FÚTBOL | ADICCIONES

La ludopatía, una plaga silenciosa en el deporte: "Las apuestas son la nueva droga de los futbolistas"

El 'caso Scommesse', que involucra a jugadores de primer nivel como los italianos Nicolò Fagioli y Sandro Tonali, es la punta del iceberg de un problema que afecta a jugadores profesionales y "al 70% de los semiprofesionales"

"No existe una educación específica para los jóvenes atletas sobre esta amenaza. Con los móviles se ha desarrollado una nueva forma de 'juego sin fricciones' más adictivo que la heroína", denuncia el investigador Declan Hill

Apuestas y amaños, un negocio que mueve 1,7 billones cada año, también en Mundiales y Champions League

Sandro Tonali y Nicolò Fagioli, los jugadores italianos sancionados por el 'caso Scommesse'.

Sandro Tonali y Nicolò Fagioli, los jugadores italianos sancionados por el 'caso Scommesse'. / REUTERS

Denís Iglesias

Denís Iglesias

"Dejé de dormir por las noches. Cuanto más tiempo pasaba, más me obsesionaba con las deudas. Aumentaban y yo solo pensaba en apostar para intentar recuperarme. 'Te romperé las piernas', me llegaron a decir". Estas palabras de Nicolò Fagioli, centrocampista de la Juventus, están incluidas en su declaración ante la Fiscalía Federal de Italia por el 'caso Scommesse' ('caso Apuestas') en el que se vieron involucrados Sandro Tonali (Newcastle) y Nicolò Zaniolo (Aston Villa). Tres protagonistas de élite en una investigación centrada en las arenas movedizas que arrastran cada vez a más deportistas. Un entorno tóxico que afecta a la integridad física y mental de los atletas.

Fagioli ha sido sancionado con siete meses sin poder jugar tras reconocer que apostó ilegalmente. Pese a ello, la Juventus le renovó hasta noviembre de 2028. Por la misma causa, Tonali no podrá disputar partidos durante diez meses. Zaniolo quedó eximido de un castigo deportivo tras probarse que solo jugó al póquer y al 'blackjack' en plataformas ilegales. Tonali y Zaniolo, internacionales con la selección italiana, tuvieron que abandonar la concentración de la 'Azzurra'. El del Aston Villa regresó en la última ventana.

Apuestas para lidiar con el estrés

"La adicción al juego se está extendiendo por todos los deportes. Es una plaga silenciosa. Hace años, el alcohol y las drogas eran formas de lidiar con el estrés alto. Ahora, esas drogas no se pueden tomar regularmente si se quiere ser atleta de alto rendimiento, por lo que nuestros jóvenes deportistas están recurriendo a la adicción por el juego. Desafortunadamente, todo lo que les convierte en buenos atletas les termina transformando en pésimos jugadores", cuenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Declan Hill.

Este periodista de investigación es también doctor en Sociología por la Universidad de Oxford. Es autor de 'The Fix: Soccer and Organized Crime (2010)', la obra más completa que existe sobre el mercado global de los amaños y apuestas deportivas, cuya actividad ha salpicado a torneos como la Champions League (se investigan cada año partidos de la fase de grupos) o el Mundial (el Ghana - Brasil del Mundial 2006 de Alemania fue un ejemplo).

"Existen una serie de mecanismos fisiológicos, como en cualquier adicción, que llevan a apostar. La persona apuesta para obtener una recompensa. Cuando pierde, la tendencia es intentar recuperar rápidamente lo que ha apostado. Se junta esto con querer ganar dinero de forma fácil. Al creer que lo has hecho una vez, con algo que te ha generado satisfacción, piensas que habrá otra ocasión. Yo apuesto porque necesito apostar y en caso de no hacerlo no obtengo esa gratificación", describe David Peris, presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte (FEPD). 

La lista de deportistas en el primer nivel que sufrieron adicción al juego es amplia. Desde Michael Jordan a Floyd Mayweather, pasando por Wayne Rooney o el caso reciente de Ivan Toney. El delantero del Brentford y de la selección inglesa fue sancionado este año por romper las reglas de las apuestas más de 260 veces.

