VALENCIA 2 - REAL MADRID 2

La resaca de un Valencia - Real Madrid "inédito": Gil Manzano grogui y golpes en el vestuario

El colegiado salió noqueado tras protagonizar un final polémico en el que expulsó a Bellingham por su "agresividad"

CRÓNICA | 'Vini' Owens salva un punto para el Real Madrid y silencia el escándalo de Mestalla

Momento en el colegiado Gil Manzano expulsa a Bellingham tras el polémico final de partido.

Momento en el colegiado Gil Manzano expulsa a Bellingham tras el polémico final de partido. / JOSE BRETÓN / AP

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Lo que preveía el guion del Valencia - Real Madrid era que el día después se hablase de Vinicius. El brasileño había acaparado desde una semana antes los focos del partido de Mestalla, donde, como analizó Ancelotti, "estuvo mal por fuera, pero bien por dentro", anotando dos goles decisivos en un clima infernal, pero con el racismo oculto. Los "cuatro imbéciles", como los definieron el club local y los jugadores, quedaron silenciados. De ello se preocuparon todos los implicados en un juego que se resquebrajó con el arbitraje de Gil Manzano. Todo marchaba en orden hasta la jugada final.

El propio colegiado extremeño, bandera del colectivo a nivel internacional, tenía claro que debía pasar. Así se lo manifestó de palabra a los jugadores. Había añadido inicialmente siete minutos a un encuentro que terminó finalmente en 2-2 y cuya última jugada tuvo lugar en el 99. ¿Por qué? La revisión de un penalti sobre Hugo Duro en el VAR que Gil Manzano tuvo que rectificar amplió la cuenta del tiempo extra.

Gil Manzano salió como un boxeador noqueado

El juez de la contienda dejó sacar el saque de esquina. Modric centró, el balón pasó de largo y ahí Gil Manzano se llevó el silbato a la boca. Todo debería haber terminado en ese mismo instante. Pero sucedió algo inexplicable. Con todo para marcar el final, el extremeño permitió que Brahim se hiciera con el balón y en medio del centro que terminó en el gol a Bellingham decidió finalmente hacer sonar su silbato. Mestalla, donde la tensión se había contenido en un partido intenso, fue un caos.

Los jugadores del Valencia agacharon la cabeza, entendiendo que el gol tanto había marchitado un excelente partido en el que se pusieron 2-0 tras una gran primera parte. Los del Real Madrid se volvieron locos con la que parecía la enésima remontada. Pero Gil Manzano dijo que aquella ensoñación no valía. El colegiado no anuló el gol, simplemente pitó antes de producirse el tanto.

Los futbolistas visitantes se fueron como una turba sobre el árbitro, que expulsó a Bellingham. "En el minuto 999 (sic), el jugador (5) Bellingham, Jude Victor William, fue expulsado por el siguiente motivo. Tras la finalización del partido y aun en el terreno de juego, se dirigió hacia mí corriendo en actitud agresiva y a gritos, repitiendo en varias ocasiones: 'It's a fucking goal' ('Es un jodido gol')", recoge la primera versión del acta.

Al inglés no le expulsan por su frase, el extremeño toda la decisión al valorar su comportamiento. De hecho es Ancelotti quien le dice a Jude: "¡Te han expulsado!, ¿qué has hecho?". Cuando el mediocampista le cuenta lo que ha sucedido, el italiano le pide que vaya inmediatamente a contarle al árbitro lo que le ha dicho y que se refleja en el acta.

Gil Manzano anotó en su cuaderno consciente del error que había cometido. Los que le vieron ingresar por el túnel de vestuarios dijeron que "iba grogui", como "un boxeador noqueado" y llevando la mirada perdida tras alterar el destino de un encuentro que había mantenido bajo control. No era fácil, con todos los condicionantes de Vinicius. El extremeño, árbitro internacional de experiencia más que contrastada, había dado alimento además a la parte madridista que tiene a los colegiados en el centro de sus críticas.

Puñetazos camino del vestuario del Real Madrid

Desde hace un tiempo, Real Madrid TV elabora vídeos previos de los colegiados en los que apunta determinados sesgos. Todo esto hay que entenderlo en un contexto alimentado por la investigación del 'caso Negreira'. Mientras que Gil Manzano salió del campo completamente confundido, los jugadores del Real Madrid descargaron su rabia contra los paneles que sirven de fondo para las zonas mixtas. Los que estaban camino de su vestuario quedaron destrozados por unos puñetazos.

