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Presiones en la empresa que se convierten en mortales: un cómic retrata la ola de suicidios en las grandes corporaciones francesas

'Cuando el trabajo mata' aborda el problema de la explotación y los abusos emocionales en el entorno laboral que sacudió a compañías como Renault o France Telecom

Una de las viñetas de 'Cuando el trabajo mata'.

Una de las viñetas de 'Cuando el trabajo mata'. / Garbuix

Rentabilidad, reducción de costes, estrategia, modelo de negocio, objetivos, reposicionamiento, competencia, auditoría interna… Estos son algunos de los términos habituales en el mundo de los negocios. Conceptos supuestamente inspiradores, motivacionales y que señalan la senda del progreso pero que, en más casos de los que podría parecer, ocultan una realidad de abusos y malos tratos en el entorno laboral.

Esta problemática, silenciada por muchos medios de comunicación, en los que tampoco son infrecuentes los entornos hostiles para sus trabajadores, ha sido abordada por Hubert Prolongeau, Arnaud Delallande y Grégory Mardon en Cuando el trabajo mata (Garbuix Books, 2022), una novela gráfica inspirada en caso de Antonio B, trabajador de Renault que acabó suicidándose debido a las presiones y la explotación que sufría en su compañía.

"Hace unos 10 o 15 años, a raíz de los casos acontecidos en Renault y France Telecom, comencé a investigar el tema de los suicidios en el entorno laboral junto al periodista Paul Moreira. De ese trabajo surgió un documental, que posteriormente dio lugar al libro Travailler à en mourir: quand le monde de l'entreprise mène au suicide, para el cual contactamos con diferentes personas que habían sufrido ese tipo de situaciones", explica Hubert Prolongeau. Entre aquellos que aportaron su testimonio para el libro estaba la esposa de Antonio B., que aportó a los autores los diarios personales y muchos otros documentos de su marido. "Utilizamos ese material para el primer libro, pero con el paso del tiempo me di cuenta de que la historia de Antonio tenía muchas posibilidades de ser novelada. Con esa idea en la cabeza, hablé con Arnaud Delalande para hacer un guion de cómic que contase lo sucedido, y aunque es cierto que en la novela gráfica todo está ficcionado, lo que se narra tiene mucho que ver con lo que sucedió en la vida real".

De la ilusión al desencanto

Antonio B., que en Cuando el trabajo mata recibe el nombre de Carlos, era hijo de un matrimonio de españoles que emigraron a Francia a principios de los 70 para encontrar un futuro mejor para ellos y su hijo. Desde muy joven, Antonio/Carlos mostró una especial inclinación hacia los coches y, tras licenciarse como ingeniero, consiguió cumplir su sueño de trabajar en una gran compañía automovilística. Durante los primeros años, Carlos se consideró un privilegiado y no dudó en ningún momento en desvivirse por una compañía cuyas políticas laborales darían un vuelco con la incorporación de una nueva generación de directivos, muchos de ellos de buenas familias francesas, a los que se les encargó la labor de optimizar recursos a cualquier precio.

Sin tener un conocimiento preciso del funcionamiento de la empresa y de sus diferentes departamentos, esos nuevos directivos comenzaron a aplicar planes de ajuste que recortaron gastos, rebajaron sueldos, implementaron políticas que despersonalizaban a los trabajadores, hicieron reformas en los lugares de trabajo que impedían que pudieran relacionarse unos con otros y aumentaron sus tareas, imponiendo una serie de objetivos que resultaban casi imposibles de lograr por, entre otras cosas, haber recortado previamente la plantilla y los recursos. En consecuencia, Carlos comenzó a perder la ilusión por su trabajo, entró en un proceso depresivo y, sometido una y otra vez a los abusos y humillaciones de sus jefes, acabó suicidándose.

En toda esta historia no hay personas buenas o malas, sino sujetos a los que el sistema empuja a comportarse de esa manera, independientemente de que sean hombres, mujeres, obreros o jefes"

"Creo que una de las cosas más importantes del cómic es su capacidad para explicar cómo la estructura y el poder son los que realmente actúan contra los trabajadores. De hecho, se podría decir que en toda esta historia no hay personas buenas o malas, sino sujetos a los que el sistema empuja a comportarse de esa manera, independientemente de que sean hombres, mujeres, obreros o jefes. Tal y como está diseñado todo, o aceptas esa manera de trabajar o estás fuera del juego. No hay otra opción. De hecho, muchos de los jefes de esas empresas son también víctimas de esas dinámicas. En el caso de Antonio, por ejemplo, su superior directo era una mujer que, después de la muerte del trabajador, entró en una gran depresión. Tanto es así que, aunque intentamos hablar con ella, nunca aceptó reunirse con nosotros".

Tras el suicidio de Antonio B., su esposa inició un proceso judicial contra Renault que se saldó con una sentencia condenatoria para la compañía automovilística. Más allá de conseguir una reparación por la muerte de su esposo, la mujer de Antonio logró que por fin las instituciones y el Estado comenzasen a tomar cartas en el asunto para acabar con los abusos en el entorno laboral.

"Aunque no aparecen en el cómic por cuestiones narrativas, los sindicatos tuvieron un papel muy importante a la hora de dar a conocer estos casos en su momento y, de hecho, nos ayudaron mucho a la hora de hacer la investigación del libro. No obstante, no se puede decir lo mismo del Estado, que no actuó como debería haberlo hecho", recuerda Prolongeau que, si bien reconoce que en la actualidad se han desarrollado medidas y protocolos para detectar y evitar ese tipo de actuaciones, también critica que esas disposiciones no hayan sido todo lo adecuadas que deberían. "Es cierto que el problema se ha identificado, lo cual está muy bien. Lo que no lo está tanto es que todas las medidas han seguido criterios propios del sistema capitalista. De esta forma, el bienestar de los trabajadores sigue estando supeditado al beneficio y al crecimiento empresarial".

'Cuando el trabajo mata'

Arnaud Delalande | Grégory Mardon | Hubert Prolongeau

Garbuix Books

120 páginas | 19,95 euros