Ivan Toney, a la derecha, jugador del Brentford sancionado por apostar.

Ivan Toney, a la derecha, jugador del Brentford sancionado por apostar. / REUTERS

Los jóvenes deportistas son más adictos

"Según la Ley del Juego, los futbolistas y los deportistas en general no pueden apostar a su disciplina. Esta prohibición afecta también a los gerentes. Hemos tenido casos que han requerido la intervención profesional. Es muy necesaria la información", explica a este diario María José López, codirectora de la Asesoría Jurídica de la AFE y responsable de Integridad de un sindicato que ha prestado apoyo a jugadores profesionales y semiprofesionales.

"Alguno piensa: 'Si el vecino de al lado está apostando 20 euros y 100 euros, ¿por qué no yo? No es una locura lo que voy a ganar', pero es un delito. Hay que eliminar la frivolidad, sea cual sea la cantidad que se apueste, independiente de lo lucrativa que sea la actividad", añade la integrante de AFE sobre la ligereza con la que todavía se percibe esta problemática.

"Mucha gente lo tapa y no lo arregla hasta que está metida en un agujero grande. Pero hoy en día, el 70% de los jugadores jóvenes de equipos normales o de regional son apostadores", desvela Juan Carlos Gallego, presidente de APAL (Asociación para la Prevención y Ayuda al Ludópata).

"En el futuro habrá cada vez más menores de edad adictos al juego (hay aplicaciones como Omada que permiten estas operaciones). Actualmente, en Reino Unido hay al menos 55.000 adolescentes adictos. Podríamos llevar un estadio de fútbol con ellos. Y esta es una cifra que admite la industria del juego, por lo que seguro que la realidad empeorará", argumenta Declan Hill, periodista especializado en apuestas.

"Los deportistas jóvenes se meten en las apuestas, porque les parece fácil ganar. En cuanto empiezan a perder, se enganchan y se vuelve una adicción. En la Liga de Fútbol Profesional y otros campeonatos hay programas para evitar que los deportistas caigan, pero en ocasiones han sido estos los que se han involucrado porque necesitaba recuperar el dinero", explica el psicólogo David Peris (FEPD).

La problemática particular del tenis

Juan Carlos Gallego, presidente de APAL, se define como "jugador, porque uno nunca deja de serlo". Llegó a la entidad después de tener un problema con las apuestas deportivas, un perfil que se repite cada vez más. "Antes los afectados venían de máquinas, bingos, casino o loterías... Ahora entre el 70 y el 80% son personas de corta edad, incluso con buenas carreras, y son adictos a las apuestas deportivas, las ruletas o el póquer online", explica Gallego, quien tiempo atrás era un auténtico fanático del fútbol.

"En los últimos ocho años he visto seis partidos. El tenis ha quedado totalmente apartado, es muy agresivo", añade el máximo responsable de APAL. "Hay deportes en los que es más fácil caer. En el tenis se puede apostar a cada punto. Hay que pensar que muchos jugadores no pueden ganar demasiado si no están muy arriba, pero el tema de las apuestas es muy goloso. Hay gente que puede aprovecharse, por eso es importante trabajar bien el tema de la ludopatía", añade Peris, de la Federación Española de Psicología del Deporte, sobre esta problemática particular.

"Tienes que seguir manteniendo unas pautas. Yo sigo entregando mis gastos en casa. La mayoría de las recaídas suceden porque la gente se confía. Creen que ya han superado un problema que está marcado directamente por la personalidad. Si yo juego un bingo o un boleto de la ONCE un día voy a terminar comprando diez cartones, por desgracia", añade el presidente de APAL.

Es la espiral que envuelve al jugador y que debe mantener a raya toda su vida. Fagioli contó en su declaración que fue Tonali, en una concentración con la selección italiana sub-21, quien le indujo a las primeras apuestas. Lo hizo porque tenía "demasiado tiempo libre", uno de los aspectos que más se trabaja en APAL.

