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"Gilipollas" y a mucha honra, señor Rubiales

El beso a Jenni Hermoso, su actitud en el palco junto a la reina Letizia, las descalificaciones en la radio, las disculpas ‘teledirigidas’... El presidente de la Federación, Luis Rubiales, se ha descalificado en cada acción en la que empeoraba más la situación previa

deportes captura de video del beso de Rubiales a Jennifer Hermoso

deportes captura de video del beso de Rubiales a Jennifer Hermoso / deportes captura de video del beso de Rubiales a Jennifer Hermoso

Descalificar a Luis Rubiales es tarea sencilla, pero por más empeño que pongamos para buscar calificativos gruesos nada le descalifica tanto como él mismo saltando, a escasos metros de la reina Letizia, mientras se lleva las manos a la entrepierna y bracea en una estampa más propia de un zoológico que de un palco de autoridades. 

Implicar a Jenni

O cuando califica de "tontos del culo" o "gilipollas" a quienes vemos como impresentable, por ser elegantes, que bese a una jugadora cogiéndole la cara con las dos manos sin darle margen de maniobra. Y vuelve a descalificarse en el vídeo de la Federación para rebajar la polémica afirmando que "en un momento de máxima efusividad y sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió. De una manera espontánea, sin mala fe por ninguna de las dos partes". Dos partes que nunca existieron, porque Jenni no hizo ademán de besarle. Como tampoco lo hizo Olga Carmona, a la que también besó por sorpresa en la mejilla en la celebración tras el partido. 

Afirma en el vídeo del perdón "aquí (en la Federación) no se entendía, lo veíamos como algo natural. Pero fuera se ha creado revuelo por gente que se ha sentido dañada. Tengo que disculparme, no queda otra". No existe arrepentimiento alguno si acabas diciendo "no queda otra", ni salen bien parados sus subordinados, quienes trabajan "aquí" (en la Federación), entre los que hay mujeres, que "no entendieron" la gravedad de lo ocurrido o lo vieron "como algo natural". Fuese así o lo hicieran por no alzar la voz para evitar represalias, mal queda el personal federativo en todo esto.  Pero más allá del problema de lo que hizo, que lo es, es más preocupante que no entiendan la impunidad de su acción, que normalice una actitud tan retrógrada como besar a alguien sin permiso, más aún siendo su superior. 

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EPE

Tampoco resultó reconfortante escuchar en la entrevista a Rubiales en la COPE cómo Juanma Castaño justificaba al de Motril afirmando: "Si yo pienso lo mismo". Programa, por cierto, en el que varios contertulios sí censuraron categóricamente a Rubiales por "el pico" y sus descalificaciones posteriores. Un episodio que nos recuerda que el machismo sigue normalizado en el subconsciente de más de los que pensamos. Algunos preferimos seguir siendo unos "gilipollas". Y a mucha honra.