LIMÓN & VINAGRE

Marga Prohens, gobernará rodeada de Vox

Marga Prohens, presidenta de Baleares por el PP.

Marga Prohens, presidenta de Baleares por el PP.

Matías Vallés

Matías Vallés

Demasiado exaltada, demasiado excitada, demasiado exasperada. Marga Prohens parece el contrapeso psicológico de la ponderada y meditativa María Guardiola, pero la segunda presidenta consecutiva de Baleares después de Francina Armengol ha amarrado el cargo antes que su correligionaria extremeña. Sin pasar el calvario de una marcha atrás y sin consellers de Vox, aunque con 110 medidas de la ultraderecha moderada a cuestas.

Demasiado exultante. Mitin de campaña del PP en Palma, previo al 28M. La cabeza de lista Prohens se deshace en agradecimientos, mientras Feijóo consulta subrepticio su móvil, otro signo de que no era su candidata (ver más adelante). Llegado su turno, el presidente nacional ejecuta una faena de aliño, con más densidad nacional que autonómica. La aspirante al Govern se abraza efusivamente a su líder natural. Intenta plantarle dos besos en ambas mejillas, que el destinatario esquiva habilidoso y determinado.

Demasiado expansiva. La diputada autonómica Prohens fue despachada al Congreso con motivo de las elecciones apareadas de 2019. Igual que los Celtics ficharon a Dennis Johnson para frenar a Magic Johnson, el PP confrontó a la mallorquina con la ministra Irene Montero. Si la debutante era despedazada, no se perdía demasiado, pero la elegida se mostró implacable y correosa, sin límites. Acusó a la titular de Igualdad de "no tener vergüenza ni decencia", la tildó de "mujer sumisa al macho alfa". El combustible del solo sí es sí atizó la hoguera. "Ha de dimitir sí o sí".

Demasiado exacerbada. En aquellos enfrentamientos se fraguó la presidencia de Baleares ahora sustanciada. Pablo Casado, gran amigo de Prohens, y su íntima Cuca Gamarra empezaron a maquinar el lanzamiento. Curiosamente, la nueva titular del Govern debe su cargo a la acción combinada de Irene Montero y de Isabel Díaz Ayuso. Cuando la presidenta madrileña aplasta a sus rivales en 2021 y se convierte en un fenómeno internacional, la suerte está echada.

Demasiado exagerada, aunque la han sometido a cursos de gestualidad y de dicción. Prohens estaba destinada a convertirse en la Ayuso balear. Los injustamente olvidados Casado y García Egea descabezan al anodino Biel Company derrotado en 2019 por Francina Armengol en un golpe silencioso, sin el estruendo de Prigozhin. Se aceleran los trámites para proclamar a la única candidata. El PP balear agacha la cabeza, se reserva las discrepancias para los comederos y cenáculos.

Demasiado extática. La irrupción del antiautonomista Vox en las instituciones regionales ha servido cuando menos para abrillantar el protagonismo de los barones populares. Mazón, Azcón o Guardiola adquieren densidad propia como mártires sacrificados al tardofranquismo cheli. Entre esta grey, Feijóo es especialmente remiso con Prohens. La presidenta del PP balear y de Baleares entera guardaba una deuda de tal profundidad con la anterior directiva, que fue la última en negarla y renegarla. Tardó tanto en abandonar a Casado, que casi desertó cuando ya estaba nombrado su sucesor.

Demasiado excesiva. Prohens entra en la historia como la baronesa que no tendrá consellers de Vox. Su mantra es "en solitario", aunque ha pronunciado sus discursos de investidura bajo la mirada vigilante de Gabriel Le Senne, presidente del Parlament y retrato robot de un ultraísta. Además, se lleva como tarea el prolijo manual de un "Acuerdo de Gobierno" que desmiente la soledad en el mando. Por no hablar de la entrada de la derecha de la derecha en los Consells insulares. El PP ensayó el aislacionismo de su vecino en el ayuntamiento de Palma, y se encontró con la institución paralizada. Es una cuestión que no solo preocupa jerárquicamente a Prohens, porque colocó a su marido Javi Bonet de número dos al consistorio como vigilante del alcalde Jaime Martínez. Es decir, la Segunda Dama del vicealcalde es la presidenta de Balears, o el Primer Caballero de la presidenta de Baleares es vicealcalde de Palma.

Demasiado extralimitada. De juventud nacionalista y dotada de un impecable catalán, Prohens no gobernará en solitario, sino rodeada de Vox por todas partes menos por una llamada Govern. La idea de alejar a los socios y escualos es discutible desde el pragmatismo. El mejor fraguador de pactos inverosímiles del siglo XX fue el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson. Acuñó una frase de éxito, "es mejor tener a tus enemigos dentro de la tienda orinando fuera, que fuera de la tienda orinando dentro". La pronunció en los años del último Indiana Jones, pero hablaba para hoy mismo.