OPINIÓN

El año electoral dispara el déficit de las autonomías

Existe una enorme heterogeneidad entre autonomías en cuanto al cierre de sus cuentas

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La presidenta de la Airef, Cristina Herrero, en una comparecencia en el Congreso de los Diputados.

La presidenta de la Airef, Cristina Herrero, en una comparecencia en el Congreso de los Diputados. / EUROPA PRESS

El déficit de las CC.AA al cierre de 2023 se situó en el 0,9% lo que supone triplicar el objetivo que el Gobierno envió a Bruselas, fijado en el 0,3%. El año electoral autonómico, local y general ha influido decisivamente por la rigidez del gasto que suele producirse cuando hay comicios, así como las diferencias en las liquidaciones del sistema de financiación autonómica y la recepción de fondos europeos. Si bien en términos generales el déficit de las CC.AA se ha reducido en 2023 con respecto a 2022, ha quedado muy lejos de lo previsto tanto por el Gobierno como el análisis de la AiREF.

Existe una enorme heterogeneidad entre autonomías en cuanto al cierre de sus cuentas. Tomando los datos publicados por la AiREF en su informe de julio de 2023, en primer lugar, se sitúan las autonomías que han empeorado sus cuentas habiendo tenido elecciones. Es el caso de Aragón (-0,8% frente a un objetivo del -0,3%), Castilla-La Mancha (-1,1% frente a -0,3%), Extremadura (-1,0% frente a -0,3%), Madrid (-0,7% frente a -0,3%), Murcia (-2,3% frente a -0,3%) y Comunidad Valenciana (-2,4% frente a -0,3% siendo la desviación negativa mayor en términos porcentuales).

En segundo lugar, regiones que han tenido elecciones pero que han mejorado su saldo presupuestario, incluso en algunos casos alcanzando superávit. Es el caso de Asturias (+0,3% frente a -0,3% esperado), Baleares (+0,5% frente a -0,1%), Canarias (0,4% frente a 0%), Cantabria (0,1% frente a -0,3%), Navarra (1,4% frente a -1,1%) y La Rioja (-0,5% frente a -0,1%).

Incluso en regiones donde no ha habido elecciones, el déficit presupuestario también se ha desviado considerablemente del objetivo. Es el caso de Andalucía (-1,1% frente a -0,6%), Castilla y León (-0,7% frente a -0,3%) y Cataluña (-1,3% frente a -0,3%).

Por último, regiones que no tenían comicios y han reducido el déficit. Es el caso de Galicia (-0,1% frente a -0,3%) y País Vasco (-0,1% frente a -0,6%), dos regiones que están celebrando sus Elecciones al Parlamento regional en este 2024..

Parecía previsible que el año en que ha cambiado el color político gobernante en la mayoría de las autonomías y ayuntamientos (pero no en el Gobierno central) traería un mayor incumplimiento de los objetivos presupuestarios, pero la realidad ha superado ampliamente esta conjetura. Las regiones con menor peso en el PIB total han mejorado su posición, pero el empeoramiento de las más grandes arrastra al conjunto de las autonomías a un agujero que le permite al Gobierno central sacar pecho de sus cifras, cuando es responsable directo de lo que sucede en cada autonomía, más allá de la gestión individual de cada una.

Es especialmente preocupante la situación de cuatro regiones con un peso muy importante en el PIB de España que han descuidado el objetivo de estabilidad presupuestaria: Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña y Andalucía. Son las protagonistas en la mayoría de las discusiones sobre el sistema de financiación autonómica, considerándose frecuentemente agraviadas por el método de cálculo que hoy, más que nunca, está caducado desde 2014, año en que debería haberse hecho la actualización de los métodos de cálculo. Cobra en 2024 especial relevancia por la petición abierta de Cataluña de un “cupo” como el que existe en las regiones forales porque son muy conscientes de que sistemáticamente tienen déficits abultados.

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En un año histórico tanto de recaudación fiscal como de transferencias del Estado para la ejecución de fondos europeos, sorprende que Cataluña apenas haya reducido en 200 millones su déficit en términos nominales (con la ayuda no poco estimable de la inflación), Comunidad Valenciana en 500 millones o Murcia en algo más de 150 millones. Más alarmante es el caso de Andalucía cuyo déficit se ha disparado en casi 1.000 millones, lo cual es atribuido por la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos de la Junta de Andalucía, Carolina España, a un decalaje de ejecución de fondos estructurales europeos provenientes del anterior presupuesto europeo 2014-2020, donde se ha gastado antes de ingresar el dinero por parte de Europa.

Un caso muy llamativo es el de Navarra. Como régimen foral, tiene plena capacidad recaudatoria. Según lo informado por el Consejero de Hacienda, el crecimiento de la recaudación es del 19,5% interanual, lo cual ha disparado los ingresos y, por tanto, pasar de una estimación de déficit muy negativa a ser el mayor superávit fiscal actual en las CC.AA.