FÚTBOL INTERNACIONAL

'Money for nothing': la Premier se mofa del Chelsea tras un nuevo tropiezo

El equipo del magnate Todd Boehly no pasa del empate contra el Fulham en el estreno de Enzo Fernández, el fichaje más caro en la historia de la competición inglesa

Klopp dice no entender "esta parte del negocio", Guardiola defiende que no hay que gastar más para ser el primero y el Arsenal cerró heridas arrebatándole a Jorginho a los 'blues'

Enzo Fernández, tras el partido que supuso su debut con el Chelsea.

Enzo Fernández, tras el partido que supuso su debut con el Chelsea. / TONY OBRIEN / REUTERS

Denís Iglesias

Denís Iglesias

'Money for nothing', parafraseando a Dire Straits; 'Potter no puede comprar una victoria'; 'Cheque en blanco'... Estos son solo algunos de los titulares que la prensa inglesa dedicó al Chelsea después del enésimo tropiezo sufrido en la Premier ante el Fulham (0-0). Portadas en las que aparece con gesto de lamento el recién incorporado Enzo Fernández, el fichaje más caro en la historia de una competición (120 millones de euros) per se gastadora.

Porque incluso en el marco de un torneo inversor, la estrategia de Todd Boehly, que ha firmado un mercado invernal de 333 millones en compras, produce rechazo entre sus rivales. "No diré nada sin mi abogado", aseguraba Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool, al ser cuestionado sobre la estrategia de un equipo que está en tierra de nadie en la Premier, a seis puntos de Europa, y que tiene el miércoles 15 el primer asalto de los octavos de la Champions ante el Borrusia Dortmund.

"No entiendo esta parte del negocio, hablamos de una cantidad muy grande. Todos son muy buenos jugadores, así que felicidades, pero no sé cómo es posible. Aunque no me corresponde a mí explicarlo", añadió el técnico de los reds, que esta ventana invernal han incorporado a Cody Gakpo -otro mundialista destacado, como Enzo- por 50 millones.

TODOS CONTRA EL CHELSEA

El gasto desmesurado del Chelsea trasciende al propio club y es tema de conversación en todas las salas de prensa. "Nosotros hemos ganado once títulos en los últimos cinco años siendo el quinto o sexto equipo en gasto neto de la Premier. Eso es lo que me importa", comentó Pep Guardiola, preparador del Manchester City. "Lo que haga el Chelsea no es de mi incumbencia. Nosotros necesitamos buenos jugadores y el Chelsea, el Arsenal, el Liverpool y el Manchester United también lo saben. Sin buenos jugadores no se puede competir. Ni aquí ni en Europa, por eso hay que gastar", añadió.

Los citizens sufrieron la baja más sonada del mercado, con la salida de Joao Cancelo al Bayern de Múnich como cedido con opción de compra de 70 millones. Un movimiento que se produjo después de una acalorada discusión entre Guardiola y el lateral por su protagonismo en el equipo. Los vecinos del Arsenal, que puede proclamarse campeón nacional 19 años después, se desquitaron a última hora del mercado invernal con la incorporación de Jorginho por 11 millones. El fichaje del blue les permitió desquitarse, en parte, de la intromisión de Boehly en varias operaciones, como sucedió con el ucraniano Mudryk. El Chelsea se hizo con sus servicios tras elevar la puja final ante el Shakhtar Donetsk.

Romper la banca es una filosofía que el magnate del Chelsea importa de EEUU con un efectismo diferente al que emplean los inversores árabes y de otros lugares exóticos, que ven en el capital el único modo rápido de imponerse en las negociaciones. En Boehly hay artificio y exhibición en los movimientos, porque su estrategia declarada es reventar el mercado para arrastrar al resto. Pero, por el momento, solo el Chelsea puede pagar lo que el club quiere mover con jugadores jóvenes a los que se trata como una inversión en bruto a medio plazo.

CÓMO SORTEAR LOS LÍMITES

Seguro que al copropietario de Los Angeles Dodgers le hubiera gustado ir más rápido, pero las normas del fair play financiero moderan el ritmo. Enzo Fernández y Mijailo Mudryk comparten edad (22 años) y duración del contrato que han firmado (ocho temporadas). De este modo, el Chelsea divide en ocho ejercicios el gasto, lo que permite salvar las restricciones financieras. Es un modo de buscar una revalorización, pero con un alto riesgo en un mercado tan volátil como el futbolístico donde cada temporada es una vida.

En este sentido, cabe recordar la normativa de la Premier, que establece que los clubes solo pueden perder 40 millones de euros por curso en un periodo de tres años. Por tanto, desde la temporada 2020/2021 hasta la 2023/2024, el Chelsea puede presentar rémoras de 120 millones en total. Aunque los blues juegan con la excepción del impacto del covid que amnistió a los clubes para presentar déficit mayores a los permitidos.

La competición inglesa ofrece la posibilidad de desgravar con centros de desarrollo para el fútbol base, la inversión en fútbol femenino y la participación en determinados proyectos sociales. El Chelsea también está sometido a la vigilancia de la UEFA, que acaba de fijar un nuevo mecanismo de control financiero con el que busca reducir el porcentaje que los equipos destinan a futbolistas, agentes y fichajes. El recurso de Boehly aquí es su músculo financiero, que le permitiría salvar parcialmente algunas restricciones. Por el momento, romper el techo de gasto tampoco sale tan 'caro', como demuestra la sanción de 65 millones que recibió el PSG, a pagar en varios plazos.

Aunque los clubs de la Premier miren con recelo el acelerón inversionista del Chelsea, comparten la misma estrategia que está reventando el mercado del fútbol de élite. Ésta pasada por centrarse en mejorar la valoración de marca, tanto de la competición como las entidades, lo que redunde en un aumento de los volúmenes. A diferencia de lo que sucede con la proclamada austeridad y control más estricto de LaLiga, que evita efectos rebote, pero que ha constreñido la capacidad inversora de los equipos.

Pero más allá del marketing, los títulos siguen siendo argumentos fundamentales. Por el momento, el Chelsea está lejos de conseguirlo y tendrá enemigos más fuertes en su camino. Porque Boehly, con su exhibición de 'sueño americano' ha creado un escenario de todos contra los blues en el que tendrán que remar los discutidos pupilos de Graham Potter.