UN CINEASTA ÚNICO

Una exposición desentraña el universo creativo de Kubrick

‘Stanley Kubrick. The Exhibition’, que en 2018 reunió en el CCCB de Barcelona hasta 600 piezas del mundo del cineasta, llega ahora a Madrid con un discurso diferente, menos cronológico y más centrado en analizar los temas recurrentes de su obra

Presentación en Madrid de la exposición del director de cine Stanley Kubrick.

Presentación en Madrid de la exposición del director de cine Stanley Kubrick. / DAVID CASTRO

Juan Fernández

Están los vestidos celestes que llevaban las gemelas fantasma de El Resplandor y la máquina de escribir que aporreaba compulsivamente Jack Torrance, el personaje que interpretaba Jack Nicholson. Pero también está el disfraz de simio de 2001: Una odisea del espacio, la mesa del psicodélico bar Korova Milk donde reposaban los sádicos de La naranja mecánica, el icónico casco de Bufón de La chaqueta metálica con su lema Born To Kill estampado, y hasta la túnica y la armadura que portaba Lawrence Oliver para dar vida a Craso en Espartaco.

Los amantes del cine de Stanley Kubrick tienen desde este martes y hasta el 8 de mayo una cita insoslayable en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La muestra Stanley Kubrick. The Exhibition, que ha visitado una veintena de ciudades de todo el mundo desde 2004, recala ahora en la capital de España para acercar al gran público el universo fílmico del realizador neoyorquino y enseñar algunos de los entresijos de sus grandes obras.

Presentación en Madrid de la exposición del director de cine Stanley Kubrick.  

Presentación en Madrid de la exposición del director de cine Stanley Kubrick.   / DAVID CASTRO

600 piezas

Las 600 piezas del mundo de Kubrick que reúne la muestra, entre las que hay material de atrezzo y vestuario de sus películas, claquetas, cámaras, storyboards, cartas personales del cineasta y planos de rodaje originales, son las mismas que se exhibieron en el CCCB en octubre de 2018, cuando la exposición visitó Barcelona. Pero esta vez su ordenación es distinta. “Aquella seguía el curso cronológico de la producción de Kubrick. Esta tiene otro discurso: se centra en su universo creativo y trata de explicar su personalidad analizando sus grandes obsesiones”, explica la periodista especialista en cine clásico Isabel Sánchez, comisaria de la exhibición.

La muestra se divide en dos partes hospedadas en diferentes salas del Círculo. “Son como dos exposiciones en una”, aclara Sánchez. La que da la bienvenida, de menor tamaño y situada en la planta baja, reúne una variada colección de fotos, guiones, planes de rodaje y cuadernos de notas del cineasta agrupados alrededor de varios de los temas que le interesaron y que están presentes en casi todas sus películas, como el deseo, la historia, el humor, el tiempo o el poder. También reflexiona sobre la estrecha relación que Kubrick mantenía con la literatura. No en vano, once de sus filmes están basados en novelas.

En este espacio, la exposición también repara en las películas que el realizador planeó pero nunca rodó -como la de Napoleón, para la que llegó a reunir una biblioteca de documentación que se reproduce en la muestra-, y da cumplida cuenta de la única vez que hizo cine en España. Ocurrió en 1959 con motivo de Espartaco, cuyo metraje incluye varias secuencias rodadas en la Comunidad de Madrid, que también pueden verse en la exhibición.

Presentación en Madrid de la exposición del director de cine Stanley Kubrick. 

Presentación en Madrid de la exposición del director de cine Stanley Kubrick.  / DAVID CASTRO

Réplicas y decorados

En la primera planta, Stanley Kubrick. The Exhibition invita al espectador a colarse en varias de sus películas. Como 2001 –hay que cruzar una réplica de un túnel del Discovery 1 para avanzar en la visita-, El Resplandor –la decoración setentera y una maqueta del laberinto de jardín del hotel Overelook trasladan al edificio donde transcurre la historia- y Eyes Wide Shut –imposible no evocar las orgías que se ven en la película ante la colección de máscaras dispuestas en círculo y en penumbra que se exhibe en otro rincón de la muestra-.

Pero antes del cine hubo otro Kubrick inquieto y curioso que explica la obra y la personalidad del cineasta y que también se cuenta en la exposición. Cuando tenía 12 años, su padre le enseñó a jugar al ajedrez y un año más tarde le compró una cámara. “Quizá fueron los dos acontecimientos más importantes de su vida, porque sus películas son una pura estrategia y él fue un genio de la imagen”, razona la comisaria.

Con aquella cámara hizo a los 17 años una foto, también reproducida en la muestra, que le reportó su primer sueldo como fotógrafo antes de debutar como documentalista. Acababa de nacer el creador de una de las filmografías más originales, innovadoras y atractivas de la historia del celuloide. A partir del 26 de diciembre, once de sus películas se exhibirán también en el Cine Estudio anejo al Círculo.

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