CÁLCULO DEL IPC

El INE aplaza el cambio de cómo mide el precio de luz y sigue dejando fuera al 60% de clientes

  • El organismo quería incluir en el cálculo del IPC la evolución de las tarifas eléctricas del mercado libre ya en enero, pero esperará a que las eléctricas faciliten datos más precisos y desagregando sólo el pago de los hogares.

  • En la nueva cesta de la compra para calcular el IPC entran las mascarillas higiénicas y las suscripciones a periódicos online, y salen los DVD, los CD o los reproductores portátiles.

Una bombilla, un enchufe y un cuadro de consumo energético.

Una bombilla, un enchufe y un cuadro de consumo energético. / EFE

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El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha estado trabajando a contrarreloj con el objetivo de realizar un cambio total de cómo mide la evolución de los precios de la luz y su impacto en el consumo de los hogares. El objetivo del organismo era modificar la medición de los precios eléctricos para tenerla lista ya en el dato del IPC de enero. Pero la reformulación va a tener que esperar.

El organismo ha trabajado durante meses con las grandes eléctricas para tener listo el cambio en la nueva base de cálculo del índice de precios al consumo (IPC) que se aplica desde enero, pero los nuevos datos facilitados por las compañías no son suficientemente precisos para las exigencias del INE y la modificación en el cálculo se postergará unos meses.

El objetivo del INE era que la nueva base de cálculo del IPC sirviera ya desde este mes para dejar de medir sólo la evolución de la tarifa regulada de la electricidad e incluir también las tarifas del mercado libre, que desde hace años concentran la mayoría del mercado de pequeños consumidores y que hasta ahora no se han tenido en cuenta para calcular la inflación. El aplazamiento del cambio vuelve a dejar fuera al 60% de los pequeños consumidores españoles que tienen contratadas tarifas del mercado libre (unos 16,2 millones de usuarios frente a los 10,5 millones con tarifa regulada, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia).

Exige datos más detallados

Iberdrola, Endesa y Naturgy, que concentran aún el 80% de todos los clientes de la tarifa regulada y del mercado libre, son las únicas compañías que remitirán al INE la información de precios de la luz. Los tres grupos remitieron los datos correspondientes a todo 2021 y a enero con información de los precios pagados por todos los clientes con una potencia contratada inferior a los 10 kilovatios (kW), excluyendo sólo los suministros que son eventuales.

Desde hace semanas el INE venía advirtiendo en sus contactos con las eléctricas de un problema con la información remitida, y es que el organismo necesitaba que las compañías desagregaran los datos de contratos de hogares y los de pequeños negocios. El IPC sólo calibra el impacto de precios en el gasto de los hogares, y los datos enviados por las eléctricas no tenían suficientemente nivel de detalle en este ámbito.

Desde las grandes eléctricas se esgrime, no obstante, que no pueden desagregar más la información que por el tipo de tarifa de acceso que tenga el cliente, y que no tienen forma de saber si un piso está ocupado por una familia o por un negocio como un despacho de abogados, una gestoría o un centro médico.

"Situación errática" del mercado

“Este cambio ha tenido que ser aplazado hasta obtener la información que han de suministrar las compañías eléctricas con un suficiente nivel de detalle y con los criterios técnicos necesarios”, sostiene el INE en una nota pública. Además, subraya que “la situación errática del mercado en este momento no favorece la introducción de ningún cambio metodológico, que podría desvirtuar el análisis de la evolución de los precios a lo largo del año 2022 y siguientes”.

Desde el INE se ha venido subrayando que la renovación de la base de cálculo del IPC se realiza cada cinco años (la actual está vigente desde 2016) y que incluyen muchas modificaciones sobre el modo de medición y sobre ponderaciones del peso de cada producto en la cesta final. El hecho de que el cambio vaya a coincidir con una situación de precios desorbitados previsiblemente tendrá repercusiones a corto plazo en el IPC.

Tradicionalmente, la inmensa mayoría de las tarifas del mercado libre -que las compañías fijan y pactan con sus clientes- son más caras que la tarifa regulada, denominada Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), así que su inclusión en el cálculo del IPC tendría generalmente un efecto al alza. Sin embargo, con la actual situación del mercado eléctrico es previsible que a corto plazo el cambio metodológico tenga el efecto contrario cuando se aplique.

A pesar de que no se ha introducido los cambios para el cálculo del IPC de enero como se pretendía, la inflación ha dado este mes una pequeña tregua y ha moderado su subida de los últimos meses hasta el 6%, frente al 6,5% registrados en diciembre, según dato de adelantado publicado por el INE. La razón de que el IPC se ha relajado un poco es precisamente la contención de la escalada del precio de la electricidad, frente a los precios desorbitados de diciembre. 

Lo que sí cambia

El INE sí ha aplicado otros cambios sustanciales en la base de cálculo del IPC desde este mismo mes, con modificaciones tanto de la lista de productos (cesta de la compra) que se utiliza para medir la inflación como en las ponderaciones del peso que tiene cada producto en el cálculo del índice final.

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Entre otras modificaciones en la configuración de la cesta de la compra de la nueva base de cálculo, se incorporan a la lista las mascarillas higiénicas y la suscripción a periódicos online y desaparecen algunos artículos como los compact disc (CD) o los DVD, así como los reproductor de imágenes para el hogar o los reproductores portátiles.

En paralelo, para ajustar el cálculo del IPC a los cambios de comportamiento de consumo de los hogares españoles, el INE ha modificado el peso que las categorías de productos tienen en la inflación. Una reforma que se traduce en un mayor peso en el gasto de los hogares de productos médicos y sanitarios, de los gastos ligados a la vivienda (incluidos los suministros) y también al transporte, y el consumo en restaurantes y hoteles.