CINE Y EROTISMO (2) / AÑOS 70, DESTAPE ESPAÑOL

La transición española y las chicas del destape

Blanca y Susana Estrada, María José Cantudo, Nadiuska y Ágata Lys son algunas de las actrices que representaron el llamado cine español del destape de finales de los 70. ¿Comerciar con el cuerpo o discurso feminista?

Ana Belén en 'El amor del capitán Brando' y María José Cantudo en 'La Trastienda'.

Ana Belén en 'El amor del capitán Brando' y María José Cantudo en 'La Trastienda'. / ARCHIVO

Quim Casas

Quim Casas

En los años 60 y primeros 70 del pasado siglo, el cine underground realizado en Barcelona propuso una nueva perspectiva en cuanto a la representación femenina, muy influenciado por las nuevas olas del cine europeo. Mientras el Nuevo Cine Español se ceñía a relatos mesetarios e influencias neorrealistas, la Escuela de Barcelona proponía un tipo de relatos más vanguardistas en los que jugaron un importante papel unas actrices que provenían del mundo de la moda: Serena Vergano, Romy, Teresa Gimpera e Irma Walling, a quien consideraron la Brigitte Bardot española.

Eran los tiempos de la gauche divine, las noches de Bocaccio y las películas de Pere Portabella, Jacinto Esteva, José María Nunes, Gonzalo Suárez, Ricardo Bofill y Joaquim Jordà. La revista Fotogramas apoyó aquel movimiento entre arty, moderno, rebelde y hedonista, y es famosa la anécdota del artículo de Ricardo Muñoz Suay en torno a la Escuela de Barcelona, publicado el 14 de abril de 1967, que se titulaba Nacimiento de una escuela, que no nación y que, debido a una errata, apareció como Nacimiento de una escuela que no nació.

Fue la misma revista la que una década después, en plena transición democrática española, potenció una nueva forma de sexualidad femenina en la cinematografía española, lo que se denominó el cine del destape y originó un nutrido grupo de actrices identificadas con esta tendencia: Blanca Estrada, su prima Susana Estrada, Ágata Lys, María José Cantudo, Victoria Vera, Adriana Vega, Eva León, Nadiuska, Bárbara Rey y Sara Mora, entre otras. Fotogramas reforzó aquella idea de apertura erótica en el cine del tardofranquismo y el posfranquismo dedicando sus portadas y reportajes interiores a varias de estas actrices. Aparecían ligeras de ropas, mostrando los pechos desnudos e insinuando otras partes anatómicas. Interviú, años después, siguió la misma línea.

El primer desnudo

El cambio no solo ocurrió en las cubiertas a todo color de la revista. En la película de Jorge Grau La trastienda, estrenada en 1976, María José Cantudo protagonizó el primer desnudo integral femenino de la historia del cine español (aparecía contemplándose en un espejo). Cantudo, que entonces tenía 25 años, había despuntado en el género pulp castizo de la telenovela y estaba casada con el cantante Manolo Otero, el del hit Todo el tiempo del mundo, algo así como la réplica hispana al Je t’aime mais non plus de Gainsbourg. La canción es de 1974 y el filme se estrenó en 1976. Entre medio murió Franco y España se inundaba de erotismo light para paliar tantos años de represión.

El concepto de cine del destape lo acuñó al parecer el fallecido Ángel Casas. Supuso una reacción lógica al ser suprimida la censura en España. Ana Belén, en El amor del capitán Brando (1975), fue de las primeras en mostrar sus pechos desnudos a cámara, pero aquella era una película seria y Belén no está identificada con esta variante. El destape fue más bien un género exploit. Los títulos que lo definen no tienen desperdicio: Las alegres vampiras de Vogel, Los energéticosLa insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona, Sexy… amor y fantasía La lozana andaluza o La masajista vocacional. En algunos casos se rentabilizaban obras de la literatura española como El libro del buen amor, del Arcipreste de Hita, en versión cinematográfica de 1975 protagonizada por Blanca Estrada, una de las más regulares en aparecer en Fotogramas. El pretexto literario servía entonces para eludir la censura en su último estertor.

Aunque la tendencia natural es la de considerarlas mujeres objeto, no fueron pocas representantes de aquel cine del destape las que se significaron políticamente con un discurso muy feminista para la época. La más rotunda sería Susana Estrada, que pasó del destape a una reivindicación de la libertad del cuerpo femenino y los derechos sexuales. Si Cantudo fue la primera en desnudarse íntegramente frente a una cámara, ella lo hizo en los escenarios, en la obra Historia del strip-tease, también en 1976. Se encargó después de un consultorio sobre educación sexual en la revista Play Lady. Quizá no fuera una buena actriz, pero su imagen con un pecho al desnudo recibiendo en 1978 un galardón de manos del alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, ante la presencia del entonces presidente del país, Adolfo Suárez –con expresión de ¡tierra, trágame!–, resume a la perfección el cambio que se estaba viviendo a finales de los 70 en la incipiente democracia española.

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