ACONDROPLASIA

Ni “enanos” ni “bomberos toreros”: la lucha de la selección de Talla Baja para organizar su Eurocopa de fútbol

Murcia acoge la primera Copa de Europa de Fútbol de Talla Baja, un torneo autogestionado por el equipo español, que este año participó en su primer torneo internacional

Los jugadores con acondroplasia tienen que dejar el fútbol federado en la adolescencia, “cuando nuestro cuerpo no crece a la misma velocidad”, relata el internacional David Velasco

“La RFEF tuvo que eliminar los comentarios ofensivos que recibimos cuando nos entregaron unas camisetas para jugar la Copa Árabe. Queda mucho trabajo por hacer”, lamentan

El equipo español de Talla Baja durante su última concentración en Picassent.

El equipo español de Talla Baja durante su última concentración en Picassent. / Cedida

Denís Iglesias

Denís Iglesias

“¡Aquí está Chazarreta…! ¡Gol! Argentina es campeona de esta Copa América de Talla Baja! Merecido título contra Paraguay. Se cobraron la revancha de 2018. Nos gusta que este festejo sea colectivo. Han bajado integrantes de los otros equipos nacionales a abrazarse. ‘¡Dale, campeón!’, grita el público, a pesar de no jugar en casa”. Así narraban los locutores de Movistar+ el pasado mes de mayo la final del torneo latinoamericano para personas con acondroplasia, un trastorno de crecimiento en los huesos que afecta a uno de cada 25.000 nacidos en todo el mundo, uno de cada 15.000 en España.

Lo que comenzó en 2011 como un grupo de muchachos que quería seguir practicando el deporte que más les gustaba culminó en un trofeo internacional que en su segunda edición fue retransmitido por uno de los canales más importantes del continente. Pero era mucho más que eso. Catriel Brassesco, Franco Chazarreta, Martín Antúnez… Todo el plantel argentino, pionero en el fútbol de talla baja, había silenciado, junto a sus rivales, los recuerdos de la indiferencia y el rechazo.

La siguiente meta es la primera Copa de Europa, que se celebra del 21 al 23 de octubre en Murcia, como cuenta ilusionado a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA David Velasco, uno de los integrantes del Equipo Español de Talla Baja, que describe de modo sencillo cuáles son las reglas de la disciplina: “Se juega en una cancha de fútbol sala, con siete jugadores por equipo. Hay dos árbitros y los tiempos son de 20 minutos cada uno. La estatura máxima de los jugadores debe ser 1,49 metros y solo se permiten en la cancha, a la vez, dos jugadores de más de 1,42 metros”. Estas y el resto de normas están aprobadas por la Federación Internacional de Fútbol Talla Baja (FIFTB).

Jubilación anticipada

La existencia de esta variante se explica con el relato personal de sus impulsores. A todos les encanta el fútbol y lo practicaron desde niños, pero alcanzada la adolescencia, “nuestro cuerpo no crece a la misma velocidad y se queda un poco más estancado”, explica Velasco. El juego continuaba en las canchas y en los patios de recreo. La evolución federativa se cerraba. “Sobre los 16 o 17 años se vuelve imposible seguir jugando con tus amigos. Es una etapa muy dura. De repente, te ves forzado a una jubilación muy anticipada. Para nosotros, el fútbol de talla baja hace que nos sintamos libres. Volvemos a disfrutar desde nuestra condición”, defiende el jugador jienense, también responsable de las redes sociales del combinado nacional.

Entre los componentes del actual Equipo Español de Talla Baja todavía uno continúa jugando federado. Es Álvaro Rodrigo, componente del equipo juvenil del Fútbol Sala Picassent, donde tuvo lugar la última concentración de la selección. “Mantiene un físico envidiable y, de momento, el cuerpo le permite jugar y competir al mismo nivel que sus compañeros”, cuenta Velasco sobre un caso independiente a la vez que integrador.

No siempre basta con la voluntad. Para dar sentido a la selección que dirige Rafael Rodrigo, el padre de Álvaro, fue necesaria la organización. Argentina dio el primer paso en 2011 y consiguió sembrar de federaciones su continente. En enero se disputó la primera Copa Árabe, a la que España fue invitada, llegando a las semifinales de un torneo que se adjudicó Egipto. 

