RESPÓNDAME

José Mota: “El miedo nos secuestra, pero llega la comedia y le pierniquiebra y el miedo huye como rata por tirante”

Habla a base de viñetas o sketchs, gráficamente y a varias voces, según el personaje. Y luego va y se pone en plan poeta romántico. Imprevisible, entre la nostalgia y el desparrame. Manchego de Montiel, 1965, iba para mecánico, se pasó a Bellas Artes y se quedó en la comedia. Capaz todo el rato de reinventarse, este verano nos ameniza con un live show en la 1

El humorista José Mota.

El humorista José Mota. / KOTE RODRIGO

¿Trabaja o se divierte?

Me divierto trabajando. El trabajo para mí siempre ha significado una forma de ser libre: he tenido esta gran fortuna.

Iba para mecánico o artista plástico hasta que se cruzó en la mili con Muñoz (Cruz y Raya). ¡Qué prosaico lo uno y contradictorio lo otro!, ¿no opina?

Verás, hice 5 años de mecánica en FP y luego vine a Madrid, me saqué el COU y, cuando ya tenía los papeles para matricularme en Bellas Artes, empecé a trabajar con Juan (Muñoz) en un local nocturno, y fue imposible. Pero siempre me ha gustado la pintura. Mi padre me llevó a ver el Guernica, que entonces estaba en el Casón del Buen Retiro, año 1980, y me causó tal impacto que cuando llegué al pueblo lo pinté al fresco en una pared del salón de mis padres, y ahí sigue.

Las redes le han suspendido en su Live Show. ¿Van a degüello contra usted, porque les ignora?

No estoy en las redes, cierto, pero hay que saber encajar las cosas: el programa no estaba maduro, tuvimos muy poco tiempo para hacer el piloto, cosas de la tele. Pero hemos ido cogiendo músculo y ahora estoy feliz y relajado. Somos líderes de audiencia y estoy convencido de que esto continuará, tendrá nuevas temporadas.

¿Le han dicho que al show le sobran los invitados, que la gente lo que espera son sus gags?

Es que no voy a renunciar a los invitados, lo que quiero es que la gente venga a hacer humor conmigo. El leit motiv es : Voulez vous coucher humor avec moi ce soir.

Aunque lo de “Revilla cómico” fue genial, admitámoslo: ¿entrena mucho a sus entrevistados para que parezca espontáneo?

¡Es que fue espontáneo! Jamás me plantearía ensayar con él esa entrevista. Pero lo conozco mucho y hubo complicidad.

Pues si le conoce mucho (al ex presidente de Cantabria), ¿cuántas latas de anchoas tiene en su despensa?

Me trajo sobaos. Yo le preguntaba por qué había perdido tanto tiempo en la política, siendo tan buen cómico, y él: “¡Porque tocaba!” (pone voz de Revilla). Y yo, ¡pero si la política vuela muy por debajo de la comedia!

¿Le molesta reconocer que lo mejor que ha hecho nunca es su manchego mugroso?

¿El Cansino Histórico? Surgió entre colegas, sobre la idea de lo fácilmente que pasamos del amor al odio. (Aquí hace una parodia: Viene uno y te pide un autógrafo, y tú, dame un momentito que acabo con esto; y él, déjalo, no hace falta, y se te queda una cara…) Eso me hizo plantearme la idea de un encuentro con un célebre histórico: voy y lo halago, repaso su currículum, lo invito a tomar algo y me rechaza la invitación. Y el Cansino: Pues si no puede, váyase usted a la mierda, so mugroso, etcétera (voz de Cansino Histórico bajo gorramen de borracho de Velázquez). Y Revilla me pidió que se lo hiciera, ¡Que me lo hagas te digo! (voz Revilla); y yo ahí, ¡So mugroso! (voz Cansino).

Defina manchego.

Para mí ser manchego es la suma de unos valores nobles, los que me inculcaron mis mayores, y de una toma de tierra o identidad que, además del cariño, es lo que más deseamos en este mundo incierto. Nacer en Montiel fue una fortuna que me permitió escuchar cosas que la gran ciudad no me hubiera dejado oír, en medio de tanto ruido. Y como era un niño muy observador y de oído muy abierto, pude escuchar el quejido del paisanaje. Saber de dónde vienes te da unos valores para desarrollarte en la vida y en la profesión, no hubo viento que me trastocara cuando llegué a la gran ciudad, Madrid, que es la gran expresión de Castilla-La Mancha. Creo que hemos sido rácanos a la hora de abrazar el alma de los pueblos y su maravilloso legado, que es el de nuestros abuelos, a quien debemos tener una vida digna: nunca una generación ha recibido tan poco y ha dejado tanto a sus hijos.

¿Y humor manchego? Porque mire que son obtusos ustedes en la vida real…

El humor manchego tiene que ver con el paisaje: ese mar de tierra plana que te avisa de que alguien viene a 3 kilómetros, y te deja tiempo a montarte tu película: qué traerá, qué querrá ese; de ahí nace la retranca, la ironía y el cinismo manchegos, que están en su refranero. Y es también el equivalente al sacrificio de sus gentes en una tierra de paso y largo tiempo olvidada: debajo de todo humor subyace siempre el sufrimiento. La comedia es tragedia más tiempo. No en vano Cervantes eligió La Mancha para inventar El Quijote: la gran obra de la sociología humana, y así nace la novela.

Dice que el humor es más estrecho hoy y le respondo con una pregunta: ¿la pandemia ha normalizado la prohibición?

No creo en las prohibiciones, y mucho menos la prohibición del humor. El humor construye; una sociedad que abraza el humor ha vencido al miedo, es libre y madura. Cuando un chiste cae sobre la Tierra, el mundo es un lugar mejor.

Una adivinanza, ¿sabe cuál fue el gobierno autonómico más restrictivo en la pandemia?

Pues ni idea…

La Galicia de Feijoó, de lejos. ¿Le hace gracia o le da miedo?

No me gustan las restricciones vengan de donde vengan. La gran herramienta de la democracia es el entendimiento, el hallazgo del punto común, la tolerancia: todo lo demás no me interesa.

Oiga, y ¿qué es utilizar la comedia “como servicio social”? ¿Algo así como Prozac gratis para todos?

¿Me estás preguntando si estaría de acuerdo en implantar un café para todos o un ministerio de la comedia? Pues sí. Y pondría de ministro al Aberroncho.

Otra de las suyas: “La comedia concilia”, ¿hasta con la muerte?

Sí, es de las pocas cosas que le saca la lengua a la muerte. Está por encima de ella, y la muerte lo sabe. La comedia nos hace libres y prohibirla o restringirla es el suicidio.

¿Por qué contamos chistes en las comilonas después de los entierros y por qué hacemos comilonas después de los entierros?

Porque necesitamos canalizar la tragedia para no acumular las toxinas de la vida. Es como la válvula de una olla exprés. El chiste es el vehículo a donde va subida toda la negrura y lo desagradable que hay en la vida, para desecharlo. Sin comedia seríamos prisioneros de nosotros mismos.

Mota, ¿tiene miedo a la muerte?

Claro, como todos, pero no cuando me estoy riendo. Porque donde hay libertad no existe miedo. La función del miedo es secuestrarnos, pero llega la comedia y le asesta un golpe de espada que le pierniquiebra, y el miedo huye como rata por tirante; o sea, por la viga del bajo cubierta, entiéndeme.