FÚTBOL

La Asamblea de LaLiga vota su acuerdo con CVC en un clima de máxima tensión

Los clubes defensores del proyecto confían en sacar adelante con 39 votos (todos menos los de Madrid, Barça y Athletic) una alianza que les reportará 1.994 millones de euros

El Gobierno, a través del CSD, se declara no competente para intervenir tras convocar una reunión a la que los tres clubes contrarios a la propuesta dieron plantón

Asamblea de LaLiga en 2019.

Asamblea de LaLiga en 2019. / Pablo Palomo

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

La Asamblea de LaLiga va a tomar este viernes la que quizá sea su decisión más trascendente de los últimos tiempos. Sobre la mesa, el acuerdo que convertirá a CVC en socio industrial de la competición, a través del programa LaLiga Impulso, y por el que los clubes recibirán una inyección de capital de hasta 1.994 millones de euros. La moneda de cambio es el 11% de los ingresos por derechos de televisión durante los próximos 50 años, aunque solo de los clubes que definitivamente se sumen al proyecto.

La Asamblea arrancará hacia las 10.30 horas con la certeza de que Real Madrid, Athletic y Barcelona se quedarán completamente fuera del acuerdo con CVC y la previsión de que los 39 clubes restantes de Primera y Segunda ratifiquen el visto bueno que dieron en el anterior cónclave, en el mes de agosto. LaLiga confía en que así será y que, por tanto, no habrá ningún club que se descuelgue. En todo caso, bastaría con 32 votos favorables para que el proyecto salga adelante.

Comunicados

La votación se va a producir en un clima de máxima tensión tras una semana de continuos comunicados y contracomunicados de todas las partes implicadas. Los tres históricos del fútbol español no solo se han desmarcado del acuerdo, sino que amenazan con tumbarlo en los tribunales si fuera necesario al considerarlo ilegal y profundamente lesivo para sus propios intereses y los de la competición en general. La RFEF también se ha alineado desde el primer momento con este planteamiento de rechazo frontal al acuerdo con CVC.

De fondo, la guerra que desde hace años arrastran el presidente de LaLiga, Javier Tebas, y el del Real Madrid, Florentino Pérez, y sus respectivos aliados por ostentar el poder en el fútbol español. Un enfrentamiento que vivirá pronto un nuevo capítulo con la modificación del reparto de los derechos audiovisuales para penalizar a Madrid y Barça, como adelantó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, y que vive su momento más álgido desde, quizá, el año 2015, cuando se aprobó el Real Decreto-ley que instauró la comercialización conjunta de estos derechos.

La amenaza de que el acuerdo acabe en los tribunales intranquiliza a muchos clubes, que necesitan de manera urgente la inyección de liquidez de CVC, que abonará un 40% del montante total durante los próximos 20 días. Tebas ha tratado de tranquilizarlos, apoyándose en informes que defienden la plena legalidad del proyecto y, a falta de confirmación en la reunión de este viernes, parece que ha conseguido convencer a la totalidad de los clubes que en agosto dieron su visto bueno.

Alternativa

Como maniobra de última hora, Madrid, Barça y Athletic pusieron sobre la mesa una propuesta de financiación alternativa, consistente en un crédito a 25 años por la misma cantidad, de dinero, 1.994 millones de euros, y un tipo de interés estimado de alrededor del 3%. Un proyecto idéntico en lo económico pero muy diferente en todo lo demás, ya que el pacto con CVC vincula la inversión al desarrollo de proyectos concretos en materia de infraestructuras y digitalización y además, defienden sus partidarios, permitirá que LaLiga se alimente de la experiencia del fondo de inversión en mercados internacionales para su propio desarrollo.

Había clubes más interesados en una fórmula crediticia pura y dura como la que proponía Florentino Pérez, especialmente los más apurados económicamente, pero a estas alturas de la película estaban atados de pies y manos para cambiar de bando y abandonar el de la mayoría de clubes de Primera y Segunda.

¿Por qué? Porque en agosto ya accedieron a la ampliación de su límite salarial y planificaron su temporada contando con ingresar dinero de CVC antes de que acabar el año y ahora, como es lógico, necesitan ese dinero para sobrevivir al mes de enero, cuando se abonan la mitad de las fichas anuales de los futbolistas. Y por mucho que se acelerara la propuesta de crédito formulada por los tres clubes opositores, el dinero tardaría meses en llegar a las cuentas corrientes de los clubes. Un callejón sin salida.

El papel del CSD

El último capítulo previo a la cita de este viernes se vivió en la víspera. El miércoles, Real Madrid, Barcelona y Athletic habían solicitado por escrito al Consejo Superior de Deportes que, "en el ejercicio de sus competencias", interviniera el conflicto, cumpliendo su "deber de evitar que se consumen daños irreparables a nuestro fútbol". La respuesta del Gobierno fue convocar a los tres clubes, LaLiga y la RFEF a una reunión en la tarde de este jueves.

Horas después, sin embargo, desconvocó el cónclave ante la negativa de los tres clubes a acudir a la cita. El motivo que esgrimen para el plantón es que el CSD les había anticipado que no se iba a inmiscuir en el conflicto, porque no tiene competencias para ello, por lo que carecía de sentido acudir a una reunión que no iba a servir para acercar posturas, pues estas son irreconciliables. Más aún a escasas horas de la votación.

El presidente del CSD, José Manuel Franco, explicó con posterioridad que su institución carece de competencias para anular la convocatoria de la Asamblea así como para entrar en el fondo del acuerdo, apoyándose en sendos informes de la Abogacía del Estado. "No podemos juzgar si el acuerdo es legal o no, tendrá que ser eventualmente la Justicia la que lo decida si alguien lo lleva ante la Justicia", añadió Franco.