo ve así Xavier Martínez-Celorrio, profesor de Sociología de la Educación en la Universitat de Barcelona, que apunta que este descenso puede permitir bajar ratios (cifra de alumnos por aula), universalizar la escolarización de la etapa 0-3 años, atender mejor al alumnado vulnerable y con necesidades especiales, facilitar el trabajo por ámbitos y avanzar en la coeducación (más de un profesor por aula), medidas estas contempladas en la actual ley de educación (Lomloe).

"El descenso de ratios no puede ser para seguir haciendo lo de siempre. El modelo 1x1 (un aula, un profesor, una hora, una materia) es antiguo y rígido y no facilita una docencia colaborativa", señala Martínez-Celorrio, asesor del Ministerio de Educación hasta el pasado noviembre y actualmente asesor de política educativa de la Diputación de Barcelona.

Sobrerratios

Advierte Martínez-Celorrio de que "hay que ir con ojo" en cómo se aplican estas medidas para asegurar que suponen un beneficio para el alumnado. Rechaza que esa bajada de ratios se haga de forma generalizada y aboga por planificar bien la oferta, con un equilibrio entre la escuela pública y la concertada. "Bajar ratios de forma generalizada no tiene impacto en el sistema educativo y es una medida muy cara". Calcula que costaría entre 4.000 y 6.000 millones de euros.

Es por ello que este investigador defiende la necesidad de priorizar. "Es urgente reducir las sobrerratios que hay en determinados centros educativos, situados en entornos urbanos y desfavorecidos". En este sentido, este experto subraya que los gobiernos autonómicos "saben qué centros están saturados". "Hay que actuar en ellos ya de forma quirúrgica. No lo podemos fiar todo al descenso natural de la natalidad. En entornos vulnerables es donde se dan las ratios más elevadas", advierte.

Una profesora imparte clase, en una imagen de archivo.

Una profesora imparte clase, en una imagen de archivo. / EP

Le da la razón Meritxell Ruiz, secretaria general de la Fundació Escola Cristiana de Catalunya, patronal que agrupa a las concertadas religiosas, que es más partidaria de reducir las ratios con más intensidad en aquellas escuelas donde haya más necesidad. Por su parte, Blancher, más que reducir ratios, apuesta por incorporar más profesores a las aulas para atender mejor a los alumnos.

Las concertadas, "aterradas"

Quienes también miran con preocupación el descenso de la natalidad son las escuelas concertadas. "La escuela concertada está aterrada por el descenso demográfico y por el hecho de que la escuela pública que funciona atrae a familias jóvenes que tienen menos poder adquisitivo que las familias de antes de la crisis", describe Martínez-Celorrio, que augura que habrá "muchas escuelas pequeñas concertadas que acabarán cerrando". A su juicio, "solo crecerá la concertada que asuma la matrícula viva y el equilibrio con el alumnado vulnerable". En este sentido, distingue entre una concertada "inclusiva, que está por la diversidad" y una concertada "promercado".

En esa diferenciación discrepa Oriol Blancher. "Yo doy por supuesto que la voluntad de atender a la diversidad la tienen todas las concertadas. Yo tengo la percepción de estar haciendo un servicio público", afirma. Admite que el entorno, la ubicación geográfica de la escuela "condiciona". Y cita el caso de escuelas públicas situadas en barrios de rentas altas (por ejemplo en Sarrià, en Barcelona) en las que las cuotas que pagan las familias son muy elevadas. "La segregación no es escolar, es social", remacha. "La mayoría de concertadas no son elitistas, son sociales", reitera Ruiz.

El porcentaje de bajas de profesores en los institutos públicos se ha situado este lunes en torno al 8%, y el de los alumnos entre el 10 y 15%, en el primer día de clase tras el parón navideño en el que se temía un mayor número de ausencias como consecuencia de la alta transmisión de la variante ómicron.

El porcentaje de bajas de profesores en los institutos públicos se ha situado este lunes en torno al 8%, y el de los alumnos entre el 10 y 15%, en el primer día de clase tras el parón navideño en el que se temía un mayor número de ausencias como consecuencia de la alta transmisión de la variante ómicron. / EFE

Tanto Blancher como Meritxell Ruiz advierten de que las concertadas en riesgo de cierre serán aquellas "más sociales". "Las escuelas en la cuerda floja son las que más están atendiendo la diversidad", subraya Blancher, que asegura que la concertada asume más alumnos con necesidades derivadas de su entorno socioeconómico que la pública. Ruiz advierte de que el cierre de concertadas sociales supondrá la "expulsión de las clases medias y bajas de la concertada. Eso también es segregación".

Las patronales aprovechan para denunciar la "infrafinanciación" que sufren, que sumado al descenso de la natalidad agrava el problema. "Con el descenso de ratios, la concertada deberá asumir la infrafinanciación con menos alumnos", expone Blancher para describir que "moriremos de falta de recursos. Estamos a niveles de subsistencia". "Se nos suma la caída de natalidad con la infrafinanciación. Antes como teníamos las aulas llenas, lo podíamos sostener. Ahora hay menos niños y las familias tienen menos capacidad económica", analiza Ruiz.

Admiten que hay sobreoferta y que habrá que actuar para regular la oferta pero reivindican hacerlo conjuntamente y con el objetivo de velar por la calidad educativa. "Sobrarán líneas y grupos. Pero tenemos que hacer una programación conjunta, públicas y concertadas, para mejorar el sistema con criterios de igualdad", apunta Ruiz, que asume que los colegios que no tengan alumnos tendrán que cerrar, sean públicos o concertados.

Y ligado a las vacantes y a la segregación, plantea una opción: hay colegios muy segregados donde se ha intentado corregir la situación y no se ha logrado nada. Quizás se podría aprovechar el descenso de demanda, para ir cerrándolos progresivamente e ir redistribuyendo al alumnado en centros de su entorno".