Cartel utilizado para las zonas mixtas que golpearon los jugadores del Real Madrid.

Cartel utilizado para las zonas mixtas que golpearon los jugadores del Real Madrid. / EPE

Ancelotti justificó a los suyos hablando de un "partido caliente" y se centró en Bellingham, quien recibió una roja que tendrá consecuencias. "No lo entiendo, él ha hablado al árbitro de modo educado. Le ha expulsado por decir que es 'un maldito gol", justificaba Ancelotti, quien a la hora de definir lo sucedido en Mestalla usó la palabra "inédito".

Por su parte, Baraja aseguró que "el Real Madrid puede protestar y lo entiendo, pero creo que el árbitro dice que se va a acabar el partido. El árbitro pita y la acción no vale". No es la primera vez que se da una situación similar. Al Real Valladolid se le anuló un gol la temporada pasada que terminó siendo decisivo en su permanencia.

Bellingham se expone a una sanción de dos partidos por protestas al árbitro, en aplicación del artículo 127 del código disciplinario de la RFEF. Se perdería los partidos ante el Celta en el Santiago Bernabéu y Osasuna en El Sadar. El miércoles el jugador conocerá la decisión de Competición.

Es la primera roja que el jugador ve en España, pero ya ha tenido sus más y sus menos con los colegiados. Durante la presente temporada acumula nueve amarillas entre todas las competiciones. Con todo, salió sonriendo de Mestalla y dedicándole tiempo a los aficionados más jóvenes para pasar página cuanto antes.

Dos goles y dos celebraciones de Vinicius contra la animación

“Después de estar dos goles abajo no hemos podido porque no nos han dejado", se quejaba Vinicus Jr. ante las cámaras de Real Madrid TV tras el partido. Los jugadores del líder de la Liga no participan en las 'flash interview' que organiza la competición por el conflicto entre Tebas y Florentino. El brasileño fue el gran protagonista del encuentro hasta el desenlace del mismo. Anotó dos goles. El primero, en la prolongación del primer tiempo -también polémica-. Se lo dedicó, puño en alto, a la Curva Mestalla que le había llamado "tonto" de modo reincidente.

El segundo, de cabeza, también vino acompañado de un festejo significativo. Como si fuera Maradona, se llevó la mano a la oreja y se paseó de un lado al otro del campo encarándose con el estadio que le brindó una pitada que hizo temblar los asientos. El comportamiento de "la mejor afición del mundo", como la definió en Valencia en la presentación, estuvo a la altura de un partido grande. El sector de animación se quejó de tener una cámara apuntándoles en todo momento, algo que pretendía hacer la productora Conspiraçao para el documental de Netflix.

Los operadores de la plataforma no pudieron entrar, pero Vinicius dejó una imagen para la posterior con el puño en alto. Los aficionados, que utilizaron la jornada simbólica para protestar contra Meriton, denunciaron que les requisaron unas pancartas a la entrada de Mestalla. Mientras que muchos pudieron entrar con las básicas amarillas de 'Lim, go home', aquellas que llevaban una caricatura de Vinicius con una nariz de Pinocho se quedaron en la puerta.

La lección de Modric frente a los jóvenes del Real Madrid

Sin embargo, el peor recuerdo que se lleva el valencianismo del 2-2 frente al Real Madrid es la gravísima lesión de Diakhaby, que también ocurrió en los últimos instantes del encuentro. Un balón quedó dividido al frontal del área y en una acción desafortunada, Tchouaméni cayó sobre las piernas del defensa che. Todos los que estaban cerca de la jugada se echaron las manos a la cabeza. Uno de los más sentidos fue Luka Modric, quien a sus 38 años y cientos de partidos en la élite pocas cosas pueden sorprenderle.

"Espero que Diakhaby se recupere pronto. Mucha fuerza", fue lo único que puso el croata tras el encuentro, a diferencia de sus compañeros más jóvenes, que primero manifestaron su malestar por lo sucedido con Gil Manzano. "Esto es vergonzoso", clamó en primera instancia Tchouaméni, protagonista colateral de la imagen más dura de la noche, quien después deseó una pronta recuperación a un futbolista que también fue víctima del racismo. Con todo, Modric, que en la previa se dedicó a firmar autógrafos para aficionados del Real Madrid -e incluso a los que no lo eran-, volvió a ser el ejemplo en una noche cargada de polémica y tensión.