Fue la primera participación internacional del combinado nacional, surgido hace cuatro años y medio en el contexto de los World Dwarf Games, los Juegos Olímpicos de las personas que sufren acondroplasia. Allí se encontraron cinco atletas que forjaron la idea. Después, llegaron las primeras concentraciones y hoy se avista la organización de la primera Copa de Europa, en la que participan Alemania, Inglaterra, Reino Unido, Francia y Argentina (Egipto se cayó a última hora). En 2023 será el turno del también pionero Mundial en el país albiceleste.

En el caso español, el proceso ha sido largo y en solitario. “Nuestro apoyo institucional fundamental es la Asociación Crecer. Su presidenta, Susana Sempere, es a su vez la responsable del Equipo Nacional de Talla Baja. Las preparaciones que hacemos las costeamos nosotros mismos. La organización del torneo europeo ha sido todo un reto. Necesitas albergar y dar manutención a grupos de entre 12 y 15 personas. No tenemos tanta capacidad, por lo que hemos habilitado un espacio para posibles patrocinadores, además de una campaña de 'crowdfunding'”, explica el jugador de una selección que disputó la Copa Árabe con las equipaciones que les cedió el Comité Nacional de Fútbol Sala de la RFEF

Acto de entrega de camisetas de la selección, cedidas por la RFEF.

Acto de entrega de camisetas de la selección, cedidas por la RFEF. / RFEF

“El bombero torero”

La RFEF tuvo que filtrar y borrar los comentarios desagradables que se vertieronEspaña sigue siendo un país que estigmatiza a las personas con acondroplasia

“Con todo el dolor de mi corazón, veo muy difícil que España se pueda ver un partido en Movistar+ como sucedió con la Copa América. Nuestra condición está mucho más respetada en Alemania, Francia, Inglaterra, Países Bajos o Serbia”, asegura el jugador español, que ejerce de enfermero. “Mi TFG fue sobre las mujeres con acondroplasia. Descubrí que es una de las enfermedades más antiguas del mundo y a la vez que muy poca gente conoce los problemas físicos, más allá del crecimiento, que padecemos”, añade Velasco en un dibujo sociológico con trazos de incomprensión, desconocimiento y rechazo. 

Hasta el punto de que tanto él como sus compañeros de selección siguen viéndose bajo la lupa del escarnio y la mofa. “En España aún se permiten eventos de supuesta comedia con personas con acondroplasia como protagonistas. Replicando el estereotipo del bufón que siempre nos ha perseguido. Todavía se permiten el 'bombero torero’ o puedes ‘alquilar’ a un enano para una despedida de soltero. En otros estados europeos estamos mucho más protegidos. Nos queda mucho por hacer en materia de educación y concienciación”, reflexiona alguien que ha encontrado en el fútbol, junto a sus compañeros, una potente vía de expresión. 

Liga y fútbol femenino

“En la cancha nos sentimos libres. Solo hace falta ver nuestra cara de concentración y felicidad cuando disputamos un amistoso. Es la conquista del espacio para practicar el deporte que siempre hemos querido”, afirma con orgullo el jugador de un Equipo Nacional de Talla Baja con planes que van incluso más allá de la organización de un torneo internacional: “Queremos crear una liga para que compitan cuatro o cinco equipos, consolidando el trabajo de la federación y siendo una ventana de oportunidad para personas de toda España”. 

Concentración en Badolalosa (Sevilla) de la selección española de fútbol Talla Baja, el año pasado.

Concentración en Badolalosa (Sevilla) de la selección española de fútbol Talla Baja, el año pasado. / Cedida

Todo ello sin olvidar al fútbol femenino. “Si en el deporte convencional la situación de las mujeres tiene mucho margen de mejora, en nuestro caso se agudiza. En Argentina están empezando a trabajar en una selección femenina. En España espero y quiero que en un futuro también exista. No ponemos barreras a nadie, al revés, nuestra presidenta es una mujer (Susana Sempere) y en la federación mundial hay hasta tres directivas”. 

Tareas, muchas, pero una única herramienta para completarlas todas: “la intensidad”. ¿Por qué? “Porque vivir con acondroplasia es hacerlo de un modo mucho más intenso. Si tú, por ejemplo, quieres llegar a la otra punta de la calle, lo harás fácilmente. A mí me va a costar un poco más de trabajo. Si tú vas a coger un vaso del mueble de la cocina, yo tengo que coger una silla o una escalera para buscarme las habichuelas. Con cabeza, pero siempre intensos”. Conscientes de las limitaciones, pero sobre todo de cómo superarlas.

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