ENERGÍA

El recibo de la luz cargará con 40.000 M en dos décadas para tapar el agujero eléctrico

El endeudamiento del sistema eléctrico acumulado por los desajustes entre ingresos y costes durante tres lustros no se saldará hasta 2028.

Torre de la red de transporte de electricidad.

Torre de la red de transporte de electricidad. / REE

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Mes a mes, con cada factura de luz, todos los clientes van saldando una colosal deuda acumulada por el sistema eléctrico durante años. Una parte de cada factura sirve para pagar una gran hipoteca -fruto de los desajustes entre costes e ingresos del sistema- que los clientes tenían originalmente con las eléctricas y que ahora está en manos de bancos y de fondos de inversión. Una deuda que se va a estar abonando durante más de dos décadas y que se saldará en 2028 tras haberse cargado en los recibos de luz más de 40.000 millones de euros.

Esa hipoteca es consecuencia de que durante años lo que los consumidores pagaban con sus recibos de luz no era suficiente para cubrir todos los costes reconocidos del sistema eléctrico. El enorme agujero, el conocido como déficit de tarifa, creció de manera descontrolada hasta alcanzar un pico de los 28.700 millones de euros en 2013. Fue el resultado de 14 años consecutivos de déficits, hasta que los duros recortes de la reforma eléctrica del primer Gobierno de Mariano Rajoy hicieron que a partir de 2014 el sistema eléctrico empezara a acumular superávits.

Este año la factura de electricidad incluirá pagos por casi 2.397 millones de euros para cubrir ese endeudamiento, según se recoge en la orden ministerial con la que el Gobierno ha establecido los cargos eléctricos para 2022. Los cargos incluidos en el recibo sirven para financiar costes derivados de la política energética, como la retribución a las renovables, el sobrecoste de los territorios extrapeninsulares o, también, esa deuda acumulada.

Desde 2006 los clientes eléctricos han pagado en sus recibos 28.973 millones de euros sólo para cubrir la deuda acumulad por el desfase entre ingresos y costes del sistema. Y hasta saldar por completo la deuda aún pagarán al menos otros 12.171 millones más hasta 2028, según las últimas estimaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En total, el recibo de la luz habrá cargado con más de 41.144 millones de euros durante algo más de dos décadas para tapar el agujero eléctrico.

Roto financiero

Los desajustes entre costes e ingresos del sistema eléctrico venían de muy lejos, pero fue en 2000 cuando el Gobierno de José María Aznar permitió que no se pagara a las eléctricas todo lo que costaba el suministro, que ese desfase se convirtieran en deuda y, con ello, ir abriendo un agujero financiero para poder embridar la inflación y cumplir los criterios de Maastricht para entrar en el euro. El agujero acabó disparándose por años de descontrolado reparto de primas a las nuevas renovables con los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero.

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En un primer momento los consumidores debían esa cantidad a las propias compañías eléctricas, que eran las que durante años asumieron la diferencia en sus balances y financiaban el desfase entre ingresos y costes reconocidos. Pero ese milmillonario roto se fue titulizando y colocando en los mercados financieros, y las eléctricas fueron cediendo los derechos de cobro de la deuda a fondos de inversión y bancos.

La gran mayoría de la deuda se cedió a través de colocaciones en el mercado que realizaba el Fondo de Titulización del Déficit del Sistema Eléctrico (FADE), pero no sólo. También hubo otro tipo de colocaciones específicas: para cubrir el déficit de 2005, el déficit de las liquidaciones de 2007, el déficit de 2013, el déficit ex ante… Y aunque inicialmente estaba previsto terminar de pagar en 2026, la realización de nuevas emisiones para dar liquidez al FADE y otros ajustes han alargado de momento dos años más.