CRISIS ENERGÉTICA

El gas en Aragón: más de 245.000 clientes, 3.150 kilómetros de redes y una 'despensa' en el Pirineo

La comunidad juega un papel clave en el sistema gasista nacional y es un gran consumidor industrial y doméstico de este combustible, que calienta casi la mitad de los hogares

Depósito de gas.

Depósito de gas.

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Jorge Heras Pastor

Como consecuencia de la guerra de Ucrania, el gas es ahora el principal motivo de preocupación de las economías europeas. Hay dudas sobre su disponibilidad el próximo invierno en algunos países, pero no en España, donde lo que preocupa son los precios, que pueden llegar a ser más desorbitados aún. Si ocurre, supondrá más leña al fuego inflacionista pues este es uno de los principales ingredientes de la escalada. Aragón no es ajeno a la crisis energética que acecha. Este combustible fósil es estratégico y esencial para el normal funcionamiento de su economía y el bienestar de buena parte de sus hogares, como ocurre en todos los países avanzados. También es una tierra clave para la red gasista nacional, con infraestructuras tan relevantes como el almacenamiento subterráneo Serrablo, situado en Huesca, una de las bazas con que cuenta el país para no pasar frío este invierno.

Todos los días miles de aragoneses dependen del gas para alimentar electrodomésticos como fogones de cocina, hornos y calentadores de agua. Y para calentar sus hogares, ya que casi las mitad de ellos tienen calefacción que lo consume. La dependencia a nivel industrial es también determinante. Buena parte del sector secundario, incluidas las principales compañías asentadas en la comunidad, necesitan este recurso de forma indispensable para sus procesos de producción. En muchos casos es irremplazable.

"El gas natural es un combustible básico no solo para la calefacción de viviendas y comercios, sino también para uso industrial y para la generación de energía eléctrica", explica José María Yusta, experto en mercados energéticos y profesor de la Universidad de Zaragoza. "El aumento de los costes energéticos representa un fuerte impacto tanto en la renta de las familias como en la cuenta de resultados de muchas compañías industriales", advierte.

En concreto, el mercado minorista de Aragón cuenta con 245.459 clientes del ámbito doméstico y comercial, otros 245 entre grandes industrias y 61 de plantas satélites para un solo consumidor. Números que crecen año tras año, según los datos al cierre de 2020 de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC). El consumo de gas alcanzó ese año los 20.891.501 megavatios hora, siendo una de las comunidades más demandantes en relación a su población por el mayor peso del sector industrial y por ser una región fría.

Del consumo total de energía primaria en Aragón –la que se obtiene directamente de la naturaleza–, el gas supone el 28,6%, con 1.446 toneladas equivalentes de petróleo (ktep), por detrás de las energías renovables (38,7% y 1.960 ktep) y los productos petrolíferos (32,4% y 1.641), según el Boletín de Coyuntura Energética de 2021, elaborado por el Departamento de Industria del Ejecutivo autonómico. El carbón apenas supone el 0,3% (16). De esta manera, el grado de dependencia exterior de fuentes exógenas se sitúa en la comunidad en el 61,3%, algo por debajo de la media española (68%).

La cogeneración, el mayor consumidor

De todo el gas que se quema en Aragón, la mayor parte corresponde a la cogeneración, un sistema muy asentado en la industria local que se utiliza para genera electricidad y calor en un mismo proceso. Estas plantas, vinculadas a sectores como los fabricantes de papel, la alimentación o la química, consumieron prácticamente la mitad de esta energía fósil (el 47% del total en 2021, con 646 ktep). Aragón cuenta con 514 megavatios de potencia instalada con esta tecnología, que el pasado año produjo 2.838 gigavatios hora de luz, casi el 15% de toda la generada en el territorio.

Al margen de la cogeneración, la industria consume de forma directa el 24% (347 ktep) del gas que llega a Aragón por los gasoductos. La porción de la demanda de esta energía que se gasta en las calderas instaladas en los hogares es solo el 17% (244 ktep).

El cuarto segmento con más peso son las centrales de ciclo combinado, que generan electricidad quemando gas y responsables de que el precio la luz esté por las nubes. Las tres plantas de este tipo que hay en la comunidad (dos en Escatrón y una en Castelnou) se comen el 12% (169) del combustible y produjeron el pasado año 932 gigavatios hora de electricidad, el 5% del mix aragonés.

Kilómetros de redes y el almacenamiento del Serrablo

A nivel de infraestructura, Aragón también juega un papel relevante en el sistema gasista nacional. Enagás, la empresa semipública encarga de la red de transporte del gas en España, cuenta en la comunidad con 650 kilómetros de gasoducto, tres centros de transporte y una estación de comprensión, así con un laboratorio de I+D. Pero la infraestructura más relevante y singular que la compañía tiene aquí es un almacenamiento subterráneo de gas en Huesca, denominado Serrablo y ubicado entre las localidades oscenses de Jaca y Sabiñánigo.

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Se trata de una de las tres infraestructuras de este tipo que hay en España. Fue el primer campo de gas del país convertido en depósito tras finalizar su fase de explotación en febrero de 1989. Actualmente se encuentra lleno al 70% de su capacidad, aproximadamente. Esta despensa energética es clave para poder ajustar la oferta a la demanda y hacer frente a las puntas de consumo que puedan producirse a lo largo del año sobre todo en invierno. Por ello, adquiere ahora un mayor protagonismo ante la previsión de que este combustible puede escasear en los próximos meses.

La otra empresa referente del sector gasista en Aragón es Redexis, que es la distribuidora de referencia en el mercado autonómico y ha realizado inversiones para extender el gas a nuevas poblaciones. Opera más de 2.500 kilómetros de gasoductos de transporte y redes de distribución, así como 600 depósitos de gas. Más de 200 localidades, el 85% de la población aragonesa, tiene suministro de gas canalizado. De ellos, el 60% de las viviendas usan el gas para la calefacción, agua caliente o cocina, lo que hace que Aragón sea una de las comunidades en las que el gas tiene una mayor implantación.