CANARIAS

Repunta la emisión de dióxido de azufre en el volcán de La Palma

Hay un "ligero aumento" del tremor volcánico, aunque este parámetro debería consolidar un descenso con el paso de los días

El especialista, que dirige a los distintos equipos del CSIC que de forma continua y desde el inicio de la erupción estudian sus efectos sobre la biodiversidad de la zona, explica que la más alejada del volcán se encuentra "aceptablemente bien", pero la del sur de las coladas es la que más ha sufrido debido a que los vientos alisios trasladan el material magmático, incluidas cenizas y arenas, y producen unos cambios importantes en la vegetación.

El especialista, que dirige a los distintos equipos del CSIC que de forma continua y desde el inicio de la erupción estudian sus efectos sobre la biodiversidad de la zona, explica que la más alejada del volcán se encuentra "aceptablemente bien", pero la del sur de las coladas es la que más ha sufrido debido a que los vientos alisios trasladan el material magmático, incluidas cenizas y arenas, y producen unos cambios importantes en la vegetación. / EFE

EP

La actividad del volcán situado en la isla de La Palma ha aumentado en las últimas horas con un repunte en la emisión de dióxido de azufre (SO2) medido en el penacho, que se ha incrementado hasta las 29.400 toneladas diarias, y un "ligero aumento" del tremor para situarse en niveles medios.

Así lo ha destacado la portavoz del comité científico del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca), Carmen López, quien con todo ha indicado que pese a este "pulso" en la emisión de SO2, la evolución temporal de las mediciones refleja una tendencia descendente.

López ya avisó este miércoles de que los "datos positivos" de bajada de SO2 y del tremor, tal y como ella los calificó, se debían consolidar con el paso de los días. Lo que no para de crecer es la emisión de dióxido de carbono (CO2) asociada a la dorsal de Cumbre Vieja. La última medición lo sitúa en 1.850 toneladas diarias.

"Todavía es pronto para anticipar el fin", señala a Efe Ithaiza Domínguez, sismólogo del IGN. Sobre la afirmación realizada por su colega Carmen López, portavoz del comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), de que hay "signos positivos" por la remisión de estos valores, Domínguez insiste en que lo son pero porque disminuye la actividad respecto a los últimos diez días, cuando "aumentó enormemente". "Nadie ha dicho que sea al final", asevera Itahiza Domínguez en las redes sociales.

Lo que Carmen López dijo este miércoles tras la reunión del Pevolca fue que esos "signos positivos" han de consolidarse en los próximos días para poder pensar que estén anticipando que el final de la erupción está más cerca.

Afirmó que la evolución de los datos del tremor y de las emisiones SO2 "son signos positivos, no hay duda", pero siguen siendo "valores muy altos", aunque "si seguimos en ese camino, iremos bien".

Itahiza Domínguez abunda en que estos altibajos en la actividad volcánica ya se han producido antes durante el proceso eruptivo que comenzó el 19 de septiembre. Indica que el nivel de emisiones de SO2 y el tremor "son parecidos" a los de la primera mitad de octubre, cuando la actividad "era más tranquila, entre comillas".

Luego llegó "el subidón" de actividad a partir del 22 de octubre, que alcanzó su punto álgido el 24 con explosiones, emisión de piroclastos y ceniza, así como de abundantes ríos de lava tras la última gran reconfiguración del cono eruptivo. El tremor se mantuvo alto hasta hace apenas dos días, cuando ha empezado a descender. Según el último reporte del IGN, la amplitud de la señal del tremor volcánico se mantiene en "niveles menores, sin pulsos de intensificación".

"Lo positivo", recalca Itahiza Domímguez, "es que bajamos de esos niveles tan altos. Eso es bueno, pero ya tuvimos una fase parecida durante muchos días. No sabemos si se mantendrá o seguirá bajando, o si por el contrario habrá una nueva subida". En cuanto a la sismicidad, apunta que en principio "parece" que ha descendido la frecuencia de los temblores, pero los está habiendo de mayor magnitud, lo que es sinónimo de que la energía sísmica "sigue siendo alta".

Y aún en el caso de que desapareciera o bajara mucho, "no sabríamos si habría visos de que vaya a acabar", añade Domínguez, quien recuerda que en el volcán submarino Tagoro, en El Hierro, la sismicidad decayó notablemente pero la erupción duró varios meses más.

989 hectáreas afectadas

El sistema europeo de satélites Copernicus ha rebajado en su última medición, efectuada en la mañana de este jueves, la superficie afectada por la lava del volcán de La Palma, que cuantifica en 989 hectáreas, 8,8 menos que el anterior cálculo.

También revisa a la baja el número de edificaciones destruidas: 2.570, que son 43 menos que lo que Copernicus había calculado en la mañana del miércoles. A éstas se suman otras 142 posiblemente afectadas.

En cuanto a las carreteras afectadas, suman 76,5 kilómetros, de los cuales 73,2 están destruidos y 3,4 con posibles daños. Esta es la medición número 43 que elabora Copernicus desde que el volcán en Cumbre Vieja hizo erupción el 19 de septiembre.