Suspensiones federativas y amenazas

A esto se suma que el acceso, tanto a portales legales como ilegales, es más sencillo que nunca. "No existe una educación específica para los jóvenes atletas sobre esta amenaza. Con los teléfonos móviles se ha desarrollado una nueva forma de 'juego sin fricciones' que es más adictivo que la heroína", insiste el investigador Declan Hill. Desde AFE se llevan a cabo charlas de sensibilización durante toda la temporada.

"Apostar es un delito con el que te expones a sanciones de carácter administrativo, pero también deportivo. Si tú estás haciendo una apuesta ilegal se cruzan los datos a través del sistema SIGMA (Servicio de Investigación Global del Mercado de Apuestas). Pueden llegar a la Federación e impedirte llevar a cabo tu actividad profesional", advierte María José López.

Sandro Tonali, jugador del Newcastle investigado en el 'caso Scommesse'.

Sandro Tonali, jugador del Newcastle investigado en el 'caso Scommesse'. / REUTERS

En el peor de los escenarios, los jugadores son objeto de extorsión. Detrás del "te romperé las piernas" que denunció Fagioli está la actividad de organizaciones criminales. "En AFE nos preocupamos porque no haya nadie participando en una red y luchamos para que no existan víctimas propiciatorias, donde se utiliza su identidad para usurpar datos", explica la responsable de Integridad del sindicato.

El  'caso Scommesse', por la entidad de sus protagonistas, sirve para poner el foco de nuevo sobre un problema que es mucho más difícil de identificar en las categorías que no están tan profesionalizadas. A entidades como APAL han acudido jugadores de Tercera, "porque con los futbolistas de élite es más difícil, ya que buscan esconderse. Nosotros vemos a muchos jóvenes que practican fútbol o tenis a un nivel diferente que tienen problemas. Es cierto que la mayoría de los que pasamos por la asociación estamos unidos al deporte".

Porque el problema está en las propias entrañas de los estadios y en sus retransmisiones. En agosto de 2021 entró en vigor la regulación por la que los juegos de azar quedaron relegados a la madrugada -donde existe un público todavía más vulnerable- y que prohibió la publicidad de las casas de apuestas en las camisetas.

Terapias efectivas y apoyo social

"Aunque sales a la calle y ves 2.000 casas de apuestas. Es como si luchases contra el tabaquismo y vieses en todo momento un sinfín de empresas relacionadas con esta industria. Hay que reconocer que son legales y que participan en la comisión nacional contra los amaños de partidos y otros foros, pero su visibilidad se mantiene. Esto ayuda a normalizar el juego", analiza María José López, de AFE, en lo que denomina como el "doble equilibrio" en el que se mueve el deporte.

"Por un lado, tenemos el beneficio de un negocio que tiene mucha permeabilidad en la sociedad. Por otro están los propios valores que se le asocian", desgrana. Un ejemplo claro de asimilación es la publicidad de alcohol, que ha encontrado una brecha con denominaciones como el '0,0'. De ahí que Declan Hill y otros expertos en la materia demanden "terapias serias, porque las adicciones son muy difíciles de vencer si un jugador no para de ver anuncios de apuestas".

Para el psicólogo David Peris, se necesita "tomar conciencia de que uno tiene una adicción y trabajar para cambiar unos reversibles por otros. Hay que estimular lo contrario a, por ejemplo, la gratificación. El entorno y el apoyo social para controlar el ambiente son fundamentales".

Todas las partes consultadas concluyen en la necesidad de tener un debate adecuado sobre los juegos de azar, reconociendo su carácter adictivo, e implicando, sobre todo, a las víctimas potenciales: "Necesitamos que los jugadores que producen los datos de los que se beneficia la industria del juego obtengan parte de los ingresos para que redunden en mejores salarios, educación en contra del juego y beneficios personales".

Nicolò Zaniolo, jugador italiano del Aston Villa investigado en el caso Scommesse.

Nicolò Zaniolo, jugador italiano del Aston Villa investigado en el caso Scommesse. / EUROPA PRESS