ENTREVISTA

Zerocalcare, el dibujante italiano que ha hecho una de las series del año para Netflix

El protagonista de Cortar por la línea de puntos.

El protagonista de Cortar por la línea de puntos. / Netflix

Carmen López

En las plataformas de streaming hay producciones que alcanzan el éxito de manera meteórica y otras cuya popularidad crece poco a poco, gracias al boca a oreja de sus espectadores. Las primeras suelen tener el reclamo de los nombres famosos de sus actores o directores y una potente estrategia de marketing detrás. Pero las otras se esconden en las profundidades de un catálogo insondable de programas hasta que alguien da con ellas y las acerca al público masivo. Esto es lo que ha ocurrido en España con la serie de animación Cortar por la línea de puntos, del ilustrador italiano Zerocalcare, que se estrenó en Netflix el pasado 17 de noviembre con seis capítulos de apenas 30 minutos.

Su verdadero nombre es Michele Rech y no es fácil hablar con él estos días. Está de gira de promoción en su país y las peticiones de entrevistas desde España han aumentado al mismo ritmo que la popularidad de su serie. Un reconocimiento que ha tardado en llegar pese a que la editorial Reservoir Books ya había publicado en castellano tres de sus libros: La profecía del armadillo (2016), Kobane calling (2017) y Olvida mi nombre (2019), todos traducidos por Carlos Mayor Ortega.

Michele Rech, más conocido como Zerocalcare.

Michele Rech, más conocido como Zerocalcare. / Reservoir Books

El autor reconoce a El Periódico de España que está “bastante aturdido” por el triunfo que está teniendo aquí -hay usuarios de las redes sociales que la han catalogado como ‘la mejor serie del año’, y ocupa el número 2 en la clasificación de Filmaffinity-. “Evidentemente, todos los que hacen un trabajo esperan que sea bien acogido por el público y no denostado. Pero mi intención era poder ofrecer un producto digno, que podría pasar desapercibido para el público en general pero que sí podría tener éxito entre amantes de los cómics. Este boom ha sido bastante impredecible”, sostiene.

Acabar con el tabú

Las chicas GilmoreDawson creceManu ChaoTiziano Ferro la fuerza de la historia reside en la empatía que los espectadores sienten con los protagonistas cuando se enfrentan a problemas de la edad adulta,

La salud mental es el tema que subyace durante todos los capítulos, aunque en principio parezca una historia humorística de amigos en la treintena. Zerocalcare utiliza la ansiedad, la neurosis y la inseguridad que experimenta el protagonista [no es un spoiler, queda claro desde el primer minuto] para describir una realidad social a la que no se le da importancia y hasta se banaliza. Y, a su vez, las particularidades del resto de personajes para dar luz a los problemas que se mantienen en la oscuridad pese a ser demasiado habituales.

Un fotograma de Cortar por la línea de puntos.

Un fotograma de Cortar por la línea de puntos. / Netflix

“Creo que la gente que comparte conmigo ciertas debilidades, ciertas inseguridades, puede encontrar en mis historias algo en lo que reconocerse. Esa maraña de sentimientos de la que muchas veces no se habla porque son temas que no tienen dignidad literaria y a veces ni siquiera surgen en una charla de barra de bar”, alega. “Aquellos que no han sentido estas cosas probablemente no puedan sentir empatía con mis personajes, pero mucho mejor para ellos”.

En su país la serie ha tenido tanta repercusión que está presente en la cuenta de Twitter de Netflix Italia de manera constante junto a la española La casa de papel. Pero esa popularidad también le ha traído críticas furibundas. Por una parte, algunos espectadores italianos han denunciado que el uso del dialecto romano en muchos de sus diálogos hace que sean necesarios los subtítulos. Y por otra, Turquía ha protestado por la presencia de la bandera del PKK -el Partido de los Trabajadores de Kurdistán-, que considera un grupo terrorista.

Ninguno de estos detalles deberían sorprender a sus seguidores, que en Italia son legión. El personaje principal tanto de los cómics mencionados como de su serie para Netflix es él mismo. Un treintañero de Rebibbia, un barrio de las afueras de Roma en donde sigue viviendo, muy vinculado a movimientos políticos de izquierdas. En sus libros cuenta anécdotas como alguna paliza que recibió por parte de grupos de extrema derecha en su juventud o su participación en las protestas a la cumbre del G8 en Génova en 2001. Asimismo, en su libro Kobane Calling relata sus viajes por Turquía, Irak y Siria para conocer el conflicto bélico del Kurdistán. Parte de los beneficios de la publicación se donaron al pueblo kurdo.

Viñeta de Kobane Calling.

Viñeta de Kobane Calling. / Reservoir Books

En Cortar por la línea de puntos también “hay mucha autobiografía, diría que casi todo, al menos en el plano emocional. Nunca he inventado una emoción, no podría. En el caso de la historia, en cambio, hay forzamientos, licencias e incluso inventos que sirven para hacer más fluida la narración. Las situaciones se pueden cambiar, adaptar al contexto de la historia”. Incluso la voz del protagonista es la suya: “Fue muy natural, porque escribo pensando en cómo pronunciaría cada frase. También era la única forma de hacer este trabajo de doblaje: no soy actor así que o lo hago como soy yo mismo o no hay manera de que salga bien”.

Un armadillo universal

Emanuele Scaringi La profecía del armadillo

“La escribí, la dirigí, la doblé, dibujé los personajes, supervisé cada paso y cada expresión: digamos que hice todo lo que pude por mí mismo, y luego ejercí un control extremo sobre todo lo que no era capaz de hacer”, afirma. “Confié en los demás (más de 200 personas han trabajado en el proyecto) pero siempre asegurándome de que nada traicionase la identidad de mis obras”.

Quienes hayan leído el mencionado cómic antes de ver la serie, reconocerán la historia aunque no sea exactamente la misma. En ella están presentes su inseparable amigo Secco, su amor de juventud Camille y, por supuesto, el armadillo con el que retrata su conciencia. Ese animal que irrumpe en sus pensamientos para hacerle dudar de sus decisiones, abrirle los ojos ante las evidencias y regañarle cuando mete la pata o se acobarda. La voz interna que todas las personas llevan dentro y que en el caso de Zerocalcare tiene un arduo trabajo debido a la personalidad del protagonista.

El autor, que tomó su seudónimo del nombre de un producto antical, explica que: “la estructura de la serie, que recuerda a la de La Profecía del Armadillo, fue una elección razonada. Utilizar pequeñas unidades narrativas independientes unidas por un hilo rojo horizontal como hace exactamente diez años lo había hecho para el cómic [aunque en España no se publicó hasta 2016, en Italia salió en 2011]”. Así, convirtió su historia en una serie que se puede visualizar como una película y que le ha encumbrado al estatus de ‘voz de una generación’ primero en Italia y progresivamente en España. Al fin y al cabo, todo el mundo tiene un armadillo con el que discutir.